domingo, 19 de agosto de 2018

“¿CÓMO SE SENTIRÁ DIOS CON NOSOTROS?”


Resultado de imagen para la confianza de Dios

Conozco a un muchacho de 15 años que este año se puso a estudiar los domingo a distancia. Los demás días de la semana ha estado desde febrero que comenzó “haciendo nada”… en la calle. Y todos saben lo que hay en la calle en un país como Honduras. Desaprovechó el primer semestre y dejó la mitad de las materias. Fue a "pasear" al colegio. Le he seguido la pista desde que comenzó y todas sus andanzas: rotura de un pie por escapar de otros mareros que le iban siguiendo para matarle, salir a escondidas por la noche de casa para estar cuidando el barrio y regresar en la madrugada cuando sus padres ya se habían ido a trabajar, una semana preso en un centro penitenciario de menores (le condenaron a cuatro años pero la mara pagó unos 160 euros por él y lo dejaron el libertad, así funciona acá la justicia).

Hoy llegó su padre al colegio, un hombre super humilde, sencillo. Trabaja en el mercado vendiendo verduras de 5am a 5pm y todo para que a su familia no le falte la comida. Por supuesto que desconoce todo lo que ha vivido su hijo. Lo que no sé es cómo explica que el muchachito lleve un reloj de casi 100 euros y un cinturón de otros tantos euros. Su preocupación era saber si su hijo estaba faltando al colegio y cómo iba con las notas. Cuando se le informó de su deficitario rendimiento casi se le saltaban las lágrimas, peor cuando se dio cuenta de que había faltado a clase… El hombre se sintió engañado por su propio hijo. Él había puesto toda su confianza en él…

¿Acaso no nos ha pasado algo parecido? ¿Cuántas veces nuestros padres han puesto toda su confianza en nosotros y les hemos traicionado? Y voy más lejos… Viendo a este señor tan triste y decepcionado, con lágrimas en sus ojos… me imaginé a Dios cuando le fallamos. Él pone toda su confianza en nosotros porque nos ama incondicionalmente y nosotros… le fallamos. Y le fallamos por andar adorando otros dioses: el del dinero, el del poder, el de lo fácil, el del placer, el de la comodidad, el de la seguridad, el de la diversión, el de la vanidad, el del consumismo…

Sí… Dios nos da libertad… pero desea que hagamos un buen uso de la libertad… sabe que cualquier camino que no nos lleve a amar y servir, nos conducirá a nuestra perdición… Pero calla… porque respeta nuestra libertad…Sin embargo no puedo dejar de imaginar su tristeza al ver que escogimos el camino equivocado y que nos llevó a no dar fruto, a hacernos daño o a hacer daño a otros, a vivir desde lo superficial y lo inmediato, a vivir una vida sin sentido, a girar en torno a nosotros.

Afortunadamente nuestro Dios nos da una y otra oportunidad… porque nos ama incondicionalmente. Siempre estamos a tiempo de volver a ubicarnos en el camino. La decisión nuevamente es nuestra.

No me quito la imagen de este señor de la mente. ¡Estaba tan triste…!. Solo me queda pedir perdón a Dios por tantas veces que le he fallado y espero que la próxima vez que tenga la ocasión de caer, recuerde el rostro y especialmente los ojos de este hombre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario