domingo, 3 de mayo de 2020

“HOY QUIERO QUEDARME EN TU CASA”


Zaqueo deseaba encontrarse con Jesús ¿tú lo deseas?. Zaqueo puso los medios, corrió y se subió a un árbol ¿qué medios estás poniendo para encontrarte con Él?.

Entre la multitud y el ruido, Jesús consigue ver a Zaqueo… y Jesús le mira, y Zaqueo mira a Jesús. ¿Cómo sería ese cruce de miradas? ¿Qué sentiría Zaqueo en su corazón ante la mirada de Jesús? Lo que está claro es que esa mirada no hablaba de condenación ni de reproche… Jefe de los cobradores de impuestos y muy rico pero esa mirada solo hablaba de amor. ¿Me he puesto alguna vez ante la mirada de Jesús? ¿Me atrevo a dejarme mirar por Él? ¿Qué obstáculos pongo a esa mirada: auto exigencia, soberbia, perfeccionismo, vergüenza, culpa, miedo, ideas de un “dios” que distan del Dios de Jesús…?
“Hoy quiero quedarme en tu casa”… ¡Qué buen mensaje en este momento que, quienes podemos, estamos en casa!. Así le dijo Jesús a Zaqueo cuando le vio subido en aquel árbol. Y hoy te dice: “Quiero quedarme en tu casa, en tu corazón”. Pero ¿para qué quiere quedarse contigo? Para alentar tu esperanza, para darte alegría en medio del dolor, para sanar tus heridas, para consolarte, para liberarte, para ser uno contigo, para compartirlo todo contigo, para ser desde ti, para hacer a través tuyo, para…
Zaqueo bajó rápidamente y lo recibió con alegría… ¿Acaso el amor puede ser recibido de otra forma? ¿Acaso rechazas a quien quiere amarte? ¿Cómo te sientes con quien te ama, te acepta y valora tal y como eres?
El encuentro de Zaqueo con Jesús fue lo que transformó su vida. Sólo el encuentro con Jesús puede hacer posible la conversión de nuestros corazones. Solo la experiencia de sentirnos amados incondicionalmente puede liberarnos
Que como Zaqueo te busquemos
Que nos dejemos alcanzar por Tu mirada
Que nos miremos como Tú nos miras
Que te hospedemos en nuestra casa
Y que ese encuentro y tu amor transformen nuestras pobres vidas
Amén


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