viernes, 9 de julio de 2021

“ATRÉVETE A TOCAR LAS HERIDAS”


Se nos invita a huir de todo lo que sea dolor y sufrimiento y si no, tratamos de evitarlo a toda costa, cerramos los ojos ante esa realidad escondiéndonos en espejismos que no nos protegen… Todo para no tocar nuestra debilidad, vulnerabilidad, fragilidad…

Estamos heridos, y en vez de buscar los medios para curar nuestras heridas, ponemos una curita. El problema es cuando esa curita se levanta y volvemos a ver esa herida sin cicatrizar, y a sentir el dolor por la infección.

A Tomás, al que todos recordamos porque no creía que Jesús había resucitado, le salvó y le sanó el ver y tocar las heridas de Jesús. Tomás era un hombre herido. Experimentaba una desolación muy profunda (frustración, impotencia, decepción, tristeza…)


https://youtu.be/hVqq-SmVDwM

Descubrir a su Dios frágil, débil, herido… encontrarse cara a cara con Él… produjo la transformación en Tomás. El encuentro, el dejarse tocar y tocar las heridas le abrió el entendimiento y le cambió la vida.

El bueno de Tomás se presentó con todas sus dudas, sus miedos… Se presentó tal y como era, tal y como estaba. Y se dejó alcanzar por un Dios que comprendía su desolación porque también estaba herido

Y es que el encuentro solo es posible cuando hay empatía. La sanación comienza cuando hay acogida, aceptación, paciencia, escucha…


Que como Tomás tengamos el valor de acercarnos al Señor con lo que somos y tenemos… con nuestros éxitos y fracasos, nuestras luchas y resistencias… con nuestras heridas y cicatrices

Que como Tomás nos atrevamos a tocar sus heridas

Jesús no es un fantasma… tiene heridas que se pueden tocar, que te puedan sanar. Y ahora te invito a que termines tú esta reflexión con tu vida.


1 comentario:

  1. Me permitió éste tema saber que necesito a Dios para que me sane.

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