miércoles, 5 de abril de 2023

“BENDITA PEQUEÑEZ”

 

Sólo cuando somos conscientes de nuestras limitaciones, de nuestra dependencia (al ver que todo no lo podemos), de nuestro deterioro por la edad (enfermedades, cansancio físico)…, de nuestra incapacidad (no todo lo podemos controlar…), de nuestra pobreza (nada nos pertenece), de nuestra nada (todo es obra de la gracia)… Sólo entonces nos vemos y sentimos pequeños, y si tenemos fe nos puede llevar por dos senderos:

Enojarnos, pedir cuentas, quejarnos al Dios en el que creemos, adjudicándole ser el causante de todos nuestros dolores y sufrimientos. Atribuirle la responsabilidad y alejarnos de Él, a la vez que se acrecienta aún más nuestro vacío, tristeza, malestar. ¿Cómo poder ver en “Quien todo lo hizo bien” (creación) y en “Quien pasó su vida haciendo el bien” (sanación, misericordia, compasión…), al protagonista de todos los males que nos aquejan?.



El otro camino es tomar la determinación de buscarle y acercarnos a Él  pero no persiguiendo que elimine “eso” que nos perturba o angustia sino únicamente deseando unirnos a Él que se abajó para encontrarse con nosotros en nuestras heridas, fragilidad y pecado.

Y es que… difícilmente le vamos a encontrar, nos vamos a unir a Él, si seguimos buscándolo en las alturas. Siendo conscientes de nuestra pequeñez y en consecuencia de nuestra necesidad y dependencia de su gracia, es como podemos unirnos a Él. ¿Para qué entonces crecer si eso nos va a convertir en personas autosuficientes que se asientan en sus propias seguridades, cualidades, conocimientos, méritos…?

Mientras nos apoyemos en lo que hacemos bien, en nuestras capacidades, en las alabanzas de los otros, en los éxitos cosechados, en las personas que nos quieren… seguiremos creciditos o creciendo cada vez más y más.

Se abajó encarnándose en un ser frágil y vulnerable. No lo hizo para que crezcamos y nos perdamos buscándolo en la perfección o en las nubes, tampoco en las obras. Es en la pequeñez y la pobreza, ajena y propia, donde podemos encontrarlo. No hay que recorrer un largo trayecto, tampoco hacer cosas extraordinarias.  

Benditas circunstancias que nos hacen caer en la cuenta de nuestra pequeñez y a la vez de nuestra necesidad y dependencia de quien nos ha creado y ama. En vez de quejarnos y renegar, tendríamos que buscar ser cada vez más pequeños, alegrarnos de ser cada vez más chiquitos y agradecerlo. Reconociendo nuestra nada, lo poco que somos y podemos, estaremos unidos a Él y lo esperaremos todo de Él.

5 comentarios:

  1. O tal vez practicando la naturalidad, sin artificios ni falsas apariencias.

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  2. Dios es grande y maravilloso 🙏🙏

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  3. Hoy me doy cuenta que perder la intimidad con Dios, la vida no tiene sentido. Que perdido me siento en los ruidos del mundo. Gracias por esta hermosa reflexión que me lleva a seguirle a pesar de mis debilidades.

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  4. Gracias Gloria. Hoy te superaste!!!
    Pero cuanto cuesta a los "seguidores de ese Señor" aceptar con paz y alegria las propias limitaciones...
    Ay Señor. Cuando aprenderemos.

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