miércoles, 29 de julio de 2020

“EL MUNDO ESTÁ ENFERMO”



El mundo está enfermo por falta de amor. Nuestros bloqueos, resistencias y miedos impiden al amor fluir. No somos cauces del amor y las consecuencias las estamos padeciendo todos.

¿Qué podría sanar a nuestro mundo? Abrirnos al amor: sabiendo recibir y agradeciendo lo que se nos da, y compartiendo lo que somos y tenemos sin límites, sin cálculos, sin condiciones.

Abrirnos al amor que se nos regala implica:
  • Acoger el perdón sin límites de Dios, su ternura, su abrazo, su compasión…
  • Aceptar el cariño de los otros expresado y manifestado por medio de palabras, gestos, detalles, oraciones…

Pero para ser cauce, para que el amor fluya, es necesario que no nos quedemos con todo ese amor sino que de la misma forma que lo recibimos lo donemos
  • Amar a Dios sobre todas las cosas ofreciendo cuanto somos y tenemos sin desconfianza, sin reservas
  • Amar a los otros especialmente a los más vulnerables o a quienes son más necesitados que nosotros, acogerles y aceptarles tal y como son, compartir con ellos nuestro haber y poseer
  • Amarnos: escuchando y atendiendo nuestras necesidades básicas, cuidando nuestra salud física, psicológica y espiritual, sabiendo equilibrar trabajo y descanso, perdonando nuestros errores, caídas, imperfecciones.
  • Amar la creación


El mundo está enfermo y tú y yo podemos sanarlo comenzando con nosotros mismos

Abrámonos al amor para que el amor sea, empiece a expandirse y el mundo recupere el equilibrio con que un día nuestro Padre Bueno lo creó

martes, 28 de julio de 2020

“DESDE LA CRUZ”


Desde la cruz te sigue mirando con ternura porque eres su hij@ amad@
Desde la cruz se hace uno contigo en tu dolor, en tu sufrimiento
Desde la cruz y lleno de heridas, comprende tus heridas
Desde la cruz y con los brazos extendidos, te recuerda que quiere abrazar tus zonas de sombra, tus defectos, tus imperfecciones, tu pecado
Desde la cruz y con su corazón roto por la incomprensión de su Buena Noticia, se sigue apiadando de ti a pesar de tus idas y venidas
Desde la cruz y abandonado por los suyos, te acompaña en tu soledad
Desde la cruz y tan humano como tú, te muestra a un Dios Padre Bueno y cercano que también en el silencio habla, que es fiel hasta el final
Desde la cruz y sediento de Dios, te recuerda que solo Él puede calmar tu sed de vida plena
Desde la cruz, y a pesar de la inminente muerte física, te recuerda que la última palabra la tiene el amor
Desde la cruz, dos mil años después, todavía tiene mucho que decirnos


lunes, 27 de julio de 2020

“HAY FRASES QUE CUESTIONAN”


Hay una frase que se escucha en muchas eucaristías justo antes de la comunión y que siempre me deja triste.

Hoy sin ir más lejos la frase fue así: “Todos los preparados acerquémonos con corazón digno a recibir la Sagrada Comunión”. En este momento no se entiende porque estamos en fase cero de la pandemia y no hay otra opción que la comunión espiritual que afortunadamente no excluye a nadie

Cuando me ha tocado asistir a la eucaristía y he escuchado esta frase u otra similar, no puedo dejar de preguntarme: ¿Y quién está preparado? ¿y quién es digno?. Me agarra la tentación de quedarme sentada en la banca, porque solo yo sé cómo está mi corazón, pero cuando soy capaz de vencerla y voy a recibir a Cristo, me acerco con tristeza sabiéndome indigna a la vez que me cuestiono cuántos de los que se quedan en sus bancas están más preparados y son mejores testigos de Cristo que yo

¿Un Dios que es amor incondicional puede hacer discriminación entre preparados y no preparados, buenos o malos, dignos o indignos? Y en caso de que la hiciera: ¿no tendrían que pasar primero los excluidos, los pecadores, los…?



