lunes, 25 de mayo de 2020

“DATE PERMISO DE LLORAR”


El Papa Francisco animaba en una homilía hace unas semanas a pedir a Dios el “don de las lágrimas” y en contraposición me encuentro con multitud de cristianos que no se permiten llorar o en nombre de la fe no dejan a otros llorar.
Son tiempos difíciles en los que afloran multitud de emociones, una de ellas la tristeza y el dolor por la pérdida de seres queridos, por la impotencia, por el reconocernos y sentirnos vulnerables…
No retengas tu tristeza, date permiso de llorar, deja brotar tus lágrimas … drena esa emoción, no permitas que ese sentimiento te enferme

Hay muchas razones por las que la gente no llora: Por “pena”, por dar una apariencia de fuertes, porque han endurecido su corazón o porque “si lloro ¿cuál es mi fe?”
Me da pesar quienes se dicen creyentes y aconsejan no llorar y peor si lo  acompañan con comentarios como: “… tienes que ser fuerte, el Señor está contigo”, “no tengas miedo, acuérdate que estás en las manos del Señor”, “… piensa en tus hijos”, “…el Señor te está probando”…
¡Cuánto daño hacemos en nombre de Dios!. ¿Te has parado a pensar que cuando recomiendas a otro que no llore es porque esas lágrimas te hacen daño a ti? Eres tú quien no soporta ver a otro llorar.
No disminuye tu fe por llorar, no eres peor creyente por llorar… Llorar nos recuerda nuestra pobreza, fragilidad y humanidad. Jesús lloró… Tú y yo necesitamos llorar. Nos hacemos un bien cuando nos permitimos llorar. Ayudamos a los otros cuando les concedemos el derecho y les animamos a llorar. No retengas tus lágrimas ni las de los otros. Date y da permiso a los otros de llorar. Y como dice el Papa Francisco: “Pidamos el don de las lágrimas… para los otros y para nosotros”

No hay comentarios:

Publicar un comentario