sábado, 25 de febrero de 2017

"NUESTRO ALFARERO NOS AMA"


Si hacemos una revisión de nuestra vida seguramente no dudaremos del gran amor que Dios nos tiene. Creo que ese amor se siente y experimenta con más intensidad en la medida que nos sentimos más pecadores. Hasta el punto de que pueden darse dos reacciones ante tanto amor recibido y tanta pequeñez experimentada:
-  Apartarse del camino por creerse indigno de continuar en él
- Continuar en el camino sabiéndose también indigno pero con humildad
Me da una gran tristeza los que, al no soportar tanto amor, se apartan del camino. Me da tristeza porque veo como se truncan sus vidas. Me da tristeza porque yo en más de una ocasión he tenido también esa tentación. Me da tristeza porque hubieran hecho una buena y gran labor.
Yo me encuentro, hasta el momento y espero que así sea siempre, en el segundo grupo. Me quiebro y me vuelve a moldear… y así una y otra vez… y yo me pregunto: “¿Hasta cuándo seguirá trabajando este alfarero en mi vida?”… ¡Y me da tanto dolor!, que cada día entiendo más a aquellos que deseaban morir antes que volver a pecar porque llega un momento que ¡es tan poca cosa lo que uno se siente, comparado con el gran amor de Dios!… que duele… y duele hasta llorar. No sé por qué Dios me tiene tanta paciencia, por qué Dios sigue confiando en mí, por qué Dios me sigue mostrando su amor, por qué me descoloca asignándome tareas que quisiera evitar por la gran responsabilidad que entrañan… Y si permanezco es por pura gracia porque por mí misma hace tiempo ya hubiera desertado, o tal vez ni hubiera comenzado. Pero gracias a Dios siempre he encontrado personas en mi camino, que a pesar de conocer lo más oscuro de mí o mi fragilidad o mi pequeñez, me han brindado su amor, su confianza y su apoyo… y a través de ellas he podido experimentar el gran amor que Dios me tiene.
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Dios nos ama y no tenemos que centrar la atención en nuestra fragilidad. Reconocer nuestras limitaciones, defectos, pequeñez… y con humildad dejarle ser en nosotros. Porque la obra es suya y no necesita gente perfecta sino personas que pongan su confianza en Él y no tanto en sus propias fuerzas y se dejen hacer.

Espero ser humilde y dócil para facilitarle la tarea. ¿Y tú?

viernes, 24 de febrero de 2017

"NUESTROS SENTIDOS"


Nuestros sentidos son la puerta a la experiencia de Dios. ¡Y qué olvidados los tenemos!. Tan olvidados que ni somos conscientes de ellos y ni los valoramos.
El otro día me contaba un hombre que había ido a hacer guardia para acompañar al santísimo en una capilla a la 1am durante una hora. Sin terminar su tiempo, una mujer entró. En tal momento, la señora a la que ni conocía pidió ser escuchada por él. A él le fastidió e incomodó porque ¡qué barbaridad, levantarse en la noche para estar “a solas con Él” y disfrutar del encuentro y aquella señora “fastidiando”!. ¡Qué ciegos estamos!. Mientras no abramos nuestros ojos y miremos más allá de lo que nuestros ojos físicos son capaces de alcanzar a ver, difícilmente podremos descubrir a Dios en los otros, en los acontecimientos…
Nuestras ideas limitadas y cuadriculadas de Dios pueden impedir que realmente se produzca el encuentro
Abrir nuestros ojos… prestar atención a los sonidos y a las palabras para poder escuchar a Dios… percibir los olores que nos llegan… tocar para descubrir el poder sanador que tiene el contacto físico y la acción de Dios a través nuestro… gustar de las cosas (de las grandes y de las pequeñas), de los acontecimientos (de los alegres y los no tan gratificantes), de las personas, de un viaje, de los quehaceres de cada día, de una canción, de un café o un helado, de una amanecer en la montaña, de una excursión…
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El amor de Dios envuelve nuestra vida, habita en todo y en todos, y es irradiado constantemente. ¿Qué tanto lo sentimos y experimentamos? ¿qué tan atentos estamos a la realidad que vivimos para percibir su Presencia?

viernes, 10 de febrero de 2017

“¿DÓNDE ESTÁ NUESTRO CORAZÓN?”



Isaías profetizó: “Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí”. ¿Dónde está nuestro corazón? ¿Dónde está nuestra vida? ¿En qué o en quién ponemos nuestra confianza?

