domingo, 29 de noviembre de 2020

“ESCUCHA TU MÚSICA”

 

Si hay quienes escuchan bien su música son los artistas. Compositores, escultores, pintores, escritores… son quienes más en contacto están con su música interior, con su alma. Es por esto que son capaces de reproducir obras hermosas que conectan directamente con lo más profundo de todos nosotros.

Esa música no está solo al alcance de unos pocos. Que unos tengan más facilidad que otros no quiere decir que sea imposible escucharla. La música no deja de sonar, tan solo hay que hacer silencio interior y luego hacer con ella una bella obra que de color y vida, que sea luz

El problema es que llenamos nuestra vida de cosas y ruidos. La sociedad de consumo tampoco favorece el escuchar la música que suena en nuestro interior. Al contrario, nos ofrece sus propias melodías que nos seducen y pierden



Si quieres escuchar tu propia música comienza haciendo silencio fuera y después dentro de ti. Hay veces en las que es mayor el ruido que tenemos dentro, producto de preocupaciones, enojos, problemas, miedos… Cuando acalles todos los ruidos que puedan distraerte, bucea a lo más profundo de ti. No te inquietes, no tengas prisa, no fuerces… deja que la melodía comience a sonar cuando quiera. Escucha lo que quiere decirte. Déjate llevar. Baila al compás de tu propia música interior. No dances al son de los otros respondiendo a lo que esperan de ti

Danza al son de tu propia música interior y contribuye con ello a hacer de éste un mundo distinto lleno de luz, color y vida.

miércoles, 25 de noviembre de 2020

“SI QUIERES SER GRANDE…”

 

La grandeza está en el saber callar, en la humildad para elegir lo que otros no quieren, para dar oportunidad a otros, para esconderse, para aceptar los errores…

La grandeza está en el no vanagloriarse, en morir a las pasiones, en reconocer que la obra no es nuestra, en el amor y en la entrega desinteresada y no recompensada

La grandeza no está en las apariencias, en lo que se tiene, en las grandes obras realizadas…

La grandeza está en la bondad del corazón, en la capacidad de perdón, en el amor que se pone en lo que se hace y en las relaciones… La grandeza está en el interior



Y es que lo que para el mundo es grandeza:

  • Desaparece con el tiempo, es un espejismo que nos puede desviar del camino, no da una felicidad plena
  • Es causa de envidias, rivalidades, violencia e incluso guerras
  • Nos va destruyendo como individuos, como sociedad, como planeta
  • Tiene relación con el tener, con el poder, con la imagen, el éxito, la fama, el dinero…

Si quieres ser grande… sé el último, sirve en lo escondido y desde el silencio, elije los últimos puestos, sigue Su camino y permanece disponible para correr Su misma suerte

 

martes, 24 de noviembre de 2020

“¿QUÉ PODEMOS PEDIR?”

 

¿Qué podemos pedir a quien cada día nos provee, a quien conoce lo que necesitamos y está atento para darnos lo que más nos conviene…?

¿Qué podemos pedir a quien nos regala todo su amor y de manera incondicional?

¿Qué podemos pedirle cuando lo que deseamos es hacer su voluntad?

¿Qué podemos pedirle al verle clavado en la cruz: solo, desarmado, frágil, herido?

¿De qué quejarnos cuando a Él le abandonaron, le humillaron, le maltrataron… y hasta le asesinaron?


Las peticiones… las quejas y lamentos… se ahogan en la garganta al verle clavado en la cruz. Y es que ¿qué le podemos pedir, de qué nos podemos quejar, cuando Él mismo ha sufrido la impotencia, la incomprensión, la injusticia, la frustración, la maldad del ser humano?

Ahí, clavado en la cruz, dos mil años después… ¡tiene tanto que decirnos!

