jueves, 28 de diciembre de 2023

“¿FELICES FIESTAS O FELIZ NAVIDAD?”

 

Cada vez es más el número de personas que, llegadas estas fechas, felicita las fiestas en lugar de la Navidad. Quizás por sacar a Dios de todo contexto, a lo mejor inconscientemente, tal vez porque se es lo que dicen los otros o simplemente porque el ambiente nos recuerda una fiesta.

Me llamó el otro día la atención el comentario de un señor. Nos felicitó la Navidad porque a los que estábamos “se nos podía felicitar la Navidad” pero reconoce que según en qué ámbitos o con quién se encuentre, felicita las fiestas en lugar de la Navidad. Yo respondí diciendo que siempre digo: “Feliz Navidad”. A lo que replicó que él no lo hacía por respeto. Buf…

Felicito la Navidad porque es lo que celebro, porque es en lo que creo. A quienes saludo me conocen así que no se me pasa por la imaginación que les ofendo de esta forma. Tampoco siento que falte al respeto a otros, aunque no sean creyentes, por desearles Feliz Navidad.

En un país en el que presumimos de que “casi todo” se vale, por no decir todo, en el que entre otras banderas ondea la de la libertad de expresión y nos enorgullecemos de progresistas, ¿Cómo va a ser posible que no podamos manifestar aquello que da sentido a nuestra vida y más cuando se trata de fe?.

No sé si eres de los de “Felices fiestas” o “Feliz Navidad” pero si te encuentras conmigo ten pon seguro que escucharás “Feliz Navidad”. Porque hay un gran motivo para estar felices, porque todo un Dios se ha encarnado por amor para quedarse con nosotros para siempre y porque deseo que así lo creas y lo vivas.

lunes, 25 de diciembre de 2023

“SIEMPRE PODEMOS ALEGRARNOS Y CELEBRAR LA NAVIDAD”

 

Comidas, bulla, gente, adornos, luces… ¿Quién dice que sin todo eso “no parece” Navidad?. ¿Acaso la Navidad se reduce a comer, cantar, bailar, gastar…?. ¿Somos realmente conscientes de todo lo que encierra este mensaje, lo que verdaderamente es motivo de celebración?.

Pienso en mi tía de 102 años que vive en Madrid sola en su casa, en mi amiga Vari que hace cuatro días perdió a su abuela, en mi amigo Roberto que desde ayer por la tarde está en el tanatorio velando a su madre… pienso en muchas personas concretas para las que estas fechas no las están viviendo como otros años… pienso en los que trabajan en los hospitales y residencias asistenciales, en los enfermos, en quienes son víctimas de violencia, en los que tienen hambre… en tantas y tantas realidades… Y a la vez me pregunto: ¿Acaso Dios solo nace si nos reunimos en torno a una mesa, si hay abundante comida y bebida y nos acostamos ya de madrugada?.

Todo un Dios se encarnó en un ser frágil, necesitado, dependiente. Y lo hizo en la más absoluta pobreza, sin otra compañía que la de sus padres, rechazado por quienes no quisieron abrirle la puerta. ¿Quién puede decir que en las situaciones adversas, esas que nos descolocan porque no las habíamos programado o porque no las queremos, no es posible vivir la Navidad?. ¿Acaso ahí no es más sencillo encontrarnos cara a cara con el Misterio?. Solo lo descubriremos si nos quitamos las gafas que nos regala el mundo. Solo así podremos mirar con claridad y descubrir la Verdad en toda su plenitud.

Aunque no haya lucecitas, ni canciones, ni turrones, ni gente, ni… Siempre podemos alegrarnos y celebrar la Navidad porque Dios está siempre con nosotros y nos ama.

¡Feliz Navidad!

jueves, 21 de diciembre de 2023

“HACE YA 13 AÑOS…”

 

Un frío 21 de diciembre Noelia, amiga y compañera de cole desde los cuatro años, sufrió un duro golpe. Su hermana Beatriz, unos años menor que nosotras, falleció tras dar a luz a su segundo bebé. Recuerdo a Beatriz de pequeñita, era una niña bonita, chiquitita, regordetita, achuchable… recuerdo esos cachetes rojitos y pecosos que daban ganas de pellizcar.

Noelia me ha permitido compartir lo que vivió hace ya trece años y lo transcribo tal y como ella lo recuerda.

“En la mañana recibí una llamada de mi hermana diciéndome que estaba en el hospital porque ya iba a nacer el bebé. Recuerdo perfectamente cada minuto de ese día. Me encontraba en la cocina dando el desayuno a mis hijos. Mi hija levantó la vista de su tazón y sonrió con su boca desdentada. El primo estaba a punto de nacer.