Tal vez nos pase como a los fariseos y a los letrados. Decimos creer en Dios y seguir a Jesús pero de boca y con la mente mucho más que con la vida

Resultado de imagen para corazon liberadoPensemos en nuestras oraciones. ¿No son muchas veces una reflexión de lo que leemos o un sinfín de peticiones, alabanzas y acciones de gracias? En definitiva palabras y palabras… oraciones llenas de contenido pero vacías y huecas de amor… porque ¿cuánto de amor hay en ellas? ¿Qué es lo que andamos buscando cuando oramos?. Las oraciones acaban siendo demasiado racionales y poco afectivas, las palabras lo llenan todo y el corazón queda vacío. No es de extrañar en estos casos que se termine abandonando la oración o se haga por compromiso o a la carrera para terminar cuanto antes

“… su corazón está lejos de mí”. ¿Vamos a la oración con el corazón o solo con la mente?. ¿Cómo nos va a transformar la oración si no nos dejamos afectar, llenar de “su amor”?

La oración, decía Santa Teresa, es tratar de amistad estando muchas veces a solas con quien sabemos nos ama. La oración es el encuentro entre dos seres que se aman y que desean entregarse enteramente el uno al otro. Cuando así se vive y se experimenta: no hay prisa, sobran las palabras, y se desea el encuentro.

Pero para vivirlo así hay que vaciar el corazón de afecciones y afectos desordenados que nos distraen, que nos alejan y que se convierten en nuestro centro, en nuestros dueños y señores, perdiendo de esta forma nuestra libertad
Si conseguimos vaciar el corazón, por una parte con nuestra voluntad y por otra con la gracia de Dios, y deseamos internamente entregarnos completamente a Él y confiar en que en todo momento nos dará lo que más nos conviene, se producirá el encuentro. Y cuando ese encuentro se produzca, la vida cambiará y cambiará nuestra forma de ver y relacionarnos con los otros, y de ver y de relacionarnos con la realidad que nos rodea.

¡Cómo nos cuesta soltar, dejar ir…! Decimos poner la confianza en Él y andamos buscando seguridades en el mundo… ¿Qué tienes que soltar? ¿Qué está impidiendo en tu vida que se produzca el encuentro: el exceso de actividad, el buscarte, el sentirte valios@, las cosas materiales, el miedo, la desconfianza, las consecuencias, el dinero, el deseo de sobresalir, las distracciones tecnológicas, la desesperanza, la imagen, la salud, la comida…?
 
Su corazón desea encontrarse con el tuyo pero es necesario vaciarlo para que Él pueda llenarlo completamente. Tú decides: ¿seguir amarrad@ y atad@ a tus esclavitudes, o liberarte de todo para comenzar a vivir?

martes, 7 de febrero de 2017

"JESÚS ESTÁ ROTO"

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Hace un par de meses, en una eucaristía de diario en catedral, Monseñor Rómulo Emiliani decía algo así en su predicación tras leer el Evangelio: Cuando pregunto a la gente: “¿Cómo están?”, contestan que bien. Yo me molesto y les cuestiono porque: ¿cómo se puede estar bien viviendo en una realidad como la de Honduras?. Entonces concretan la respuesta de la siguiente manera: “Pues sí Monseñor, pero espiritualmente estamos bien”. Monseñor Rómulo continuó haciéndonos tomar conciencia de que espiritualmente tampoco se puede estar bien en un país como éste. Y el que dijera que estaba bien era porque vivía como en una burbuja, ajeno a la realidad y sin enterarse de la situación. ¿Cómo un cristiano puede “estar bien” cuando hay tanto dolor y sufrimiento alrededor?. Si vemos en el otro a un hermano y nos conmovernos hasta sentir el dolor ajeno, difícilmente podremos “estar bien”

No ha dejado de resonarme esa homilía un día tras otro. Hoy más que nunca le doy la razón, estoy plenamente de acuerdo con él. El pasado martes por la noche, le sucedió algo a una familia de mi comunidad de San Lucas. Yo me di cuenta hasta el miércoles a las 6am cuando salía de casa para celebrar la eucaristía en catedral porque me contó la señora de la casa en la que vivo. Me fui con una mezcla de sentimientos: tristeza, dolor, enojo, impotencia, indignación… Llegué a catedral y tras saludar a Jesús en el Santísimo me senté junto a las claretianas. Un señor se acercó a saludarme. Al verme me dijo: “¡Ay hermanita, ¿está con gripe?”. Le contesté solamente con un “No”. No hizo falta más palabras, se dio cuenta que no era algo físico lo que me tenía así. Me pidió que leyera el salmo. Con mi mirada quise decirle que no era el mejor día pero antes de que pudiera articular palabra argumentó: “No se preocupe hermanita, el Señor le va a dar fortaleza”. ¡Para qué me dijo!. Ni qué decir tiene que acabé leyéndolo.
Llegó el momento de la comunión. El sacerdote me dio un pedacito ¡tan chiquito!... que sería como un décimo de la forma grande o tal vez menor. ¡Con la de formas que había!. Me senté… y pensando en ese pedacito caí en la cuanta de algo. Jesús me estaba diciendo: “Yo también estoy roto, roto de dolor por tanto sufrimiento y por tantas tragedias que hay en este mundo”. Sentí que estaba conmigo, con esa familia de mi comunidad, con todo el que sufre. Que Él también sufre cuando sufrimos, que llora cuando nos ve tristes. Esa mañana Jesús compartía conmigo la tristeza, la indignación y la impotencia que sentía

Jesús está roto pero con nosotros.