“Acerquémonos con corazón digno”. Yo te pregunto: “¿Cómo está tu corazón?”. Te comparto como está el mío y como se siente: pequeño, herido, roto, necesitado de sanación, de Él… Con ese corazón es con el que me acerco porque no tengo otro, es todo lo que puedo ofrecer. Y si un corazón así no está preparado ni es digno ¿a quién le corresponde juzgarlo? ¿Quién necesita salud: los sanos o los enfermos?

domingo, 26 de julio de 2020

“SU GRACIA ME BASTA”


Podemos caer en la tentación de juzgar a la persona que a pesar de ir a misa, rezar mucho, y a lo mejor tener un cargo o rol importante en la iglesia… lleva una vida desordenada, es corrupta, ávara, enojada, vanidosa, maltrata a su familia, a sus compañeros de trabajo o a los vecinos, tiene alguna adicción… Cuando esto sucede, nos parecemos a aquel fariseo que se creía justo al ver los errores del publicano y compararse con él

No te creas mejor que aquella persona a la que criticas seguramente no te diferencias mucho de ella. Todos tenemos  nuestras luchas internas, conscientes o inconscientes. Muchos queremos liberarnos de eso que nos ata,  oprime y no nos deja ser pero caemos una y otra vez, no podemos por nosotros mismos. Solo la gracia de Dios puede obrar el milagro.



Y es que el cambio comienza con el deseo y la decisión pero es imposible que se produzca solo por mediación humana. Podemos recibir cursos, leer libros, acudir a distintos profesionales… y caer en la cuenta de que todo sigue igual. Podemos creer que vamos avanzando y de repente vernos en el mismo lugar que iniciamos

Es importante reconocer y admitir la incapacidad, la impotencia. Solos nada podemos. Y mientras no aceptemos esta realidad, el avance será muy lento o nulo

Solo hay un camino: abrirnos y rendirnos al amor y a la gracia del Señor… Él hará posible lo que para nosotros era y parecía imposible
Recuerda que quien volvió a su casa justificado no fue el fariseo que era muy cumplidor a los ojos de Dios y se creía buena gente, sino quien se reconoció pequeño, herido, perdido, pecador…

viernes, 24 de julio de 2020

“LO IMPORTANTE NO ES…”


Lo importante no es…

  • Lo que hago sino lo que Él hace en mi
  • Obtener resultados o frutos, éxitos o aplausos, sino sembrar y cuidar
  • La perfección sino la docilidad
  • Correr para que me dé tiempo de “hacer más” sino disfrutar de todas mis tareas y actividades.
  • Lo que digo sino lo que Él tiene que decirme
  • Lo que creo que valgo sino lo que valgo a sus ojos
  • La idea que tienen otros de mí o lo que yo pienso que soy, sino quién soy para Él
  • Lo que consigo sino lo que dejo
  • Lo que tengo sino lo que comparto
  • Lo que sé sino lo que me queda por aprender
  • Lo que puedo sino dejarle ser y actuar a través mío
  • Si triunfo o fracaso sino haberlo intentado
  • Que sea fuerte sino la fortaleza que me da en mi debilidad
  • Que me vean sino que cuando me miren le vean a Él
  • Donde vivo sino si Él vive en mi corazón

 

Lo importante es…

  • Reconocer su amor y su misericordia y experimentarlos
  • Dejarme sorprender, llevar… confiar mi pasado a su infinita misericordia y mi futuro a su providencia amorosa
  • Saberme en sus manos, acompañad@, dependiente y necesitad@ de Él.