Dejé a los niños en el autobús para ir a clase. Pasé la mañana comunicándome mediante mensajes y llamadas con mi cuñado. Después me bajé en el coche de una amiga a Logroño. De camino le compartí que estaba intranquila. Hablé con mi hermana. Las últimas palabras que le escuché fueron: “Trae un cojín para tu cuñado, que está doblado de la espalda”.

Al llegar al hospital le escribí un mensaje a mi cuñado para que ya estaba ahí. Casi una hora después, salió desencajado pidiéndome que le acompañara. Mi cuñado, más grande que un castillo, me abrazó tan fuerte que me podida haber hundido en él. Entonces me dijo: “Hemorragia, la vacían”. “Bueno” – respondí - “ya tenéis dos hijos, la apoyaremos y la cuidaremos”. Tres horas después, extrañados de no tener noticias, salimos a preguntar y a pedir un biberón para el bebé que ya se despertaba y tenía hambre. Se ofrecieron a llevarlo a la sala de neonatos y así se hizo.

Me quedé con mi cuñado. Últimas noticias de los médicos: “Líquido amniótico en el torrente sanguíneo y hemorragia que no cesa. Las transfusiones salen como entran. Estamos haciendo todo lo que sabemos y todo el hospital y el banco de sangre están ahí para ella”.

Sentí el peso del mundo sobre mí en aquella pequeña habitación de hospital queriendo evitar que aplastara a mi cuñado y sobrino pero al final cayó y nos arrolló.

Unidad de Cuidados Intensivos. La noche más larga de mi vida. Pensaba en mi sobrina de 3 años que estaba en casa, en cómo se lo diría a mis hijos, en cómo íbamos a ayudar a mi cuñado. Fueron pasando las horas…

A las 5am del 22 de diciembre de 2010, mi hermana subió a los brazos del Señor, una estrella más de su firmamento. Nos dejó a la vez a sus dos estrellitas aquí en la tierra para cuidarlas y protegerlas.

Nos fuimos a casa. Cuando regresamos al hospital para recoger a mi sobrino recién nacido, sonaba la tonadilla de la lotería de Navidad en la radio del coche. La lotería… ¡Qué lotería la nuestra!. Ese año nos tocaron el gordo y todas las pedreas.

Supe el día que iba a nacer mi hermana, lo soñé esa noche. El día que se fue también lo intuí desde temprano. Fue Él, quien sin duda me avisó. Él está siempre presente. Y por eso siempre le pido, y también a mi Virgen Blanca, que me ayuden a cuidar a los que están conmigo.

Trece años después tengo dos sobrinos maravillosos que son un pedacito de mi hermana, y una familia espectacular. Cada día doy gracias por ellos”.

Gracias Noelia por compartir con nosotros tu experiencia de vida y de fe. Otros en tu lugar hubiesen maldecido, o se hubieran alejado del Señor. En cambio tú…

Que el Señor y tu Virgen Blanca te sigan fortaleciendo y sientas su presencia y amor en todo lo que vivas.

martes, 19 de diciembre de 2023

“HAGAMOS ESPACIO AL AMOR”

 

Llegan estos días y las calles y plazas se llenan de luces y ruido, las mentes de preocupaciones sobre qué cocinar, qué comprar, con quién cenar…

Se presenta la Navidad en un abrir y cerrar de ojos y no vivimos lo que celebramos porque nos perdemos con todo lo que entra por nuestros sentidos.

Creyendo que nos van a dar la felicidad: La comida, los regalos, las cenas de empresa, el ir de tiendas, la lotería… nos quedamos en la superficie olvidando realmente quienes somos y lo que verdaderamente es motivo de festejo.

Creyendo que la ausencia de alguien querido, el no poder gastar todo lo que quisiéramos, la pérdida de un trabajo, la enfermedad de un familiar…. nos van a amargar la fiesta, se nos olvida que ese Niño es un “Dios con nosotros”, que lo es Todo y que solo Él puede llenar todos nuestros vacíos y satisfacer todas nuestras carencias.

Buscamos desesperadamente y creemos que todo lo que necesitamos está fuera cuando en realidad lo tenemos ya. Es por eso que vivimos en una montaña rusa de emociones en función de lo que conseguimos o perdemos, de los estímulos que nos rodean.

Hace falta mucho silencio para caer en la cuenta de que el poder no lo tiene lo de fuera porque contamos con la capacidad de reaccionar positivamente ante los sucesos externos.

Hace falta mucho silencio para comprender que nuestra felicidad no depende de eso que creemos necesitar o tenemos miedo de perder.

Hace falta mucho silencio para descubrir que el amor y la paz que añoramos se encuentran en nuestro interior.

La Palabra se escucha cuando se hace silencio.

La Luz surge cuando apagamos todo lo que nos deslumbra y nos distrae.

