A Dios
no le interesa ni le preocupa tu pasado. No te reclama ni te echa en cara lo
que hiciste o dejaste de hacer, lo que dijiste o callaste, las oportunidades
aprovechadas o las perdidas… a Él le importas tú como persona... te conoce y se dirige a ti por tu nombre
Le
importas aquí y ahora, le preocupa cómo estás y te quiere tal y como eres. Te
conoce mejor que tú mism@ y aún con todo… te ama
Desea
habitar en ti… poder vivir a través de ti… Y, así como hizo tras su muerte,
trata de buscar ocasiones y situaciones para hacerse presente y que tú puedas
experimentar el gozo y la alegría de sentir su amor incondicional y su
misericordia sin límites.
Ábrete
al amor incondicional de quien solo sabe amar
Ábrete a
su misericordia que no entiende de juicios, que no lleva cuenta…
Ábrete a
su compasión, a su ternura...
Porque
ya no puedes seguir viviendo desde ideas, desde la mente, desde la superficie,
desde los “tengo que” o los “debería”… Vive desde Él, desde la experiencia de
saberte y sentirte amad@ incondicionalmente. Solo así podrás sentirte un@ con
tod@s. Solo así podrás estar en comunión con todo y con tod@s
No hay comentarios:
Publicar un comentario