viernes, 30 de diciembre de 2016

"ESTA NOCHE QUIERO CELEBRAR..."

Resultado de imagen de niña bailando rezando a Dios

Llegó el 31 de diciembre y como dice la canción: "Otro año que queda atrás, mil momentos que recordar...". Es la oportunidad de hacer balance del año pero no tanto para ver qué tan bueno o malo ha sido en función de las expectativas que tenía o los desastres que ocurrieron. Es la oportunidad de echar la vista atrás y ver el paso de Dios en nuestras vidas, pero sobre todo de dar gracias. Así que no dejes pasar este día sin buscar un ratito para reflexionar sobre el año 2016 y contempla agradecido/a cómo Dios se ha hecho presente en tu vida. Ojalá esta noche no sea una noche solo de comida, bebida, música, televisión, juegos, regalos, cohetes, cotillones y ruido. Ojalá esta noche tengas de verdad algo que celebrar.
 
Esta noche quiero celebrar que Dios está presente en mi vida, que me ama infinitamente, que tiene una paciencia sin medida conmigo, que me "rescata" una y otra vez y no se cansa de "rescatarme", que me lleva en sus brazos, me cuida y me sostiene, que va conquistando cada vez más mi corazón, que va haciendo su obra a través mío. Quiero celebrar los "regalos" o consolaciones que inesperadamente me ha ofrecido y a través de los cuales siento su amor sin límites.
 
Esta noche quiero celebrar los caminos que se me han abierto este año, que Dios siempre abre caminos y pone "ángeles" de carne y hueso a nuestro lado para acompañarnos
 
Esta noche quiero celebrar el que Dios me tenga donde me tiene porque así lo siento en lo más profundo de mi corazón
 
Esta noche quiero celebrar y agradecer por la presencia de tantas personas que con su vida, su apoyo, su ánimo, su compañía, sus consejos y sus oraciones, hacen posible que esté donde estoy y haciendo lo que hago
 
Esta noche quiero celebrar la paz que habita en mi corazón, el deseo de seguir en el camino, de dar todo lo mejor de mí, lo que se y lo que soy
 
Esta noche quiero celebrar el haber conocido a tantas personas a lo largo de mi vida que me han acercado a Él, especialmente a las que he conocido este año. Me vienen a la mente nombres y rostros de personas comprometidas que me dan lecciones con su vida y testimonio, y también quiero dar gracias por todos ellos
 
Esta noche quiero celebrar el reencuentro con la familia estos días
 
Esta noche quiero celebrar... puedo seguir y lo haré... pero ahora te toca a ti... tómate tu tiempo en este día, siéntate, toma un papel y una pluma y comienza: "Esta noche quiero celebrar..."

miércoles, 28 de diciembre de 2016

"HA VENIDO PARA QUEDARSE CON NOSOTROS"

Ha nacido, ha venido para quedarse con nosotros/as... y de nosotros depende: cerrarle nuestro corazón, acogerle y hacerle un sitio, u ofrecérselo por completo
Acogerle es renunciar a todo aquello que nos separa y aleja de Él, es centrar nuestra vida en Él
Acogerle es amarle, y amarle es darlo todo, no unas migajas o lo que nos sobra
Acogerle es ser coherentes con nuestra vida y el Misterio en el que creemos
 
Contempla a ese Niño. Contempla su rostro y su gesto. Sonríe y alza los brazos. Mi ahijada más pequeña tiene dos años, cuando quiere que se le "chinee" alza los brazos. Y cuando uno la eleva, rápidamente se engancha con sus bracitos y piernas para que no la soltemos o la devolvamos al suelo. A veces, cuando hago el gesto de bajarla, recoge sus piernas para que la vuelva a alzar.
"Mi ahijada Mónica"
 
Ese Niño quiere que le alcemos, que le acojamos en nuestras vidas.
Ha venido para quedarse con nosotros/as, contigo y conmigo... pero solo si lo deseamos. La elección es nuestra
 
Los quehaceres de estos días, las luces, los adornos, las comidas, la compra de regalos, las rebajas, el ruido... pueden despistarnos y desviar nuestra vista de ese Niño
 
¿Alguno de nosotros dejaríamos en el suelo a un niño/a que nos pidiera insistentemente y con los brazos en alto que le acojamos en nuestra vida? ¿Por qué con Jesús muchas veces pasamos de largo?
 
