viernes, 8 de enero de 2016

“¿QUÉ ES LO REALMENTE IMPORTANTE?”

La mayoría de las veces nos valoramos y valoramos a los demás en función de lo que hacen. Si es así como funcionamos en la vida es que todavía no nos hemos enterado de nada.
Así les pasaba a los discípulos, caminaban con Jesús compartiendo con Él alegrías y tristezas, y no entendían realmente lo que Él quería transmitirles y comunicarles
¿Qué es lo realmente importante? Nos preocupamos y angustiamos por las cosas materiales, por cómo haremos frente a los problemas y dificultades que se presentan… y nos perdemos lo esencial
Nos inquietamos también otras veces de cómo dar mejor testimonio de Jesús… y nos desesperamos al no cumplir nuestras expectativas o al no obtener los resultados esperados
Lo realmente importante no es tanto lo que hacemos por los otros o por nosotros, el dónde, el con quién, el cómo, si resulta o no aquello que hemos emprendido, si tendremos éxito o fracasaremos, si seremos aplaudidos o criticados… lo verdaderamente fundamental y valioso es lo que Dios hace con nosotros y a través nuestro. De esto no siempre somos conscientes porque andamos girando en torno a nuestro dolor, inquietud, ansiedad… cosas, ideas, planes, sueños…
 
Los demás ven en nosotros la obra de Dios en nuestras vidas y nosotros ni nos percatamos afanados en los múltiples quehaceres y afanes de cada día
 
No andemos corriendo, con prisas… no andemos ansiosos de hacer… no andemos preocupados o angustiados por cosas de este mundo… porque todo esto es secundario. Dios sigue haciendo su obra en nosotros en todo momento. Dispongamos nuestras vidas, hagamos un alto en el camino y silencio, y percatémonos de la obra de amor y de misericordia de Dios en nuestras vidas… cómo está presente… cómo nos sostiene… cómo va poniendo los medios para hacer realidad su sueño… cómo nos muestra su amor a través de todo y de todos
¿Por qué destacan los santos: por lo que hicieron o por la obra de Dios en sus vidas? Sin el don de la fe y otros dones no hubieran podido dar ese testimonio.
 
Todo lo podemos si nos dejamos hacer y modelar y guiar por Él. Abandonémonos y confiemos.