lunes, 29 de noviembre de 2021

“¿CÓMO ES NUESTRA MIRADA?”

 

¿Quién no se ha sorprendido alguna vez criticando a alguien? ¿En qué se basan nuestros juicios? ¿Cuáles son nuestros parámetros sobre lo que está bien o no, lo que es justo o no…? ¿En qué nos centramos a la hora de hablar: en lo que ha hecho o dicho esa persona, en su forma de estar, en su comportamiento…?

Tristemente la mayoría de las veces por no decir todas, y mientras andamos como ciegos por el camino, nos quedamos con lo externo y nos olvidamos de la persona.

Una cosa es el pecado, la falta, el error, la confusión, la mala intención, lo que hace o dice… otra cosa es la persona. Y a veces nos pasa que nuestra mirada se enfoca en lo que no consideramos normal o no responde a nuestros criterios, y se nos olvida ver la dignidad, la fragilidad y pequeñez de quien acribillamos con comentarios despectivos e incluso venenosos.

A los fariseos les encantaba señalar las faltas, obsesionados por los errores y caídas de los demás. Para ellos su centro era la norma, el cumplimiento, las leyes… Jesús mira más allá, para Él lo que importa es la persona, sus necesidades, su sufrimiento…

Nuestra forma de mirar a los otros también nos habla de la imagen que tenemos de Dios. Si somos críticos y fácilmente sentenciamos según nuestro barómetro, el “dios” en el que creemos es un juez muy humano y poco divino. Si nos enfocamos en las faltas y pecados y se convierten en un tormento, nuestro “dios” es aquel que premia a los buenos y castiga a los malos. Si juzgamos a los otros en función de lo que hacen o dejan de hacer, nuestro “dios” es aquel que nos exige méritos, sacrificios y caemos en el activismo y en el estar comprometidos en todo… Si vemos en el otro a un ser vulnerable, limitado, necesitado… “a pesar de…”, es porque creemos en el Dios de Jesús que es capaz de “ver más allá” porque le importa y ama a cada persona

Esos otros, a quienes señalamos, están hechos de la misma materia que nosotros. No vamos a justificar comportamientos que van en contra de la dignidad y la vida de las personas pero si mirar y actuar con compasión y misericordia, más allá de los hechos, a cada uno que se cruce en nuestro camino… como Jesús miraría, como Jesús haría.

1 comentario:

  1. Es muy aleccionadora ésta reflexión. Donde nos recuerda... Ponerse siempre en el lugar del otro antes de juzgar y condenar.

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