La cruz nos habla de amor incondicional, de fidelidad, de pobreza, de humildad, de disponibilidad, de generosidad, de entrega… Y ante todo esto… ¿qué le podemos pedir… de qué lamentarnos?

domingo, 22 de noviembre de 2020

“ESTÁ EN TODOS Y TAMBIÉN EN MÍ”

 

Está en todos y también en mí porque todos somos necesitados, todos somos mendigos. Unos tenemos necesidad de ser amados, valorados, respetados, escuchados, consolados… otros de comida, agua, ropa, medicamentos, techo… Se esconde en todos. ¡Qué dicha saberle tan cerca! ¡Y qué oportunidad poder responderle!



Que las adversidades y dificultades de la vida, que los acontecimientos por muy catastróficos que sean, no endurezcan nuestro corazón. Que no nos hagamos insensibles ante los problemas y el dolor de la gente. Que no pasemos de largo pudiendo dar de nosotros lo que somos y/o tenemos. Que estemos siempre dispuestos a responder y aliviar el sufrimiento del prójimo

“Cada vez que lo hiciste con uno de estos, conmigo lo hiciste”. Podemos amarle y servirle aquí y ahora. Y es que nuestro Dios no es un Dios lejano, distante o ajeno a lo que nos sucede. Nuestro Dios es un Dios cercano, accesible, encarnado… y también necesitado.



Hoy más que nunca, y ante tantos acontecimientos adversos, se hace presente en el dolor, en el sufrimiento y en las necesidades de los otros. Pero también en quienes comparten su pan, su casa, su tiempo, sus cosas… su vida.

Unos y otros estamos llamados a la conversión, a salir de nuestro egoísmo, a abrir nuestro corazón, a estar disponibles, a ser generosos, a solidarizarnos con el otro… a amar. Y también a tener la humildad de dejarnos amar por el Señor que llega en quien nos quiere tender su mano. Hagamos de este mundo un lugar donde reine el amor, donde Cristo reine.

sábado, 21 de noviembre de 2020

“¿2020 ESTÁ SIENDO UN AÑO MALO?”


Este 2020 definitivamente será un año señalado en la vida de muchos… no ha terminado pero ¡han sucedido tantas cosas!… Muchos ya sienten el cansancio, la impotencia, la desolación ante tanta pérdida… Una vez más se nos recuerda la fragilidad del ser humano, su limitación, su vulnerabilidad, su dependencia… Pero es bueno recordar, y repetirnos una y otra vez, que “siempre podemos levantarnos después de haber caído”, “siempre se puede dar un paso más”,

Es tiempo de replantear nuestra vida, de revisar nuestra forma de ser, de cuestionarnos la forma de estar, de hacer, de relacionarnos con los otros y con las cosas.

Es tiempo de romper cadenas, de dejar atrás aquello que nos encerraba en un egoísmo enfermizo

Es tiempo de no dejarnos vencer por los espejismos que ofrece la sociedad de consumo

Es tiempo de decir adiós a costumbres o hábitos que respondían a nuestras apetencias, a nuestros gustos


Es tiempo de renovación, de crecimiento, de aprendizaje… de morir a lo que hemos descubierto que nos satisface temporalmente,  y abrirnos a lo que realmente da vida plena

Es tiempo de levantarse y mirar con esperanza el mañana

Es tiempo de solidaridad, de compartir lo que somos y tenemos, de construir juntos un mundo más justo  y humano.

Es tiempo de ver en el otro a un hermano, que su dolor nos interpele y nos lleve a actuar

Es tiempo de valorar y agradecer la familia que se nos ha regalado, el don de la amistad, el estar juntos, las expresiones de afecto, las risas, las comidas y cafés compartidos…

2020 no está siendo un año malo… está siendo un año diferente. Que sea de provecho o no dependerá de la valoración que hagamos cada uno, del cambio que hayamos hecho

Si nuestra mirada es positiva seguro que a final de año tenemos mucho que agradecer.




lunes, 16 de noviembre de 2020

“QUISIERA TENER PALABRAS”