Nos hemos quedado ciegos. Simeón vio a Dios en ese Niño. Pidamos en nuestras oraciones la gracia de abrir nuestros ojos, de caer en la cuenta de lo que realmente es importante para nuestras vidas, de descubrirle en todo lo creado... para que podamos amarle más, permanecer en Él y seguirle hasta el final
 
Ha venido para quedarse con nosotros/as, contigo y conmigo. Él desea que se produzca el encuentro ¿y tú? ¿estás preparado/a? ¿lo deseas o prefieres seguir poniendo tu confianza en las cosas de este mundo refugiándote en las seguridades ficticias que te ofrece?
 
Ha venido para quedarse con nosotros/as, contigo y conmigo. Está a la espera de una respuesta, una respuesta que ha de concretarse en la vida de cada día, en el hacer, en las palabras, en los pensamientos...
 
Acogerle es poner nuestra vida en sus manos para que Él pueda realizar su obra
Acogerle es glorificarle con nuestras vidas

Ha venido para quedarse... y está entre nosotros/as, con nosotros/as y en nosotros/as... recuérdalo siempre... y ahora ya: SAL A SU ENCUENTRO.

sábado, 17 de diciembre de 2016

"BESITOS DE DIOS"

 
Perdí mi vuelo a España porque el avión de Honduras salió dos horas tarde rumbo a Panamá. Me tocó quedarme un día completo en un país en el que nunca había estado. Perdida en algún lugar del mundo desconocido para mí. Siempre digo que todo pasa por algo pero fueron transcurriendo las horas y no encontraba el "para qué" o la razón de ser de aquel atraso. Tampoco traté de querer hallar una explicación pero puedo decir que al final entendí y agradecí todo lo que pasó. Solo por lo que viví, ya casi para dejar Panamá, elegiría perder de nuevo el avión.
 
Ya en el aeropuerto de Panamá y a tan solo una hora de embarcar, con la maleta ya facturada y la puerta de embarque localizada, me llamó uno de mis angelitos desde El Salvador. En eso que estábamos hablando me preguntó si había ido a la capilla del aeropuerto. Caminando y buscándola estaba cuando devolví una llamada a Monseñor Ángel Garachana, otro de mis angelitos, y casi al terminar la conversación me dice: "Gloria, ¿ya fuiste a la capilla?". Por si con un ángel no era suficiente, utilizó a dos para que yo acabara allá.
 
Cuando llegué había comenzado la eucaristía. La capilla era tan chiquita que las pocas personas que estaban, más sus bolsas, la llenaban. Así que tuve que pasar a sentarme en la primera banca.
 
Lo que ahí pasó no puedo explicarlo con palabras. Este escrito se va a quedar corto porque no voy a conseguir transmitir lo que sucedió. Dios a veces se comunica de una manera tal, que te desborda y aunque lo cuentes, nunca los otros pueden llegar a experimentar lo que tú viviste. !Qué pesar!
Fue un "beso de Dios"... San Ignacio lo llamaba "consolaciones". Dios se sirvió de un sacerdote joven, franciscano, que vestía un hábito todo deshilachado, roto y descolorido, que celebró descalzo y que cantó y tocó la guitarra con una voz que penetraba hasta lo más profundo del alma.
 
Era el don del desprendimiento, de la indiferencia, de la libertad interior en persona.
!Fueron tantas cosas las que Dios me dijo a través de ese hombre....! Me sentí tremendamente chiquita al lado de Dios en cuanto a mi entrega pero, a la vez infinitamente amada por Él, hasta el punto de no dejar de llorar desde que llegué hasta que terminó la eucaristía. Creo que ese día pude comprender mejor la oración de San Ignacio de "Tomad y recibid..." cuando dice "dame tu amor y tu gracia que esta me basta". Porque ese hombre así lo vivía y lo transmitía con su forma de estar, de celebrar, de vestir... y se le miraba radiante de felicidad.
 