Jesús está roto pero tiene el poder para darnos en cada momento lo que necesitamos para hacer frente a las situaciones que se presentan

Jesús está roto y se sirve de nosotros para transmitir su apoyo, su amor y su esperanza a los que solo ven oscuridad cuando la adversidad llama a su puerta

Jesús está roto pero VIVE y nos regala su Espíritu

viernes, 3 de febrero de 2017

"¿CÓMO SON LOS ELEGIDOS DE DIOS?"

Este Dios nuestro sabe lo que hace. Elige
 “A los locos…” porque solo a través de ellos puede hacer sus locuras… locuras que van en contra de lo que el mundo ofrece y propone... Locos capaces de aventurarse a vivir historias que cuestionan, que mueven conciencias, que no dejan indiferentes a quienes les conocen… Locos que estén dispuestos a entregar su vida incluso con su sangre si llegara el momento
* “A los débiles…”… porque solo en aquellos que se sienten frágiles, débiles y pecadores puede hacer su obra… en aquellos que ponen su confianza y seguridad solo en Él… en aquellos que mantienen su mirada fija en Él… porque solo su fuerza y su poder se puede manifestar a través de un ser que sea consciente de su pequeñez
* “A la gente sin importancia…”… porque solo a través de la gente sencilla, que no se cree la gran cosa, puede brillar su luz… porque tienen mayor capacidad de descubrirle en lo pequeño, en lo sencillo, en lo cotidiano… porque están atentos a su voz… porque tienen una sensibilidad especial… porque no aspiran a sobresalir, a destacar, a triunfar
* “A los que no valen nada…”… o mejor aún, a los que el mundo no valora porque no son rentables…

Si te sientes elegid@ se consciente de esta realidad. Dios te ha elegido para realizar su obra a través tuyo. Solo eres un instrumento que tiene como misión dejarle ser transparentando su amor allá donde estés. Se menos tú para que cada vez sea más Él. Hazte a un lado para que brille Él. Permanece firme, persevera y mantén siempre la mirada fija en Jesús. Que nada ni nadie te separe de Él. Que sea tu guía, tu luz, tu faro, tu centro, quien te mueva a actuar… no pierdas el horizonte. Recuerda quien te ha creado y te sostiene. Persevera y confía en el Señor. Él está contigo y en ti, y quiere hacer su obra a través tuyo.

miércoles, 1 de febrero de 2017

"DESPIÉRTAME"

“Despiértame Señor” es el título de una canción del grupo IXCIS que invito a todos a escuchar en youtube.
La semana pasada me pidieron dar un tema de espiritualidad a cincuenta catequistas. Uno de los puntos que toqué fue el estar plenamente en el presente porque solo en el presente podemos descubrir y encontrar a Dios.

¿Cuántos días pasan sin hacer balance o revisión de su paso por nuestras vidas?
Haz un recorrido con la mente del día de ayer o de hoy. Desde que te levantaste ¿dónde estuvo Dios presente?.

Dios nos da en cada momento lo que necesitamos, nos da el pan de cada día. Y se hace presente en nuestras vidas a través de los otros y de los acontecimientos. Su amor, su cercanía, su ternura y su bondad se hacen visibles a través de una visita, un regalo, una llamada, un email, un whatsapp, un beso, un abrazo, un “te quiero”, un “estoy contigo”, un “cualquier cosa que necesites me dices”, un “jalón” en carro…
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Y aún con tantos signos, gestos y guiños, andamos pidiendo aquello que creemos que necesitamos y poco o nada tiene que ver con lo que nos conviene. Mi oración hace días se ha convertido en “danos no lo que te pedimos sino lo que más nos conviene”. Él mejor que nadie sabe lo que nos conviene así que confiemos y recibamos con los brazos abiertos todas las muestras de su amor en forma de situaciones o personas que Él nos quiera regalar.
Cuanto más abiertos estemos a recibir su Amor y más conscientes seamos de este hecho, más amados nos sentiremos y más crecerá en nosotros el deseo de amar a quienes nos rodean. Que así sea para que nosotros también podamos transparentar su Amor, y “que quienes nos vean le vean”, “quienes nos escuchen le escuchen”, y “quienes se sientan amados por nosotros sientan su amor”.