domingo, 24 de enero de 2021

“Y TÚ ¿QUÉ BUSCAS EN ÉL?”

 

Muchísima gente iba a verle. Era tanta la multitud, que le arrollaban. Las personas que sufrían algún mal se echaban sobre Él para tocarle…

Hoy vivimos inmersos en un caos mundial que nos ha cuestionado sobre el sentido de nuestra vida, que ha hecho tambalear y en otros casos fracasar nuestros proyectos, en el que se ha puesto al descubierto nuestra debilidad, limitación y fragilidad humana… Quizás en estos momentos nos identificamos con todos aquellos que llegaban de todas partes a conocer a Jesús

Unos le buscaban porque estaban aquejados de alguna enfermedad física o emocional, otros por curiosidad o por el “show”, los menos porque deseaban encontrarse con Él y seguirle



Y tú… ¿Por qué buscas al Señor?

¿Le buscas siempre o solo en los momentos de dificultad o angustia?

¿Quién es Dios para ti? ¿Qué tan importante es en lo que vives y haces? ¿Qué tan presente está en tus actitudes y sentimientos para con los otros?

¿Cómo es tu relación con Él? ¿Rezas algo a la carrerita, por compromiso o por salir del paso? ¿Hablas y hablas y hablas? ¿Escuchas lo que tiene que decirte? ¿Es íntima y profunda, o superficial?

¿Qué tan frecuente es tu relación con Él? ¿Solo cuando hay problemas, cuando tienes tiempo o por el contrario reservas todos los días tu espacio y tu tiempo para encontrarte con Él?

¿En qué se basa esa relación: en el miedo, en la necesidad, en el amor…?

De cuáles sean tus respuestas, a estas y otras preguntas, dependerá la idea o imagen que tengas de Dios

En el fondo de todo corazón humano, creyente o no creyente,  hay un anhelo de encontrarse con Él pero no para que vaya a satisfacer las necesidades o resolver los problemas. Se trata de un deseo puro de amor incondicional de ida y vuelta.

Busca al Amor sin expectativas, sin exigencias… sin atropellarle. Ábrete camino entre la multitud sin golpear, sin empujar… con suavidad… solo así llegarás. Ábrete camino entre los ruidos y las voces que tratan de despistarte o desorientarte. Ábrete camino entre los afanes de cada día. Pero cuidado porque ese buscar, ese abrirse, no es tanto un hacer sino un detenerse y dejarse encontrar por Él. Cuando se produce el encuentro sobra toda palabra, el Amor lo llena y envuelve todo, hallaste lo que buscabas, solo te queda abandonarte y confiar

No hay comentarios:

Publicar un comentario