El Señor a veces nos desestabiliza y nos
saca de lo que creemos son nuestras seguridades o nuestras verdades. Nos
presenta proyectos que no formaban parte de nuestros planes. Podemos seguirle,
como Mateo, o empeñarnos en que lo que pensamos, hacemos o queremos es
realmente su voluntad y quedarnos donde estamos y en lo que estamos.
¡Cuántas veces podemos hacer oídos sordos
a ese llamado!. ¡Cuántas invitaciones rechazadas porque “yo no quiero eso” o
“lo que quiero para mi vida es esto otro”!.
Abramos los oídos, los ojos y el corazón
porque donde menos lo esperemos y cuando menos pensemos, puede decirnos
“Sígueme”. ¿Nos vamos a quedar haciendo lo de siempre?: ¿Vamos a tener el valor
de “dejar todo” (nuestras ideas y creencias, nuestros quereres y apetencias, el
qué dirán…) para ponernos en camino y responder a lo que verdaderamente es su
voluntad?.
Dejémonos sorprender y comencemos a recorrer, si el Señor así lo quiere, caminos nuevos. Quien nos ama sabe lo que hace, lo que más nos conviene… y todo es siempre para bien.
Es necesario y vamos a decirlo, con palabras que se usan mucho actualmente, es útil DISCERNIR y aprender a pararse y DISCERNIR cuánto de lo que hago es voluntad mía, deseo de mis fuerzas o voluntad de Dios. Gracias Gloria.
ResponderEliminarCierto. No podemos olvidar que somos seres en crecimiento, amados por Alguien que desea lo mejor para nosotros. Pararse, estancarse, es no responder a esta llamada a caminar y seguirle.
ResponderEliminarEstar atentas al susurro De Dios.
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