El Amor renace cuando le damos cabida en nuestro corazón vaciándolo y liberándolo de todo.

¿Cómo vamos a hacer espacio al Amor si el ruido silencia la Palabra, las luces no nos permiten ver la Luz, y tenemos “la casa” llena de cosas, preocupaciones, proyectos, miedos…?

domingo, 17 de diciembre de 2023

“UNA LOTERÍA QUE A VECES TOCA SIN JUGARLA”

 

El otro día una amiga me contó que había presentado un escrito a un concurso contando una experiencia vivida hace tan solo unos años. Lo tituló “Lotería de vida”. Lotería que no compró. Lotería que te toca con independencia de la edad, del estatus social, de dónde hayas nacido, de a qué te dediques… La lotería de un diagnóstico médico que te descoloca en un principio pero que te da una lección de vida de la que tienes la opción de salir distinto para mejor.

Fue a finales del 2015, ya para comenzar el 2016. El frío diciembre, los días cortos y grises, acentuaban más el miedo, la tristeza, la angustia, la duda.

Consulta en el hospital para unos resultados ginecológicos. La doctora con su bata blanca como la nieve, haciendo honor al clima de ese momento, pronunció su contundente y demoledor diagnóstico: “Carcinoma ductual infiltrante”. Con incredulidad preguntó: “¿Tengo cáncer?”. Yo también estaba ahí… No daba crédito… Fui simplemente a acompañarla y para nada pensábamos en algo así. Y la dejé… La dejé porque mi avión salía dos o tres días después. Comenzó así para ella la negación de lo evidente y certero. Sin familia, lejos de casa y sin muchas personas en las que apoyarse. Lo que siguió fue el proceder, sin perder tiempo, a extirpar el tumor de la mama derecha. Así expresa ella cómo lo vivió: “Sentía que moría mi alma. El tratamiento así me dejó, sin vida interior y visiblemente afectada. Y mi profesión, que tanto amaba y que tantas satisfacciones me había dado, se detuvo por mucho más tiempo del que hubiese deseado”.

“Esta lotería me dejó ganancias, como no puede ser de otra manera: Autogestión de la enfermedad y reafirmación de mi personalidad, una mujer más humana sin temor ante la situación adversa. Un valioso puñado de alumnas y amigas en solidaridad y acompañamiento hasta el día de hoy. La Asociación Española contra el Cáncer con sus medios a mi disposición. Un país con una gestión sanitaria eficaz y rápida en atención a la Vida”.

Es una gracia poder ver en la adversidad las oportunidades, descubrir los beneficios, tener una actitud positiva. Y poder salir de las pruebas fortalecidos, más humanos, mejores personas… Y ser testimonio, apoyo, consuelo y sobre todo esperanza para otros que pasan por situaciones similares.

Gracias por tu ejemplo de superación, por tu alegría, por compartir tu historia y permitirme publicarla en el blog. Gracias por seguir estando ahí.

viernes, 8 de diciembre de 2023

“VERDUGOS Y VÍCTIMAS”

 

Me compartía el otro día una persona las humillaciones que sufre en su trabajo así como que seguramente los demás la consideran “tonta” por callar en vez de contestar o enfrentarse.

¿Qué es lo acertado?. ¿Cuál es el camino?. Jesús es el Camino, Él lo recorrió… Fue objeto de burlas, críticas, golpes… y ante todo eso… la verdad, el silencio… pero no por sumisión sino por Amor.

Parece que el que se calla, el débil, el frágil… pierde la batalla cuando en realidad sale victorioso. No vence quien trata de imponerse por la fuerza o por la autoridad que se le ha concedido sino el que utiliza el arma del amor y como dice Jesús reza por sus enemigos, les perdona y les desea todo bien.

“Padre perdónales porque no saben lo que hacen”. Esto es salir de uno mismo. El problema es si nos quedamos encerrados en nuestro dolor y enredados en nuestro ego, asumiendo el rol de víctimas frente a nuestros adversarios. “¿Por qué a mí?”. “¿Qué se habrán creído?”. “Yo no soy menos que ellos”. “No tienen derecho a hacerme esto.”

Humanamente surge la rabia, el odio, el deseo de venganza… Y todos esos sentimientos nos enferman y hacen esclavos de quienes nos hacen daño.

La respuesta, la fuerza, ante cualquier ataque de los otros… mirar a Jesús condenado, humillado… mirar a Jesús en la cruz… Y pedir que nos de la gracia de llenar nuestro corazón de su amor, ternura y misericordia para tener esos sentimientos hacia quienes tratan de aplastarnos. ¡Qué fácil decirlo!. Se necesita confianza. Solos nunca lo lograremos pero lo que a nosotros nos parece inalcanzable, para Él siempre es posible.