 

Quisiera tener palabras para consolar, para aliviar la tensión de otros, para avivar la esperanza… pero en momentos como éste en el que estamos esperando la llegada de un huracán que amenaza con ser devastador ¿qué se puede decir?. Hasta en mi oración me quedo muda, y me limito a mirarle clavado en la cruz. Imagino su dolor al contemplar lo que viene, su impotencia, su tristeza ante el sufrimiento de tanta gente afectada, su frustración por otro lado ante la deshonestidad, la maldad, la corrupción…


Quisiera tener palabras pero hoy no las tengo. Solo silencio. Un silencio dentro de mí que no me incomoda sino que me da paz y me une más a Él.

Quisiera tener palabras pero también el silencio habla. Un silencio que acompaña, que sufre la suerte del otro, que llora la desgracia ajena

Quisiera tener palabras pero hoy como tantas otras veces… me quedo sin palabras. ¿Qué decir a quién ha perdido su casa, a quien está refugiado en un albergue y solo cuenta con lo puesto, a quien está enfermo o ha perdido a un ser querido…? ¿Qué decir a quien ha perdido el trabajo, a quien decide emigrar por la falta de oportunidades, a quien no encuentra una razón para vivir…? ¿Qué decir a quién ha sido violada, a quien depende de los otros, a quien sufre una depresión…?

A veces el silencio vale más que mil palabras… Un silencio que no juzga, que acompaña, que siente el dolor del prójimo, que se conmueve y actúa

Quisiera poder ofrecerte hoy algo más… pero lo único que tengo es este silencio.

viernes, 13 de noviembre de 2020

AFECTADOS PERO NO DERRIBADOS POR “ETA”


¿Quién en el territorio hondureño no ha sido afectado por el huracán “ETA” directa o indirectamente? Quien más, quien menos, ha sufrido la pérdida o desaparición de familiares o amigos, la pérdida de enseres personales o incluso su casa, la desolación al ver en qué quedó el fruto del arduo trabajo, la larga espera de ser rescatados, el hambre y la sed, la impotencia ante tal desastre, la frustración o la cólera por la irresponsabilidad de un gobierno que no tiene en cuenta el bien común…

“Afectados pero no derribados” porque si algo tiene este pueblo es que ha sido tan apaleado que tiene capacidad de sobreponerse a todos los azotes. Es impactante el testimonio de quien habiéndolo perdido todo se agarra a la fe y da gracias a Dios por seguir con vida. “Lo material se repone” – dicen – “ahora lo que toca es trabajar”.

En medio de tanta tragedia, de las adversidades, del sufrimiento por las pérdidas humanas y materiales… siempre queda la esperanza alimentada por la fe y motivada por toda la gente de buen corazón que alivia a su prójimo paliando sus necesidades de alimento, cobijo, medicamentos, consuelo… Bendito sea Dios que se hace providente en tant@s samaritan@s que son sensibles ante el dolor y las heridas de los otros, que no pasan de largo, que responden con lo que tienen y lo que son.

“Afectados pero no derribados” por el huracán “ETA”, porque Honduras es de todos, porque es tiempo de reconstruirla, porque la hermandad y la bondad del corazón se han hecho presentes y esto alienta la esperanza. Otra Honduras es posible: Una Honduras donde prevalezca el amor, la solidaridad, la paz, la justicia, el respeto a la dignidad humana… Una Honduras como todos la soñamos y deseamos. Es hora de participar todos, cada uno desde sus posibilidades… ¡Fuerza Honduras!


martes, 10 de noviembre de 2020

“LO QUE NADIE NOS PUEDE ARREBATAR”



Nada ni nadie, ni siquiera una pandemia o un huracán, puede arrebatarnos:

La fe si está cimentada sobre roca. Una fe que, lejos de debilitarse en la adversidad, se fortalece haciendo vida el sermón de la montaña: “Cada vez que lo hicisteis con uno de estos, conmigo lo hicisteis”. Una fe que se concreta en las obras de misericordia. Una fe que no espera milagros sino que se moviliza para que suceda el milagro. Una fe que en las pruebas se apoya en la cruz


La esperanza porque Dios siempre cumple sus promesas. La esperanza de un nuevo amanecer, de la ayuda solidaria, de nuevas oportunidades de crecimiento, de ir construyendo juntos el Reino, de creer en la providencia de Dios que se encarna en la bondad y generosidad de quien ve en el otro a un hermano. 