Y para ti ¿qué es lo importante?


miércoles, 22 de julio de 2020

“DIOS ES BUENO SIEMPRE”


Dios es bueno siempre, independientemente de tu pasado y de tu presente, de tus errores y aciertos, de tus fracasos y logros… de lo que creas o piensen los otros de ti… Te sigue amando, te sigue acompañando y se sigue preocupando por ti. Te quiere con Él porque te ama

Dios es bueno siempre y te ama… más allá de tus días soleados o grises… más allá de tus decisiones desacertadas… más allá de tus rechazos, tus huidas, tus abandonos…

Dios es bueno siempre, en todo momento. Hay quienes le agradecen cuando todo va como desean y quienes se quejan y maldicen cuando no se cumplen sus expectativas. De repente sucede algo que hace perder la seguridad y estabilidad emocional y… ¿Dónde está Dios? ¿Por qué no me saca de ésta? ¿Por qué es así conmigo? ¿Por qué me hace sufrir tanto?



Si continuamos encasillando a Dios, en nuestras creencias limitadas, sufriremos porque nos estamos haciendo una idea de Dios reducida y condicionada que nada se parece al Dios de Jesús

Un Dios Amor no puede dejar de amar ni un solo instante porque dejaría de ser un Dios Amor. Pero y entonces ¿cuándo sucedió….? Él no dejó de amarte, de acompañarte… Siempre ha estado y ahí continuará porque eres su Hij@ Amad@

martes, 21 de julio de 2020

“DIOS ES BUENO CON TODOS Y CONTIGO TAMBIÉN”


Ya sé que a más de uno le habrá chirriado este título. Seguro que hay quien piensa: “Conmigo no”
Si eres de los que cree que Dios no es bueno contigo… este escrito es para ti.



Y puede ser que tu creencia se base en que alguien te abandonó, o te rechazaron, o en que no te valoran y reconocen lo que haces, o en que te hicieron daño… o en haber perdido a un familiar cercano o tu trabajo o tu casa… en que las cosas no van como desearías o en que el vecino o amigo son más afortunados que tú

Quizás creas que no es bueno contigo porque alguien a quien quieres está sufriendo… porque te falta algo que crees vital para tu felicidad… o tal vez porque ves las necesidades que afectan a nuestro mundo, las injusticias, la corrupción, la violencia, la pobreza y no entiendes la causa.

Con todo esto puedes preguntarte ¿Cómo va a existir un Dios así, un Dios bueno con todos, cuando hay tanta desigualdad, cuando otros son más afortunados que yo? ¿Cómo va a existir un Dios bueno con quienes hacen daño o viven cómodamente o a costa de los otros? ¿Cómo va a existir un Dios bueno con todos con todo lo que yo rezo y “hago por Él”? Y entonces es cuando este Dios te resulta hasta fastidioso ¡Cualquier parecido con las actitudes de Caín, del hijo mayor del padre misericordioso, o de los trabajadores de la viña que laboraron todo el día… es pura coincidencia

La realidad es que Dios es bueno con todos… sí, sí… con todos. Y contigo también.

lunes, 20 de julio de 2020

“¿QUÉ TANTO VALES?”


¿Qué tanto vale tu vida? ¿Cuánto vales? ¿Te consideras una persona valiosa? ¿Qué configura tu valor?

Si consideras que vales…
  • Por lo que haces, el día que no hagas tu valor desaparecerá
  • Por un don que tienes, el día que lo pierdas no valdrás nada
  • Por el país, la ciudad o la casa en la que vives, el día que te tengas que mudar o incluso emigrar ¿cuál será tu valor?
  • Por tu profesión, el día que te jubiles ¿dejarás de valer?
  • Por tus éxitos, por tus títulos… el día que te incapaciten o te diagnostiquen una enfermedad terminal ¿cuánto valdrás?
  • Por tu rol de esposa o esposo, hija o hijo, padre o madre… ¿qué tanto se modificará tu valor cuando enviudes, fallezcan tus padres o tus hijos vuelen de casa?
  • Por el cargo que ocupas en tu trabajo, en la iglesia, en tu comunidad ¿cuál será tu valor cuando nombren a otra persona o ya no tengas la capacidad de desempeñarlo?
  • Por el dinero que tienes en la cuenta del banco ¿cuánto valdrá tu vida si sucede una desgracia?
  • Por la salud con la que cuentas ¿cuál será tu valor cuando te sobrevenga la enfermedad?


