Escucho a
muchos su deseo de ser santos y yo personalmente me admiro. Y me admiro porque
imagino que cuando se refieren a ser santos están pensando en llegar a ser como
esos hombres y mujeres que han pasado por mil y una pruebas y dificultades y
hoy están en los altares. Creo que ser un santo de esos no es decisión nuestra,
no depende tanto de nosotros… es Él
quien escoge a sus santos.
“Nada
depende de la voluntad ni del esfuerzo humano, sino de la misericordia de Dios.” Romanos 9, 17
“El ha querido crear grandes santos, que pueden compararse a los lirios
y a las rosas; pero ha creado también otros más pequeños, y éstos han de
conformarse con ser margaritas o violetas destinadas a recrear los ojos de Dios
cuando mira a sus pies. La perfección consiste en hacer su voluntad, en ser lo
que él quiere que seamos...”. Historia de un alma. Santa Teresita.
Preocupémonos
de hacer lo que nos toca y de hacerlo bien… Si nacimos margarita, o amapola, o
campanilla, o clavel, o… no tratemos de ser orquídea, o rosa, o… Nos vamos a
cansar, nos vamos a quemar, nos vamos a flagelar cada vez que cometamos un
error, nos vamos a frustrar… No perdamos el tiempo tratando de ser lo que no
estamos llamados a ser. Aceptemos con humildad la misión personal que se nos
encomienda y seamos fieles a ella hasta el final.
“Todos estamos
llamados a la santidad” es lo mismo que decir que “todos estamos llamados a
amar”. Llamados a amar en todo momento, en cualquier lugar, y en cualquier
situación.
Que tu
preocupación no sea otra que amar y servir… para eso fuiste cread@... Lo demás
déjalo a Él que sabe lo que hace.
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