Tengo una amiga de esas de toda la vida.
Nos conocimos con cuatro años y fuimos juntas al “cole”, al instituto… Por los
distintos caminos escogidos, nuestras vidas han estado por años distanciadas
pero siempre hay tiempo para el reencuentro, para compartir un café o un
refresco.
Desde los 29 años se ha sometido a un
sinfín de operaciones, la mayoría de ellas de columna. Es dependiente de otros
incluso para el aseo personal y ya está jubilada. En estos momentos a la espera
de valoración de dependencia y revisión de discapacidad para poder solicitar
algún tipo de ayuda.
Quiero hablar de ella porque, a pesar de
todo lo que tiene, es un testimonio vivo de fe. Ya aceptó sus múltiples
“averías”, el montón de tornillos en su columna, la necesidad de contar con
otros para las cosas más sencillas (el primero su esposo que ha dejado todo por
atenderle), el no poder ya trabajar… No ha perdido su alegría, y tiene una gran
fortaleza.
La otra tarde le reflejaba yo el bien que
hace y el testimonio que da aún sin hablar. A veces nos quebramos la cabeza con
qué hacer, o dónde, o de qué manera para poder evangelizar, para poder acercar
a otros al Señor. Ella tiene su propio camino que incluso habla sin necesidad
de acciones ni de palabras. No me cabe duda de que quienes la conocen y no
tienen fe se preguntarán cómo puede, con todo lo que lleva en su haber,
conservar esa alegría y vivir con tanta paz y aceptación. Solo con el uso de la
razón es imposible darle una explicación.
Le piden colaboración en la iglesia,
supongo que porque como saben que dispone de todo su tiempo… Seguramente
desconocen los dolores que padece, de sus dificultades para moverse… A veces puede
sucedernos que pedimos a otros que caminen por nuestro sendero o por el que
creemos que más les conviene… imponiendo de esta forma pesadas cargas a los
otros. Ayudémosles, eso sí, a transitar por el camino que el Señor les ha
preparado.
Amiga doy gracias a Dios por haberte
puesto en mi camino y por la vida y la alegría que transmites… Verdaderamente,
en personas como tú, confirmo que el Señor sigue haciendo maravillas y ante tal
milagro solo puedo alabarle y darle gracias.
Tan solo seis días después de nuestro
encuentro, le decía su médico en Zaragoza que tendría que someterse a otra
operación de columna con carácter de urgencia. Mañana miércoles 30 de agosto
entrará al quirófano a las 15.30horas y se espera que dure la intervención hasta la noche o posiblemente la
madrugada. Aprovecho para pedirte una oracioncita por ella para que sienta el
amor, la fortaleza, la paz… en definitiva para que se sienta acompañada en esta
nueva prueba por quien la ama incondicionalmente. Ánimo Patri... No estás sola.