Gracias Padre por esos "besitos" que reconfortan, estimulan y nos animan a abandonarnos en tus brazos y a confiar en que nos sostienes y nos amas con amor eterno
 
Que sepamos responder a tanto amor ayudándote a bajar de la cruz con el testimonio de nuestras vidas
 

lunes, 12 de diciembre de 2016

"SI CONOCIERAS EL DON DE DIOS..."


Una canción de Sor Glenda comienza así: “Si conocieras el don de Dios, si conocieras lo que Él te quiere regalar…”

“!Qué lejos estamos muchos de conocerle!”. Porque si realmente le conociéramos nos daríamos al 100%, sin reservas… vaciaríamos nuestro corazón de apegos y dependencias para que Él lo llene (imagen, dinero, cosas materiales, poder, prestigio, culpas…)… dejaríamos de mendigar amor, aceptación, valoración de los otros… seríamos indiferentes (libres) respecto a todo lo creado y solo desearíamos y elegiríamos lo que más nos conduce al fin para el que fuimos creados.

En los últimos Ejercicios Espirituales escuché algo que resonó en mi interior. Si doy 20 me da 20. Él nos da en función de lo que damos. Compartí con mi acompañante que en mi caso las cuentas no salen porque yo doy bien poco en comparación con todo lo que Él me da. Y mi reflexión era la siguiente: “Si dando tan poco y siendo tan mediocre recibo tanto ¿cuánto más no obtendré si doy más? ¿Y qué es lo que me lo impide?”. Supongo que lo mismo que a todos: El miedo a soltar, a qué sucederá…

Jesús conoce nuestro corazón, nuestras ataduras, nuestros miedos. Es por esto que promete: “El que beba del agua que yo le daré nunca volverá a tener sed”
 

Dios nos pide nuestro corazón. Solo es de confiar. ¿Te imaginas la obra que puede hacer si se lo ofrecieras? Todos estamos hechos de la misma materia. Si otros han podido, nosotros también podemos. Donde hubo pecado sobreabundó la gracia. También de nosotros puede salir algo grande. Pero solo con nuestro esfuerzo poco vamos a conseguir. Necesitamos pedir en nuestra oración la gracia de conocer a Jesús internamente para más amarle y seguirle buscando en todo la voluntad del Padre. Tener los mismos sentimientos que Jesús para glorificarle con nuestras vidas.

Y ojalá en algún momento podamos definitivamente SOLTAR  y con coraje, como la samaritana, digamos: “Dame de esa agua, y así ya no sufriré más sed”. Hay un vacío en nuestro interior que inútilmente llenamos de cosas de este mundo. Solo Dios puede llenar ese vacío y habitarlo, Él es el único que puede calmar nuestra sed. Recuerda: “Si conocieras el don de Dios, si conocieras lo que Él te quiere regalar”. Ten fe y confía.


sábado, 10 de diciembre de 2016

"SEGUIR A JESÚS"


Son muchos los que dicen seguir a Jesús y desear hacer su voluntad pero menos los que lo cumplen

El programa de Jesús no es muy atractivo. De primeras ya advierte que el que le siga no tendrá donde reclinar la cabeza. A eso le siguen críticas, calumnias… para terminar golpeado, abofeteado, con una corona de espinas en su cabeza, clavado en una cruz y solo. Con este plan ¿quién se anima?. Desde luego que lo que ofrece el mundo es más atractivo: éxito, fama, dinero, placer… Pero algo tiene que tener esto de seguir a Jesús que tantos locos de antes y de ahora siguen escogiéndole en sus vidas. Se lo dijo a la samaritana: “El que bebe del agua que yo le daré nunca más volverá a tener sed. Y además nos aseguró la compañía de Madre cuando en la cruz le dijo a Juan: “Hijo, ahí tienes a tu Madre”

Muchos que eligieron el camino del Evangelio todavía no han comprendido que vienen y vendrán pruebas y cruces. La cruz de no ser entendido, de no ser aceptado, de no ser tenido en cuenta, de ser criticado, de ser calumniado… y antes o después la cruz de la soledad. ¿Qué hacer en estos casos de sufrimiento?

