lunes, 14 de junio de 2021

“POR LA BOCA MUERE EL PEZ”

 

Así dice el refrán y así me pasa a mí. Quien habla, se expone. Quien se expone se arriesga a ser alabado, aplaudido, valorado pero también a ser criticado, señalado…

Hace unos días publiqué un escrito que tuve que eliminar horas después. Algunos no alcanzaron a leerlo, entraron y se dieron cuenta de que no se podía acceder a él. No lo retiré porque entre líneas se viera mi orgullo, prepotencia o vanidad. Decidí quitarlo porque, así me hicieron ver, podía dar lugar a malos entendidos o incluso podría dañar a alguien



No cuento ni canto las grandezas que el Señor hace en mi vida por vanagloria, por creerme más que otros… sino para que quienes no creen, crean… para que quienes no conocen el amor de Dios, se abran a él… para que quienes se sienten inseguros, aprendan a confiar en la providencia…

De cualquier forma, si en mis escritos se vislumbran mis defectos y debilidades es porque los tengo. Lo que me preocupa es herir susceptibilidades, y por esto sí que pido públicamente perdón.

Aprovecho también para agradecer a quienes me hacen ver mis fallos, descubrir mi pequeñez. En otros tiempos esto me hacía sentirme víctima de las circunstancias o de quienes me señalaban… me enojaba y mi ira no iba sola, le acompañaban el odio y el deseo de venganza. Hoy puedo decir (y esa es otra obra del Señor) que, lejos de enfurecerme, me duele tremendamente el corazón cuando por mis palabras u obras alguien puede sentirse dañado u ofendido. El cambio ha sido el descentramiento. Cuando eres el centro, todo te afecta. Cuando dejas de ser el centro del universo, todo cambia, dejas de vivir en una montaña rusa de emociones

Seguiré compartiendo lo que vivo y siento. No me importa exponerme porque quiero conocerme, crecer en humildad. Ayúdame y hazme ver mis debilidades y pecados. Gracias

2 comentarios:

  1. Cualquiera que se muestra en público se expone a las críticas tanto a favor como en contra, siempre los hay que te van a dar el palo hagas lo que hagas, recuerda el la parábola del sembrador, el desearía que todo fuese a tierra fértil y no es así, pero a pesar de ello sigue sembrado.

    ResponderEliminar
  2. Tírate a redentor y saldrás crucificado dice un dicho; aún así, el silencio no evangeliza a nadie, porque entonces las piedras hablarian.
    Hablamos de lo que hemos visto y oído y no podemos callar.

    Felicito a los que se atreven a hacerlo, aún a pesar de las críticas que nunca faltan. Saludos Gloria

    ResponderEliminar