sábado, 17 de mayo de 2025

“¿QUÉ HAY AL OTRO LADO?”

 

Voy a contar esta historia con el permiso de la protagonista. Es de nacionalidad rumana y de religión ortodoxa. Nos hemos encontrado por la calle últimamente más porque lleva varios meses de baja en su trabajo. Un día la invité a la adoración de los miércoles en la parroquia y, desde entonces, sólo falta por razón de fuerza mayor.

El miércoles al terminar, se acercó para decirme que al día siguiente la operaban. Ayer, después del retiro, me fui hasta el hospital. No podía imaginar el regalo que me tenía el Señor preparado, te lo comparto.

La encontré cenando. Su cara radiante, sus ojos brillaban. “Ay Gloria, te tengo que contar” – decía una y otra vez. Quiso dejar la cena y yo le insistí una y otra vez en que terminara.  Viendo su emoción me anticipé a lo que iba a ocurrir: “Creo que me vas a hacer llorar”.

Llegó el momento, la escuchaba atenta sentada junto a su cama. Comenzó contándome de su operación, de que la confundieron con otra paciente del mismo nombre y la bajaron para operarle de otra cosa después de que ya le habían puesto la anestesia. Gracias a Dios ella les advirtió de que se estaban equivocando y pudieron rectificar a tiempo aunque ya llevaba una dosis de medicación en su cuerpo que no le correspondía.

La operación que tenía que durar dos horas se complicó y duró más de cuatro. Reacción alérgica y casi se les va. De esto se dio cuenta después cuando se quejó de que le costaba tragar y le contaron que la habían tenido que entubar,

Y ya me preguntó: “Gloria, esa estrella que hay los miércoles entre José y María ¿qué es?”. ¡Qué ternura!. Me sonreí de la inocencia, de la sencillez, de la humildad. “Si no os hacéis como niños no entraréis en el reino de los cielos”. Le expliqué lo que era, no sé si me entendió ni si hace falta que lo entienda. Ella vivió su propia experiencia con “la estrella” y “la luz” que hay en el centro.

En lo que estaba sedada ella pasó por “la estrella”, atravesó  “la luz”. Al principio pensaba “Soy muy grande y el hueco es muy pequeñito”. Evangelio puro: “La puerta estrecha”. El caso es que cruzó al otro lado y allá todo era paz, armonía, luz, felicidad… “¡Qué bien se estaba allí!”. La escuchas contándolo y te habla de todo verde, los pájaros cantando, las flores… pero lo mejor es verle la cara, los ojos, la alegría que transmite... te metes en la escena sin esfuerzo alguno.

Por la luz llegó a la luz y a este otro lado veía montón de caras, unas conocidas y otras no tanto, y de pronto la reanimaron: “¡Despierta, despierta..!”. Los médicos estaban preocupados y ni imaginaban que ella se encontraba en el paraíso.

Después del paseo que me dio con la imaginación me despedí de ella. Anochecía cuando regresaba a casa y volvía con el corazón contento y agradecido. Como Jesús daba gracias al Padre por haber ocultado estas cosas a los sabios y entendidos, por revelárselas a la gente sencilla y por hacerme testigo de ello.

6 comentarios:

  1. Que bonito Gloria. Seguro que a partir de ahora vive su vida con más ilusión pues ya sabe lo que nos espera. Que afortunada ❣️

    ResponderEliminar
  2. Gracias Padre por estar conmigo siempre!una experiencia bonita que me ha dado mucha alegría! Bendiga todo el mundo! 🙏😘

    ResponderEliminar
  3. ¡Que maravilloso! Yo tuve esa experiencia el 16 de Diciembre me operaron de apendicitis, fue algo muy grave porque se me perforó. Cuando me pasaron a la sala luego de operada, yo me quería dormir, pero no lo lograba sino que veía algo muy bonito, unos jardines preciosos con flores muy lindas y yo le decía al Señor, aquí es bonito Señor pero me quiero dormir...logré dormirme y gracias a Dios estoy bien. Bendiciones

    ResponderEliminar
  4. 16 de Diciembre de 2023

    ResponderEliminar
  5. Gloria, gloria a Dios por ése gran regalo que has recibido. Te cuento a veces te dejo en visto porque no me gusta leer tus escritos a la ligera, sino que me encanta tomarme mi tiempo para hacer la reflexión, pero lo que has escrito ésta vez si es maravilloso. TKM.

    ResponderEliminar