sábado, 23 de mayo de 2020

“SE ACRECIENTAN LOS PROBLEMAS”


Desde que comenzó la pandemia están afectando múltiples problemas a la sociedad. En Honduras ya son diez semanas confinados en casa y, aunque sabemos que al final del túnel está la luz, todavía vemos todo muy oscuro.
Los despidos laborales o suspensión de trabajo y sueldo por tres o cuatro meses lleva a muchos a emigrar a sus lugares de origen, a pasar hambre, a tener que pedir… y en otros casos a delinquir
La necesidad de quienes trabajan en la economía informal de salir a la calle todos los días les conduce a exponer su vida al estar en contacto con infinidad de gente que no cumple con las medidas de bioseguridad establecidas
La suspensión de clases presenciales y la alternativa de clases on-line excluye a quienes carecen de recursos por no disponer de celular o no con la capacidad suficiente para  poder poner una recarga de internet o descargar las numerosas aplicaciones que exigen sus profesores
La escasez de insumos de protección para sanitarios y otros trabajadores en hospitales, y de recursos para combatir la enfermedad pese a los millones recibidos para afrontar esta crisis hace más vulnerables a unos y a otros
Y podría seguir enumerando...
Como consecuencia de estos y otros problemas “externos” se están acrecentando otro tipo de problemas que afectan emocionalmente a las personas:
Depresión, ansiedad, angustia, estrés, desesperación…
Violencia intrafamiliar en los hogares y aumento de mujeres asesinadas
Impotencia, frustración, tristeza, soledad… sentida por quienes son  estigmatizados por padecer de coronavirus o por los que no pueden acompañar a sus familiares en su enfermedad o en sus últimos momentos
Pérdida del sentido de la vida, deseos de acabar con la vida…
Demasiado dolor interno y sufrimiento que no vamos a sanar de la noche a la mañana
Demasiado daño que no va a ser posible reparar únicamente con palabras
Demasiados problemas que no podemos obviar y ante los cuales no podemos cerrar los ojos

Si todo esto no toca nuestro corazón será señal de que todavía está endurecido. Será signo de que esta pandemia no llegó ni a acariciarnos la piel. Este problema es mundial, nos afecta a todos. Extendamos la mirada. Y pidamos al Señor un corazón sensible, un corazón de carne capaz de conmoverse y actuar ante la realidad porque todos somos hermanos

1 comentario:

  1. Dios mío, aunque es una realidad mundial,se siente más en uno países que en otros,nuestra peor pandemia en Honduras, es la corrupcion,y contra esa es más difícil luchar que el mismo covid..parece que nunca hallaremos la vacuna,o quienes tienen vacuna no la quieren usar para aliviar un Poco la carga a los más vulnerables de este pais..El pobre sigue cargando con todo lo dicho anteriormente,ya estamos tanjorobados.que muchos prefieren no despertar..

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