sábado, 4 de abril de 2020

“LA SOLEDAD DEL CREYENTE”


Para mí hay una soledad mucho más dura que la de estar físicamente sol@. La soledad que sufren tantos hombres y mujeres creyentes, incluidos sacerdotes y religiosas. La soledad de pertenecer a una religión y no compartir ciertos ritos, tradiciones, mensajes, oraciones e incluso cantos. La soledad de formar parte de una comunidad y no comulgar con tus herman@s en la forma de concebir la iglesia, la religión, lo establecido, los rezos… y ni siquiera a Dios.

Esto no es algo nuevo y fruto de la modernización o de los avances en la sociedad. Esto es algo que ya ocurría en tiempos de Jesús. ¿Acaso Jesús no fue víctima de esta misma soledad?
Antes los fariseos fieles cumplidores de ritos, leyes, normas… Ahora los fariseos nos aferramos a un amuleto, a un salmo, a celebraciones, procesiones, a un rosario…
Antes Jesús, hoy no pocos, pasando por los grandes santos, han sido y siguen siendo víctimas de una soledad fruto de la incomprensión, de la impotencia, del no sentirse “en la misma onda”, del “no encajar”…
Ese Jesús que nació y vivió pobre, que experimentó el amor del Padre y confió en Él hasta el final… Ese Jesús que amaba la vida pero fue humillado, maltratado y asesinado… Ese Jesús que se dejó guiar por el Espíritu y por eso fue libre… Ese Jesús que fue fiel… ¿Qué actitudes tendría hoy ante lo que estamos viviendo? ¿Qué nos diría de nuestras peticiones, de nuestro sentir, de nuestro hacer, de nuestras exigencias, de nuestra forma de estar…? Al menos ojalá que no seamos como los fariseos echando pesadas cargas a los otros para que hagan “lo que nosotros hacemos o lo que creemos que es lo correcto para agradar a Dios”
Seguir a Jesús te condena a la soledad… La soledad del que se va adentrando en un camino incierto, de abandono, de confianza… La soledad del que cada vez entiende menos, del que duda… La soledad del que se siente pequeño y frágil… La soledad de la incomprensión, de la no comunión “con lo de todos”… La soledad del que todo le sobra… La soledad del que solo encuentra descanso en el silencio…
A ti que te conozco… y sé que vives esta soledad pese a estar acompañad@… sólo quería recordarte que no estás sol@.

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