  El sufrimiento solo se vence con amor. Si lucho contra él, o me resisto, o me resigno, entonces no lo vivo con fe. Si lo acepto con amor y con fe y lo vivo como Jesús lo vivió, en este caso ya he triunfado, ya he trascendido el sufrimiento… así puedo ser libre hasta de la misma muerte. Así le pasó a Jesús… en el momento en que puso su vida en manos de Dios, fue libre de la muerte: “Padre, que no se haga mi voluntad sino la tuya”

Cuando la desolación, fruto del seguimiento a Jesús, se asiente en tu vida, es momento de volver los ojos a la Pasión de Cristo. Adéntrate en el Misterio y pide al Espíritu la gracia de identificarte con Cristo en su padecimiento.

Nadie dijo que el camino fuera fácil pero “todo lo podemos en Cristo que nos fortalece”. Si estás dando tus primeros pasos, ya sabes todo lo que te espera… si ya llevas años de seguimiento, fortalece tu oración para poder vencer las pruebas y dificultades y así serle fiel hasta el final. Y ante todo y sobre todo mantén la esperanza porque nuestra fe se fundamenta en creer en Cristo resucitado y vencedor de todo mal. El gozo y la alegría plena están asegurados pero hay que mantenerse. Ten fe y confía.

jueves, 8 de diciembre de 2016

"SOLO UNA COSA ES NECESARIA"


Solo una cosa es necesaria… y María escogió la mejor parte. Marta, afanada en sus quehaceres, tiene el corazón dividido. Marta no tiene unidad en su interior, ha perdido la paz, ha dejado de tener a Jesús en el centro de su corazón y ha hecho de su trabajo y sus quehaceres su “dios”.

Solo una cosa es necesaria… y María escogió la mejor parte. Marta, afanada en sus quehaceres, tiene el corazón dividido. Marta no tiene unidad en su interior, ha perdido la paz, ha dejado de tener a Jesús en el centro de su corazón y ha hecho de su trabajo y sus quehaceres su “dios”.

Tal vez sea el caso de muchos. Afanados en las actividades y trabajos de cada día, priorizamos “el hacer” olvidando y descuidando nuestra vida interior. Lo peor es que muchas veces “ese hacer” decimos que es por Dios cuando en realidad nuestro objetivo, tal vez inconsciente, es buscarnos a nosotros mismos. Las tareas pasan a primer plano y vamos descuidando nuestra vida espiritual. Consecuencia de todo esto: la ansiedad, la angustia, la tristeza, el cansancio… y el profundo vacío interior. Y entonces podemos preguntarnos: “¿Cómo puedo sentir todo esto si trabajo para Cristo?.

No nos engañemos. Un hacer que no está sustentado y alimentado por el encuentro con Cristo en la oración, es tan solo un medio o una manera de satisfacer un ego que permanentemente está inquieto porque nunca termina de saciarse.

Marta buscaba quedar bien con Jesús, la comida tenía que resultar exquisita, deseaba triunfar con aquel almuerzo… su quehacer no estaba sustentado por Cristo sino por una necesidad de valoración, estima y afecto.

“Solo una cosa es necesaria”… estar unificados por dentro, tener a Dios como el centro de todos nuestros pensamientos, palabras, deseos y acciones… solo así podremos tener paz… solo así podremos descubrir la voluntad de Dios sobre nosotros en cada momento… y solo así podremos poner los medios para realizarla y ser felices

“El alma que anda en amor, ni cansa ni se cansa” decía Santa Teresa de Jesús. Recuérdalo y vívelo… “solo una cosa es necesaria”. Una vez más: “Tú decides”

Solo una cosa es necesaria… y María escogió la mejor parte. Marta, afanada en sus quehaceres, tiene el corazón dividido. Marta no tiene unidad en su interior, ha perdido la paz, ha dejado de tener a Jesús en el centro de su corazón y ha hecho de su trabajo y sus quehaceres su “dios”.

Tal vez sea el caso de muchos. Afanados en las actividades y trabajos de cada día, priorizamos “el hacer” olvidando y descuidando nuestra vida interior. Lo peor es que muchas veces “ese hacer” decimos que es por Dios cuando en realidad nuestro objetivo, tal vez inconsciente, es buscarnos a nosotros mismos. Las tareas pasan a primer plano y vamos descuidando nuestra vida espiritual. Consecuencia de todo esto: la ansiedad, la angustia, la tristeza, el cansancio… y el profundo vacío interior. Y entonces podemos preguntarnos: “¿Cómo puedo sentir todo esto si trabajo para Cristo?.

No nos engañemos. Un hacer que no está sustentado y alimentado por el encuentro con Cristo en la oración, es tan solo un medio o una manera de satisfacer un ego que permanentemente está inquieto porque nunca termina de saciarse.

Marta buscaba quedar bien con Jesús, la comida tenía que resultar exquisita, deseaba triunfar con aquel almuerzo… su quehacer no estaba sustentado por Cristo sino por una necesidad de valoración, estima y afecto.

“Solo una cosa es necesaria”… estar unificados por dentro, tener a Dios como el centro de todos nuestros pensamientos, palabras, deseos y acciones… solo así podremos tener paz… solo así podremos descubrir la voluntad de Dios sobre nosotros en cada momento… y solo así podremos poner los medios para realizarla y ser felices

“El alma que anda en amor, ni cansa ni se cansa” decía Santa Teresa de Jesús. Recuérdalo y vívelo… “solo una cosa es necesaria”. Una vez más: “Tú decides”

Tal vez sea el caso de muchos. Afanados en las actividades y trabajos de cada día, priorizamos “el hacer” olvidando y descuidando nuestra vida interior. Lo peor es que muchas veces “ese hacer” decimos que es por Dios cuando en realidad nuestro objetivo, tal vez inconsciente, es buscarnos a nosotros mismos. Las tareas pasan a primer plano y vamos descuidando nuestra vida espiritual. Consecuencia de todo esto: la ansiedad, la angustia, la tristeza, el cansancio… y el profundo vacío interior. Y entonces podemos preguntarnos: “¿Cómo puedo sentir todo esto si trabajo para Cristo?.

No nos engañemos. Un hacer que no está sustentado y alimentado por el encuentro con Cristo en la oración, es tan solo un medio o una manera de satisfacer un ego que permanentemente está inquieto porque nunca termina de saciarse.

Marta buscaba quedar bien con Jesús, la comida tenía que resultar exquisita, deseaba triunfar con aquel almuerzo… su quehacer no estaba sustentado por Cristo sino por una necesidad de valoración, estima y afecto.

“Solo una cosa es necesaria”… estar unificados por dentro, tener a Dios como el centro de todos nuestros pensamientos, palabras, deseos y acciones… solo así podremos tener paz… solo así podremos descubrir la voluntad de Dios sobre nosotros en cada momento… y solo así podremos poner los medios para realizarla y ser felices

“El alma que anda en amor, ni cansa ni se cansa” decía Santa Teresa de Jesús. Recuérdalo y vívelo… “solo una cosa es necesaria”. Una vez más: “Tú decides”

lunes, 5 de diciembre de 2016

"DIOS QUIERE NACER EN TU CORAZÓN"

Resultado de imagen para DIOS QUIERE NACER EN TU CORAZON


 
Otro año más llega Navidad. Las luces, los regalos, las comidas, los estrenos… pueden hacernos perder el horizonte, pueden hacernos olvidar el verdadero sentido de lo que celebramos, pueden llevarnos a celebrarlo, sí, pero muy superficialmente (tal vez vayamos a las eucaristías pero sin vivirlas a fondo)
 
¿Qué vamos a celebrar esta Navidad si nuestro corazón está lleno de “tantas cosas”? ¿Cómo le vamos a dar cabida a Él?

