jueves, 8 de julio de 2021

“LE ROGARON QUE SE MARCHARA DE SU PAÍS”

 

Ante el miedo a lo desconocido, a perder la propia seguridad o estabilidad, a vernos desprotegidos por ver amenazada la identidad que nos hemos forjado… es conveniente “quitar de en medio” aquello que es diferente o que puede hacer tambalear el propio bienestar, comodidad, prioridades… Así echamos de nuestra vida a los que son diferentes,  a quienes no son o piensan igual,  y volvemos a reproducir lo que aconteció e hicieron hace muchos años con Jesús

Sacamos a Jesús de nuestra vida cuando llevamos el control, confiamos en nuestras capacidades, nos creemos inmortales y que podemos hacer con nuestra vida lo que nos “venga en gana”… Le sacamos de nuestra vida cuando nos buscamos, cuando nos resistimos a soltar, cuando nos distraemos en cosas banales… También cuando tratamos de imponer nuestras opiniones, hacemos daño a otros o a nosotros mismos, cuando no nos aceptamos… Echamos a Jesús de nuestra vida con nuestros rencores enquistados,  con nuestros juicios o con el orgullo que nos hace creer mejores que los otros e incluso juzgar o no perdonar…

Es el único que puede calmar nuestra sed, es lo que andamos desesperadamente buscando… y en vez de recibirle en nuestra casa, le expulsamos. ¿Cuáles son los miedos? ¿Qué tememos perder? ¿Qué creencias irracionales sería conveniente desmontar? ¿Por qué tanta resistencia?

Mientras no destronemos al “Yo” no podrá reinar en nuestro país, en nuestra casa, en nuestro corazón.

1 comentario: