miércoles, 30 de julio de 2025

“¿QUÉ PERLA PREFIERES?”

 

En nuestra vida podemos ir atesorando pequeñas perlas finas. Te invito a que pongas nombre a esas perlas, te ayudo con algunos ejemplos: “Alabanzas, afectos de las criaturas, títulos, salud, cosas materiales, aplausos, trabajo, éxito, cualidades…”.

Si tuvieras que elegir entre un montón de perlas pequeñas, finas y preciosas o una de gran valor ¿con cuál te quedarías?.

Como somos humanos podemos desear y apegarnos a aquello que es más perceptible a nuestros sentidos. Hacemos acopio de perlas finas creyendo que tenemos algo cuando en realidad, es una falsa ilusión, bien sabemos que hoy están y mañana no.

Si esas perlas finas pierden su brillo, tememos perderlas o desaparecen de nuestras vidas, surgen la tristeza, el enojo, la frustración, la impotencia, la incomprensión. Poner en ellas la confianza, la seguridad, la esperanza o la felicidad, es una pérdida de tiempo, es necedad.

Pudiendo tener la “PERLA” nos contentamos con un montón de perlas brillantes pero muy chiquititas. La suma de todas las perlas finas que podemos acumular no se iguala con el valor de la gran “PERLA”. Es más, la “PERLA” no hay peligro de perderla, permanece.

¿Queremos seguir atesorando perlitas?. Elegir la “PERLA” supone renunciar a ese montón de perlitas, las que están y las que deseamos. Hay que optar. ¿Somos capaces de entregarlas todas para quedarnos con la “PERLA”?.

Cada vez que sufres, plantéate si no es porque has perdido una perlita o temes perderla. Tu atención y tu corazón andan centrados en ella y no ves más allá.  

Cuando las situaciones adversas aparezcan, recuerda que tienes una PERLA preciosa de valor incalculable, y dirige tu mirada y tu corazón hacia ella. Deja ir esas perlitas, ponlas en Sus Manos. Preséntate ante Él con las manos vacías, porque la realidad es que es una falsa ilusión creer que posees algo. La realidad es que nada tienes, nada te pertenece, ni siquiera tu vida. Extiende tus manos, una PERLA de gran valor se ofrece y desea ser recibida.