Jesús quiere vivir en nosotros, habitar en nuestro corazón, para que tengamos vida. Imagino su dolor y sufrimiento al mirar nuestras pobres vidas tan alejadas del Misterio, perdidas en las cosas de este mundo, esclavas de la imagen, del qué dirán, del pasado, del futuro, de los compromisos, de los miedos…
 
Él quiere nacer en nosotros pero no lo va a hacer a la fuerza, no es su estilo. Él no obliga, no impone. Nosotros hemos de favorecer que ese encuentro se produzca. El cuándo, el dónde, el cómo se produzca ese encuentro no depende de nosotros. Nos toca poner los medios, lo demás depende de Él. Pero de algo podemos estar seguros y no debemos permitir la más mínima duda al respecto: “Cuando buscamos el AMOR somos encontrados por Él”. Él desea ese encuentro, solo es preciso que te decidas y lo desees en lo más profundo de tu corazón pidiéndolo una y otra vez sin desfallecer. Pero recuerda que para ello es necesario vaciar previamente el corazón para dejarle todo el espacio a Él.

Estamos en Adviento. Tiempo para preparar el encuentro. Ojalá podamos celebrar en Navidad que Dios verdaderamente nació en nuestro corazón. Que así sea.

jueves, 1 de diciembre de 2016

"ABAJARSE PARA ENCONTRARLE"

 
Tal vez pasamos la vida queriendo encontrar a Dios y esperamos su llegada de manera espectacular. Jesús nació en la suma pobreza, ni siquiera a su Madre le querían dar posada. Nació pobre y solamente acompañado por sus padres. Y murió pobre, hasta las ropas le quitaron… y abandonado por todos los que decían quererle… únicamente acompañado por su Madre, el discípulo amado y algunas mujeres.

Queremos encontrar a Jesús y no somos contemplativos para descubrirle, no tenemos abiertos los ojos del corazón, deseamos ver pero ni lo pedimos… Buscad y encontraréis, claro que sí… por ejemplo: buscadle entre lo despreciado, los marginados, los que no tienen nombre, los que no valen o cuentan, los excluidos… La invitación del Papa Francisco a salir a las periferias no es para arruinarnos la vida, no tiene otro objetivo que nos encontremos con Él y que ese encuentro transforme nuestra realidad y nuestra vida, porque cuando uno se encuentra con Cristo algo cambia en su interior. Podemos, como el joven rico, bajar la cabeza y seguir igual externamente, pero al menos interiormente algo se cuestiona en nuestras vidas.
Resultado de imagen de IMAGENES AYUDANDO A ANCIANOS
Ya nos enseñó San Ignacio que Dios está en todo y en todos. Pero hoy quiero señalar dos maneras de encontrarse con Cristo. La primera es la que he descrito. La segunda es abajarse, escoger siempre lo más sencillo, lo más humilde, lo que otros no quieren, lo que para el mundo sería absurdo, escoger lo que los otros desprecian, lo que más nos cuesta… No te entenderán, te criticarán, incluso puede que se rían de ti… normal… el Reino que propone Jesús no tiene nada que ver con los valores que propone nuestro mundo

·         Amar al mundo es  buscar triunfar, tener éxito, tener poder, escalar en puestos, tener la vida asegurada, disfrutar, pensar en uno mismo, tener una buena reputación…

·         Amar a Cristo es escoger la pobreza espiritual (vivir desapegado de todo/s), escoger la pobreza material, desear ser menospreciado, injuriado… ¡hace falta estar un poco loco! Pero la realidad es que este mundo necesita locos que hagan vivo el Evangelio con sus vidas, que rompan moldes, que cuestionen con su forma de ser y hacer

La decisión es personal: Amar al mundo o amar a Cristo. Ascender o abajarse. Vivir como si Dios no existiera o hacer de Dios el centro de nuestra existencia. Buscarnos a nosotros o buscarle a Él. Tú decides