El amor y la libertad de compartirlo por medio de lo que tenemos y lo que somos

El amor que se transparenta en quienes sirven de manera callada, sin aparecer en las redes sociales, sin jactarse de lo que hacen… porque estos ya recibieron su recompensa

El amor de quienes no esperan aplausos, agradecimientos, honores, alabanzas… porque hacen simplemente lo que les toca hacer

El amor de aquellos que, como la viuda, dan todo lo que tienen

El amor de los que ven en el otro a un hermano y lo tratan como tal



Sea lo que sea que hayamos perdido… siempre nos quedan la fe, la esperanza y el amor. Nada ni nadie nos los pueden arrebatar a menos que así lo elijamos. Si hoy todavía lo vemos todo gris, lodoso, confuso… confiemos y esperemos porque mañana volverá a lucir el sol y saldremos fortalecidos y renovados.



lunes, 9 de noviembre de 2020

“LO QUE EL HURACÁN “ETA” NOS HA DEJADO”

 

A veces es necesario que una catástrofe o desgracia toque la puerta de nuestro corazón para hacernos despertar y reaccionar. Tal vez la pandemia no era suficiente. Tuvo que llegar “ETA” con toda su fuerza dejando a su paso muerte y destrucción, fallecidos, desaparecidos e infinidad de damnificados por todo Honduras



Pero en medio de tanto sufrimiento, dolor, impotencia e incertidumbre: los gestos de solidaridad de tantas y tantas personas que se conmueven ante lo acontecido y comparten su tiempo y su vida, lo que tienen y lo que son. Y como en tantas otras historias del pasado y del presente, el mismo pueblo ayudando al pueblo, los pobres tendiendo la mano incluso a los que son menos pobres. El corazón humano volviendo a latir y en acción para responder a quienes se encuentran en situación de vulnerabilidad. Dios mismo haciéndose presente en quien lleva: consuelo y esperanza, un plato de comida, ropa, medicamentos.. Dios encarnado rescatando a personas, dando albergue a quien perdió su casa…



Hoy, como en tiempos de Jesús, sigue habiendo buenos samaritanos que no pasan de largo sino que atienden las necesidades del prójimo, transparentando así su amor.



Que nuestro corazón siempre esté atento y disponible para responder con generosidad a las necesidades del otro y así hagamos vida el Evangelio. Ese que sufre es nuestr@ herman@, es el mismo Jesús, que espera ser rescatad@, sanad@ y amad@.



viernes, 6 de noviembre de 2020

“HOY, AQUÍ Y AHORA, ES TIEMPO DE SALVACIÓN”

 

Días difíciles con el paso del huracán ETA por Honduras. Nuevamente se constata: la negligencia de los gobernantes a la hora de gestionar los fondos y responder a las necesidades de la población, la fragilidad del ser humano, y la solidaridad de la gente de buen corazón

Una nueva oportunidad para sensibilizarnos ante el sufrimiento y el dolor de los otros, para responder a la realidad que se impone en cada momento