Tu valor no te lo dan los otros, ni siquiera tú…
  • Tú no vales por lo que los otros piensen o digan, bien sabes que quien hoy te alaba y te aprecia mañana puede criticarte y despreciarte
  • Tú no vales por la opinión que tengas de ti

Tu valor te lo da el ser Hij@ Amad@ de Dios. Su Amor es lo que hace tu vida valiosa independientemente de donde estés, de lo que hagas, de lo que tengas, de cómo vivas, de tus errores, de tus defectos, de tus pecados…

Eres valios@ porque tu Padre Bueno te Ama. Ésta es tu verdad. Ésta es tu mayor riqueza. Créelo.

jueves, 16 de julio de 2020

“¿QUÉ ESTÁ IMPIDIENDO O BLOQUEANDO MI ENCUENTRO CON DIOS?


Si me presento ante Él con desconfianza o por miedo al castigo o al temido infierno… bloqueo el encuentro
Si me presento ante Él con ideas preconcebidas… desde lo que creo o pienso… desde mi idea limitada y deformada de Él… bloqueo el encuentro
Si me presento ante Él queriendo controlar lo que pasa… bloqueo el encuentro
Si me presento ante Él con actitud arrogante y soberbia, exigiendo que me conceda lo que le pido, quejándome por todo lo que me pasa y echándoselo en cara… bloqueo el encuentro
Si me presento ante Él por compromiso, cumplimiento u obligación… bloqueo el encuentro


Si me presento ante Él y lleno ese espacio de ruido, palabras, rezos… bloqueo el encuentro
Si me presento ante Él con prisas, controlando el tiempo… bloqueo el encuentro
Si me presento ante Él con expectativas… bloqueo el encuentro
El encuentro se da cuando las distintas partes lo desean y anhelan, cuando ambas se presentan tal cual son, cuando hay apertura, cuando hay confianza, cuando los ruidos se callan y el Amor todo lo habita. ¿Preparad@ para el encuentro?.

miércoles, 15 de julio de 2020

“¿QUIERES CAMBIAR PERO NO PUEDES?”


¿Hay algo en ti que quieres cambiar pero no puedes? ¿Tal vez un defecto, una actitud, una adicción…? ¿Qué medios has puesto para lograrlo?
Generalmente cuando una persona quiere cambiar algo de sí misma: se esfuerza, lucha, derrocha toda su energía en su objetivo. El problema es que no siempre se obtienen los resultados esperados. Esto genera frustración, enojo y posteriormente culpa por haber vuelto a caer.
Tal vez tendríamos que modificar el enfoque. Todo lo vemos como una amenaza cuando no vivimos desde nuestra verdadera identidad.
Puedes aceptar ser tu peor enemigo pero los medios hostiles no te van a servir sino para hacerte más daño
Solución: cambia el medio. Y es que no hay medio más efectivo que el amor, abrirte al amor. Ábrete al amor de Dios, déjate llenar de su amor y acoge todo aquello que no te gusta en ti, que te daña, que te hace sufrir… abrázalo, envuélvelo con el amor que habita en lo más profundo de tu corazón… Solo lo que es amado, puede ser sanado. Solo lo que es amado, puede ser transformado.

