miércoles, 25 de enero de 2023

“VINO POR LOS ENFERMOS Y LOS PECADORES”

 

El otro día una joven me confesaba que creía en Dios y también en Jesús pero no en la iglesia. Una de tantos que un día decidieron alejarse de la iglesia entendida como institución o estructura, o por el deficiente o mal testimonio que damos los que nos consideramos que la formamos…

Me quedó resonando su compartir. Y me recordó al rechazo o aversión que sienten los evangélicos por María. Si son realidades amadas por el Señor: ¿Cómo es posible no amarlas?. ¿Cómo podrá hacerse espacio la gracia en nuestras vidas si la obstaculizamos con nuestros juicios?.

Jesús vino por los enfermos y los pecadores. Si estamos dentro es porque pertenecemos a uno de esos dos grupos, y más de uno a los dos. ¿De qué padecemos? ¿Qué necesitamos sanar?. ¿En qué seguimos fallando pese a nuestros intentos y buenas intenciones?... No hay el menor motivo para vanagloriarse ni juzgar a otros, si así lo hacemos es porque todavía hay mucho en nuestro haber que requiere curación y una gran dosis de amor y misericordia. Hemos sido llamados e invitados no por nuestros méritos, nuestra bondad, nuestras buenas obras o apostolados, nuestra inteligencia o títulos universitarios… sino por nuestra condición frágil y pecadora, por nuestras carencias, por nuestra necesidad de amor. Y no para que hagamos obras extraordinarias sino para que nos dejemos alcanzar por el amor, para que estemos con Él, para abandonarnos en Él, para sanar nuestras heridas…

Si te sientes enfermo y/o pecador, Jesús vino y viene para ti, a ti. “¿Qué quieres que haga por tí?.

No hay comentarios:

Publicar un comentario