Y es que… “hoy, aquí y ahora, es tiempo de salvación”… Tiempo de…

  • Responder a las necesidades de quienes viven en condiciones más vulnerables
  • Reparar y restaurar relaciones deterioradas
  • Pedir perdón y perdonar
  • Amar al prójimo tal cual es, viendo en cada uno a un hermano
  • Cuestionarnos sobre cómo estamos viviendo y comenzar a vivir de manera distinta
  • Cambiar actitudes que nos dañan y perjudican a otros
  • Vivir el presente sin angustiarnos sin preocuparnos por el mañana, “hoy se nos podría pedir la vida”
  • Derribar fronteras, dejar a un lado las diferencias, estrechar lazos de unidad y hermandad
  • Salir de nosotros y enfocarnos en el bien común
  • Agradecer por tanto y todo
  • Valorar qué es lo realmente importante
  • Aceptar cuán dependientes somos unos a otros y a la vez necesarios unos para otros.
  • Mantener viva la esperanza y confiar… todo pasa
  • Descubrir el amor providente de Dios que se manifiesta de tantas y tan diversas maneras
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domingo, 1 de noviembre de 2020

“¿CUÁNTAS PANDEMIAS NECESITAMOS PARA VIVIR DE MANERA DIFERENTE?”

 

Este fin de semana, en varias ciudades de España, se han dado actos vandálicos en los que se ha atentado contra la vida de personas y la propiedad privada. Y todo por estar en contra del cierre del sector hostelero por al menos un mes para evitar la propagación de contagios de coronavirus. ¿Qué mueve a quienes promueven tales actos y a quienes los apoyan? El interés propio, el deseo de diversión y de placer… en una palabra: el orgullo, la soberbia. Unidos y luchando todos, no por un objetivo que tenga en cuenta el bien común, sino lo que apetece, lo que gusta, el propio querer

 



 Por otro lado en Honduras llevamos ya casi ocho meses en estado de alerta, nunca hemos llegado al dichoso pico en la curva de afectados por coronavirus. Hemos pasado de salir una vez cada quince días a salir una cada cinco. Pues bien, esta semana del 2 de noviembre se les ocurre dar “feriado morazánico” y decidir que todos los habitantes del país puedan circular libremente. A partir del 9 volveremos a la restricción. El objetivo: fomentar el turismo, que la gente gaste sus pocos ingresos. La consecuencia todos la sabemos: el aumento de contagios, muertes y posiblemente después más restricciones. ¿Qué mueve a quiénes toman estas medidas o a quiénes se dejan llevar y van a salir a la playa, a la montaña, a los pueblos? El interés propio, el deseo de diversión y de placer, las apariencias, las apetencias… En definitiva lo mismo que en España: el orgullo, la soberbia.

 

¿Hacer lo que quiero, tomar decisiones que perjudiquen a los demás, atentar contra mi salud o la de mis familiares, dejarme llevar por mis pasiones, luchar a costa de lo que sea por defender mis caprichos… es libertad o libertinaje? La libertad tiene que ver con el amor, con la responsabilidad, con el bien común… El libertinaje con el egoísmo, con el orgullo y la soberbia.

¿Cuántas pandemias necesitamos para salir de nosotros mismos y caer en la cuenta de que, si seguimos empeñados en satisfacer nuestros caprichos y mirar continuamente nuestro ombligo, vamos a acabar destruyéndonos? Da igual el país, la cultura, la clase social… está más que comprobado que es un fenómeno, tristemente, generalizado.

¡Qué dolor y qué pesar! Este mundo, que Dios creó bello, está colapsando. El ser humano se ha convertido en el peor enemigo del medio ambiente y de su propia raza.

No permitas que las pandemias de la insensatez, del egoísmo, del orgullo… lleguen a tu vida. ¿Acaso no son más dañinas que el coronavirus?. Permítete más bien contagiarte de la pandemia del amor, de la generosidad, del desprendimiento, de la humildad, del ver en el otro a un hermano.

Que tu paso por este planeta merezca la pena. Aporta con tu vida, con tus palabras, con tus hechos… algo a la humanidad. Y nunca te canses de contagiar esperanza, ilusión, paz… Todo da fruto, cada cosa en su momento. Abandónate y confía