viernes, 29 de mayo de 2020

“MI VIDA NO TIENE SENTIDO”


Este es el pensar y sentir de muchas personas y más ahora que los problemas, como consecuencia de la pandemia del coronavirus, se acrecientan.
“Mi vida no tiene sentido”, “no le importo a nadie”, “ya no quiero vivir”, “para vivir así prefiero estar muert@”...
No he escuchado datos sobre la cifra de suicidios pero supongo que, al igual que el de las víctimas de violencia doméstica, aumentó y lo seguirá haciendo en las próximas semanas.
Pienso en gente que ha sufrido en condiciones extremas: secuestrados por meses y condenados a vivir en un zulo de uno o dos metros cuadrados, torturados, prisioneros en campos de concentración… En personas que mueren cada día de hambre o enfermedades que en países desarrollados se curan con unas medicinas o una vacuna… seguramente por la mente de ellos muchas veces rondaron también estos pensamientos.
Es importante descubrir de dónde me vienen esos pensamientos y a dónde me llevan.
Si me llevan a inventar formas de acabar con mi vida, a encerrarme en mí y a aislarme de los otros, a dejar de auto cuidarme… estoy forjando mi propia destrucción
Tal vez esté realmente convencid@ de que “mi vida no tiene sentido y es mejor que termine cuanto antes porque para vivir así…”. Es comprensible sentir así en según qué situaciones pero ayudará el dar vuelta al pensamiento y plantearme lo contrario: “¿Para quién soy importante y necesari@?”. “¿Qué proyectos dejaría sin terminar si mi vida acabara, qué me queda pendiente por hacer?”. “¿Qué espera la vida de mí?”. “¿Qué puedo aportar a la humanidad?”

Independientemente de mi edad, de mi estado físico o de salud, de mis conocimientos o formación, de mi profesión, de mis posesiones, de mis creencias, de mis cualidades o defectos, de mi historia y de mi realidad, de si soy hombre o mujer… si sigo en este planeta es porque MI VIDA TIENE SENTIDO para alguien o para algo… y aunque solo sea por ese alguien o ese algo: TENGO QUE PONERME EN PIE y seguir dando todo lo mejor de mí. Alguien necesita de mi presencia, de mis palabras, de mi escucha, de mi cercanía… algo espera ser creado. Tu vida, mi vida, nuestra vida merece la pena.

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