Es fácil decirlo y también leerlo. La tarea es personal e implica hacer silencio para escuchar los gritos que brotan de lo más profundo. Supone tener compasión y misericordia con quien gime de dolor en el interior.
El cambio comienza a gestarse cuando eres capaz de:
- reconocer tu verdadera identidad y empiezas a vivir desde ella
- reconciliarte con tu dolor, con tu pasado, con tu falsa identidad
- acogerte y envolver con amor todo lo que forma parte de ti
En definitiva… el cambio es posible solo si te abres al amor


lunes, 13 de julio de 2020

“MI VERDADERA IDENTIDAD”


Sólo si vivo desde mi verdadera identidad: soy libre, soy un@ con Dios, puedo dejarle ser y hacer en mí. Pero ¿cuál es mi verdadera identidad? “Soy Hij@ amad@ por Dios”
Esta es mi verdad: “Soy Hij@ amad@ por Dios”
Esta es la llave de mi liberación y sanación integral



Si vivo desde mi verdadera identidad de Hij@ amad@ de Dios…
  •  ¿Cuáles son los miedos?
  • ¿Cuál es la desconfianza?
  • ¿Quién puede hacerme daño?
  • ¿Qué necesito defender?
  • ¿A quién tengo que agradar o complacer?
  • ¿Cuáles son las prisas?
  • ¿De qué preocuparme?


Si vivo desde mi verdadera identidad de Hij@ amad@ de Dios…
Dios es mi cimiento, mi roca…
Y el AMOR:
  • Es mi bandera, el motor de mi vida
  • Se manifiesta en palabras y obras


Si vivo desde mi verdadera identidad de Hij@ amad@ de Dios…
  • Me dejo llevar
  • Confío en la providencia
  • Me siento sostenida y protegida


Si vivo desde mi verdadera identidad de Hij@ amad@ de Dios…
  • Mi vida y la de los otros cambian
  • Sano mis heridas y puedo ayudar a sanar a otros


Si vivo desde mi verdadera identidad de Hij@ amad@ de Dios…
No existe el miedo a la muerte porque mi yo no desaparece con la muerte física sino que permanece para siempre

Si vivo desde mi verdadera identidad de Hij@ amad@ de Dios…
Todas las realidades puedo acogerlas y abrazarlas, envolverlas de amor y sanarlas

Si vivo desde mi verdadera identidad de Hij@ amad@ de Dios…
Todo se convierte en lugar de encuentro con Él

Si vivo desde mi verdadera identidad de Hij@ amad@ de Dios…
Nada ni nadie puede hacerme daño

Si vivo desde mi verdadera identidad de Hij@ amad@ de Dios…
Le permito ser y hacer a través mío


“NUESTRA FALSA IDENTIDAD”


El mundo está roto, el mundo está sufriendo, el mundo está enfermo. Y todo porque hemos olvidado de dónde venimos y quiénes somos
Vivimos desde identidades que nos hemos fabricado y que distan de nuestra verdadera y única identidad. Identidades que tratamos de proteger a capa y espada, intocables… tras las cuales nos refugiamos. Identidades que nos exigen mucha energía para lograrlas y mantenerlas. Identidades que en el fondo, todos sabemos, nos causan insatisfacción, sufrimiento y en ocasiones enfermedad.
Mientras sigamos viviendo de nuestra falsa identidad:
  • El mundo seguirá gimiendo
  • Difícilmente podremos ver en el otro a un hermano.
  • Tal vez hagamos cosas por los otros pero serán migajas porque no podemos exponernos, porque tenemos miedo
  • No podremos construir el Reino
  • Continuaremos dañándonos y también a quienes nos rodean
  • Estaremos prisioneros y nuestros miedos serán los carceleros
  • Viviremos en alerta constante pues los otros y lo que sucede son amenazas ante las que hay que esconderse, defenderse e incluso atacar
  • Seremos nuestros peores enemigos
  • Nos enfermaremos física y emocionalmente
  • No viviremos en plenitud


¿Cuánto tiempo más vamos a continuar viviendo en una mentira, en una falsedad?
El mundo está roto, el mundo está sufriendo, el mundo está enfermo. Necesita con urgencia nuestro despertar, nuestra conversión

sábado, 11 de julio de 2020

“CUANDO OREN POR MÍ…”


