lunes, 3 de agosto de 2015

“¿CÓMO CONQUISTAR LA LIBERTAD INTERIOR?”.... “HOW TO CONQUER INNER FREEDOM?”

Cuando se habla de libertad la mayoría piensa en hacer lo que le apetece, estar donde desea, poder ir y venir sin ataduras, no depender de otros ni tener que estar pendientes de otros… en definitiva ser autosuficiente para hacer lo que a uno le venga en gana en cada momento.
A lo largo de la vida pasamos por diferentes etapas…
a)      Cuando nacemos somos totalmente libres de condicionamientos, de la imagen, de creencias…
b)      A medida que vamos creciendo nos vamos poniendo cadenas para adaptarnos a familiares, profesores, compañeros, amigos… y en definitiva a la sociedad
c)       Los hay que siendo conscientes de las cadenas que les apresan y en un intento de liberarse optan por un camino erróneo pero a veces necesario, siempre y cuando no se queden ahí.  Es el camino de aquellos que en su afán de abrir los ojos no utilizan los medios adecuados. Andando se hace el camino y cada cual tiene que recorrer el suyo.  El medio que utilizan es pasarse al otro extremo: “A mí todo me vale”… “ahora tengo que pensar en mí primero”… “eso es problema de los otros”… “cuando haga lo mío o termine esto en lo que estoy atenderé a los otros”…  Y empiezan a moverse y a regir su vida en función de un ego soberbio y autosuficiente que antepone sus apetencias y sus deseos por encima de todo y de todos. Pueden creerse libres pero son esclavos de sí mismos
d)      El culmen sería dar el siguiente paso… salir de uno mismo… Solo el anteponer los problemas, necesidades y sufrimiento de los otros sobre lo que quiero, deseo o me apetece, me conducirá a la verdadera libertad… a la libertad interior a la que nos invita Jesús y que desea para todos y cada uno de nosotros
Pablo también nos lo recordó. 1 Corintios 10, 31-11.1 “Hermanos: Así pues, ya comáis, ya bebáis o hagáis lo que hagáis, hacedlo todo para gloria de Dios; como yo, que procuro contentar en todo a todos, no buscando mi propia ventaja, sino la de la mayoría para que se salven. Sed imitadores míos como yo lo soy de Cristo”
San Ignacio de Loyola mostraba también el camino: “Que todas mis intenciones, acciones y operaciones sean puramente ordenadas para el servicio y la gloria de Dios, de tal manera que siempre y en todo estén orientadas a hacer tu voluntad, a lo que tú quieres para mi vida y la vida de los demás”.
Insistía en la importancia de tener bien claro el fin de la vida humana: en todo amar y servir. Y la necesidad de ser indiferentes, que no es otra cosa que ser libres interiormente, hasta el punto de no desear más salud que enfermedad, riqueza que pobreza, vida larga que corta, honor o deshonor… y así en todo lo demás.
El bien común es el medio que nos conduce a la verdadera libertad. ¿Quieres ser libre?
-         Deséalo
-         antepón las necesidades, problemas y sufrimiento de los otros a tus deseos, caprichos y apetencias
-         y pide la gracia para irte desprendiendo de tantas cadenas que te impiden ser.
Para San Ignacio la contemplación de la pasión de Jesús nos enseña a ser “señores de sí”, nos enseña a ser verdaderamente libres. El conocimiento, la admiración,  el entusiasmo y enamoramiento de Jesús. La identificación afectiva con Jesús como la única fuerza capaz de lograr hacernos salir de nosotros mismos y liberarnos.
Ni la enfermedad, ni la desolación, ni la angustia, ni el dolor, ni el sufrimiento… ni siquiera la muerte tienen la última palabra. El amor de Jesús expresado en todo momento y hasta el final nos confirma que el amor todo lo puede. Si Jesús pudo…y tantos otros también… nosotros podemos
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxx
 
When it comes to freedom, most of the people think it is all about doing whatever we want, being wherever we want, being able to come and go without any constraints, not depending on others nor keeping an eye on anybody… In short, being independent and self-sufficient.
Over the course of our lives, we go through different periods…
When we are born, we have utterly no aesthetic or belief restrictions…
As we grow older, we chain ourselves up in order to adapt to relatives, teachers, colleagues, friends… to society, in short.
Some people are aware of the fact that chains arrest us and, in an attempt to get rid of them, they choose the wrong path, sometimes necessary, as long as they don’t stay there. That is the path of those who, in their efforts to open their eyes, do not use the right means. Paths are made by walking, and each of us has to make their own one. The means they use are to get closer to the other extreme: “everything is fine for me” … “now I have to focus on myself first” … “that is somebody else’s problem”… “I will help others when I finish with my issues” … And they start moving and guiding their lives based on their selfish and arrogant ego, which puts their ambitions and wishes ahead of everything and everybody. They might think they are free but they are slaves of themselves.
The culminating point of this attitude would be getting away from oneself… Only putting other people’s problems, necessities and suffering ahead of what we want, wish or feel like doing, will lead us to true freedom… to the inner freedom to which Jesus invites us and which He wishes for each and every one of us.
Paul also reminded this to us. 1 Corinthians 10, 31-11.1 “Brothers and sisters: so, whether you eat or drink, or whatever you do, do everything for the glory of God; Be imitators of me, as I try to make everybody happy, not looking for my own advantage, but everybody’s advantage, so that they can be saved. Be imitators of me, as I am of Christ”
Saint Ignatius of Loyola also showed us the path: “I want all my intentions, actions and operations to take place for the service and glory of God”. He insisted on the importance of clearly knowing what the goal of human life is: to love and to serve. He also highlighted the necessity of being free inside, to the extent of not wishing more health than illness, richness than poverty, longer lives than shorter lives, honour or dishonour… and so on.
The common good leads us to true freedom. Do you want to be free?
Wish for it,
put other people’s necessities, problems and suffering ahead of your wishes, treats and ambitions
and ask for the grace of god to be able to get rid of the chains that stop you from being.