martes, 29 de junio de 2021

“ASIGNATURA PENDIENTE”

 

¡Cómo cuesta el tema del perdón! Ahora que para muchos terminan el curso, tal vez ésta es una asignatura pendiente en el haber de más de uno. Pero ¿cuál es la razón?. Hay un deseo en el fondo del corazón de vivir el perdón pero el orgullo se convierte en un obstáculo para que así sea.  Mientras el “yo” es el centro y me vivo como víctima de los otros o las circunstancias, o culpo a los demás o a mi mism@ de lo que ha sucedido, bloqueo la posibilidad del perdón.

Si mi egocentrismo perjudica practicar esta virtud para poder ser libre y feliz… ¿Cuál es la clave?. El descentramiento. Caer en la cuenta de que no soy el centro

Si es la ofensa o el daño causado, a los otros o a mí, quien ocupa el lugar central pasaré la vida culpándome o sintiendo odio, deseo de venganza y rencor por otros.



Para vivir la virtud del perdón, para poder liberarme de resentimientos y otras emociones que me enganchan malsanamente a personas, ofensas, caídas o experiencias sufridas con mucho dolor… es necesario situar en el centro “la misericordia”

Cuando fallo a Dios, hago daño a otros o incluso a mí, solo puedo perdonarme si me enfoco en la misericordia. Buscar culpables o continuar haciendo daño sobre el ya hecho, no me saca del enredo y la esclavitud.

Cuando son los otros los que, con sus palabras o hechos, nos hieren solo puedo perdonar en la medida que me descentre y ponga mi atención en la misericordia

Lo más importante del perdón no es el pecado, no es la ofensa, no es la culpa… es la misericordia.

Sólo cuando la misericordia sea el centro voy a ser capaz de pedir perdón, perdonar y  perdonarme

 

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