Nunca como ahora hemos orado tanto unos por otros, nunca como ahora se han hecho tantas cadenas de oración… Y lo que más se pide: el fin de la pandemia, no enfermar o sanar.
Pues bien… cuando oren por mí no pidan que Dios me libre de esta enfermedad o que no me vaya a morir. Yo quiero querer lo que Él quiera. Si quiero seguir a Cristo quiero estar disponible para que pueda hacer su voluntad en mí. Además sabemos que todo no termina con la muerte. ¿Por qué ver la enfermedad como una desgracia en vez de una oportunidad de crecimiento y encuentro con el Señor? ¿Por qué ver la muerte como enemiga o cómo algo a evitar a toda costa si es una realidad por la que tarde o temprano todos pasaremos? ¿Acaso la muerte no será el momento, para nosotros que creemos,  del encuentro definitivo con el Padre?

Cuando oren por mí, pidan al Padre Bueno que me encuentre con Él, que me abra a su infinito amor y misericordia, que me sienta acompañada por Él. Eso es todo lo que necesito. Gracias por sus oraciones.

jueves, 9 de julio de 2020

“EL COVID-19 Y LA ESTIGMATIZACIÓN SOCIAL”


Es el colmo… ¿Hasta dónde puede llegar la ridiculez del ser humano para estigmatizar a otro por tener una enfermedad? Y la realidad es que está sucediendo hasta el punto de que la gente calla y niega.
¿Cómo puedes decir que crees en Dios y sigues a Cristo si cuando ves a una persona con COVID-19 o crees que puede tenerlo, solo ves una amenaza?
Pero la verdad es que nos sucede no solo con esta enfermedad. Pasa en el diario vivir. Quien no piensa o actúa como nosotros, se convierte en una amenaza para nuestra imagen, para nuestro equilibrio e incluso para nuestra vida y entonces activamos nuestros mecanismos de defensa huyendo o atacando.
¡Qué triste cuando no vemos más allá de lo que nuestros ojos físicos alcanzan a contemplar!
¡Qué triste cuando el centro de nuestra vida somos nosotros mismos y nos defendemos de todo y de todos a capa y espada!
¡Cuánto por aprender, cuánto por cambiar…!



¿Qué haría Jesús hoy? Solo contemplemos qué hacía entonces con los leprosos. ¿En qué se parecen nuestras actitudes frente a los enfermos de COVID-19 a las de Jesús con los leprosos?
¿Y si fuéramos nosotros los enfermos? ¿Nos gustaría que la gente nos señalara, se alejara, nos abandonara…? ¡Cuánto nos cuesta también ponernos en el lugar de los otros aun sabiendo que podemos estar en su propia piel en cuestión de poco tiempo!
Esa persona enferma de coronavirus es, por encima de todo, una persona. Hija de Dios y tan querida por el Padre como tú y como yo. Necesitada de afecto, comprensión y acogida como tú y como yo. Digna de respeto, valoración y aceptación como tú y como yo. Ampliemos nuestra mirada y abramos nuestro corazón porque esa persona, enferma de COVID-19, es nuestr@ herman@.

miércoles, 8 de julio de 2020

“TODOS TENEMOS PROBLEMAS”


La pandemia del COVID-19 está acrecentando los problemas de todo tipo: Familiares, laborales, físicos, emocionales, de relación…
Una compañera expresaba ayer su necesidad de hablar y de compartir sus luchas, sus dificultades, sus inquietudes, sus miedos… Y creo que este sentir es común a todos. Porque todos somos humanos, porque todos tenemos miedos, dudas… todos nos enojamos, nos entristecemos, nos preocupamos… todos podemos tener crisis de fe…
Encerrados en lo que nos sucede, en cómo lo vivimos, en cómo salir de ésta y en cómo afrontar lo que se nos va presentando… olvidamos interesarnos por la vida del otro
Queremos que nos escuchen, que se preocupen por nosotros, que alguien muestre interés por lo que nos pasa pero ¿lo hacemos con los demás?

