domingo, 15 de septiembre de 2019

"PASÓ LA NOCHE ORANDO" Lucas 6, 12-19


¡Qué importante la oración como medio para abrirnos al amor incondicional! Y es que solo desde esa apertura y desde mi estar llen@ de ese amor puedo sanar a otros. Solo si me lleno, puedo dar

La sola presencia de Jesús era sanadora (“Toda la gente intentaba tocarlo porque salía de él una fuerza que sanaba a todos”) porque dedicaba tiempo a llenarse de ese amor y paz (“… había pasado la noche orando”)


No se trata de darme o de dar porque “tengo que”… se trata de “ser” porque “Soy” y para eso tengo que conectarme con mi ser y ser consciente de lo que “Soy”
¡Qué importante el autocuidado espiritual!
¡Qué importante mi relación con Dios! pero con el Dios de Jesús porque crecemos con unas imágenes de Dios que nada tienen que ver con el Dios de Jesús y más que liberarnos nos esclavizan, nos amargan la existencia y nos generan culpas y autocríticas que vamos cargando como pesadas losas.

Necesitamos vivir desde el amor incondicional porque esa es nuestra esencia. Desgraciadamente  lo apagamos con nuestras múltiples ocupaciones que responden a una mente ávida de satisfacción personal, lo apagamos con nuestros pensamientos negativos y críticos hacia los otros o nosotros mismos, lo apagamos con nuestras actitudes egoístas, pesimistas, derrotistas..

La verdadera plenitud la da el abrirnos al amor incondicional, a Dios… y dejarle ser pero para llenarse hay que tomarse el tiempo. Haz silencio, acalla tu mente y permite que Él te llene con su amor… Después… déjate sorprender por lo que te quiera presentar.

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