En este momento en que las medidas de bioseguridad nos recomiendan, por la salud de todos, permanecer distanciados, podemos utilizar otros medios que permitan ayudarnos a relacionarnos para seguir creciendo juntos
Tanto el escuchar a los otros como el abrirnos a expresar lo que acontece en nuestro mundo interior y hacerlo con alguien de confianza, nos ayuda a conocernos, a valorar realmente lo importante, a crecer, a liberarnos
Ayudemos y dejémonos ayudar
Ningún momento es bueno para individualismos pero éste menos. Nos necesitamos unos a otros. Tengamos la disposición y apertura para escuchar a quien se nos acerca, y la humildad de pedir ayuda cuando la situación lo requiera.

lunes, 6 de julio de 2020

“PARA DIOS LO QUE CUENTA ES LA PERSONA”


Para Dios lo que cuenta es la persona. Somos seres humanos que necesitamos relacionarnos para crecer y madurar. ¿Qué actitudes y sentimientos tener con los otros si nos llamamos cristianos y queremos seguir a Jesús? Los mismos que tuvo Jesús poniendo a Dios, o sea al amor, en el centro de nuestras vidas.
En la vida son frecuentes los conflictos por querer defender la propia verdad, o la imagen, o los intereses personales. Es algo normal y natural porque somos distintos. El problema es cuando no somos capaces de escuchar al otro, dialogar, reconocer nuestra responsabilidad en lo ocurrido y además juzgamos. El centro deja de ser Dios porque ahí no está presente el Amor.
Para Dios lo que cuenta es la persona. La persona está por encima de cualquier conflicto de intereses. Una cosa es la persona y otra el incidente que tuvimos con ella. Si queremos que Dios sea el centro de nuestra vida, tener al Amor por bandera, dejarle ser y hacer… la humildad y la capacidad de pedir perdón y perdonar han de caracterizarnos.

El amor, la humildad, la compasión, la misericordia, el perdón, la tolerancia, la capacidad de escucha, la empatía, el mirar a los otros como Jesús les mira… NOS HACE GRANDES.
El preocuparnos por la persona por encima de lo que dijo o hizo… NOS HACE GRANDES
El reconocernos pequeños, en proceso, heridos, con dificultades y fallos… el mostrar nuestra debilidad y vulnerabilidad… NOS HACE GRANDES
Porque lo que realmente cuenta, lo que realmente tiene valor, es la persona en sí, una persona Hija de Dios a la que Él ama, perdona y mira con la misma ternura, misericordia y bondad que a ti y a mí.

domingo, 5 de julio de 2020

“EL ORGULLO Y EL PERDÓN”


¡Vaya título! Y es que nada tiene que ver el orgullo con el perdón. Es más, si creo que hay algo que puede desmontar el orgullo es reconocer los errores y pedir perdón, o perdonar a quien te ha ofendido
El orgullo enreda a la persona en sí misma y enferma. Se perjudica quien no da su brazo a torcer, quien no acepta su responsabilidad, quien se aferra a su ego
El orgullo nos aleja de Dios. “¡Que nadie se atreva a cuestionarme, o a decirme qué es lo que tengo que hacer, o a decirme lo que hice mal!”, “¿Qué se ha creído?”, “¿Quién es para juzgarme?”… Se ponen todos los mecanismos de defensa en acción y formamos una coraza que nos repliega en nosotros mismos a la vez que nos va carcomiendo el sin número de pensamientos contra la otra persona, que solo nos llevan a dañarnos.

No hay nada mejor, capaz de poner en su lugar al orgullo, que la humildad y el perdón pero ¡qué difícil cuando hay apego al ego, a la imagen!. Y cuanto mayor es el apego, cuanto más auto centramiento hay… más complicado es reconocer la parte de responsabilidad en eso que ha sucedido.
El camino de Jesús es un morir continuo… también a la propia imagen, esa imagen alabada por unos y criticada por otros… El apego a la imagen, el afán de defenderla contra todo tipo de amenaza, el deseo de que sea aplaudida por todos… nos pierde e impide a Dios ser y hacer su obra
La humildad y la capacidad de pedir perdón y perdonar a los otros es lo que realmente nos hace grandes, eso sí que dice mucho de quienes somos realmente
La humildad y el perdón son medios necesarios para crecer interiormente y liberarnos
¿Qué beneficio te da tu soberbia, tu apego a tu imagen…? ¿No crees que dejar caer tus máscaras te va a reportar una mayor ganancia? ¿Qué pierdes con intentarlo?

jueves, 2 de julio de 2020

“TOCANDO LA FRAGILIDAD”


No hay nada que nos haga ser más conscientes de nuestra pequeñez, debilidad y fragilidad que nuestra propia muerte. El verla de cerca nos pone cara a cara con nuestra verdad, nuestra limitación, nuestra temporalidad. Pero también con nuestros miedos, insensateces,  desconfianzas, dudas…
Hay países que ya viven una “nueva normalidad” mientras otros (a pesar de llevar más de tres meses y medio encerrados en casa) estamos en el lugar más oscuro del túnel. El número de contagios y muertos asciende de forma vertiginosa. Y ya todos conocemos familiares, amigos, vecinos que han enfermado e incluso han fallecido
Ver tan de cerca nuestra finitud nos tendría que ayudar a vivir, pensar, actuar y relacionarnos de manera distinta. Nadie es más que nadie, nadie puede más que nadie… y en estos momentos en los que ni el dinero es suficiente para alargar la vida, se pone de manifiesto que realmente “no somos nada”. Todos hechos del mismo barro, todos igualmente expuestos, todos vulnerables. Y es que si es el momento de partir, no habrá respirador, doctor, ni hospital que pueda hacer algo.
Yo digo que esta pandemia es antievangélica porque nos obliga a estar distanciados, encerrados físicamente… pero a la vez es un medio para que en medio del dolor, del sufrimiento, de las necesidades de los otros, de la enfermedad y de la muerte, podamos construir el Reino y vivir el Evangelio con nuestras actitudes y acciones
Que todo esto que estamos viviendo sea un medio también para, desde nuestra debilidad y fragilidad, dejarle ser y hacer a Dios


miércoles, 1 de julio de 2020

“LUGARES IRRENUNCIABLES DE ENCUENTRO CON ÉL”


Dios está en todo y todo es lugar de encuentro con Él pero hay lugares, espacios y momentos a los que no debemos renunciar. Son esos tiempos de encuentro personal con Él en la intimidad ya sea por medio de la oración o de los sacramentos.

Fácilmente podemos descuidarlos cayendo en la tentación del “hacer”. Y además ¡hasta lo justificamos!: “Te he dejado por estar sirviendo”, “También estás en el compromiso con los otros”, “Total por un día…”, “Es que si no lo hacía yo…”, “Es que nadie quiere comprometerse…”, “Es que me lo pidió el Padre y no podía decirle que no…”… Y poco a poco vamos abandonando  y dejando de considerar importante lo esencial
Si quiero que el “Primero Dios” no sea solo una frase hecha y bonita, tengo que organizar mi vida y mi día de tal forma que Él sea primero.
El hacer apremia, la mies es mucha pero “no por mucho madrugar amanece más temprano” y ni tú ni yo vamos a salvar el mundo
Se trata de hacer lo posible, no todo. Siempre va a haber cosas por hacer, situaciones que mejorar y gente a la que salvar
Comprometerte por encima de tu capacidad solo puede estresarte, enojarte e incluso enfermarte
Si no te cuidas y cuidas esos tiempos de “estar”, aparecerán otras tentaciones y cuando quieras darte cuenta te habrás perdido
Trabajo: Sí
Compromiso con el bien común: Sí
Atención a los “más pequeños”: Sí  
Pero sabiendo descansar y cuidando los espacios de encuentro personal con quien nos ama y nos sostiene