viernes, 29 de septiembre de 2023

“MIENTRAS HAYA LUZ HABRÁ ESPERANZA”

Sólo somos la lámpara. Una lámpara creada para dar luz, de lo contrario no pasaremos de ser un bonito adorno.

El Señor tiene pensado un lugar para cada una de sus lámparas y nos lo señala por medio de las circunstancias o los deseos más profundos que pone en nuestro corazón. Y todo porque quiere que su Luz sea e ilumine a otros.

Debemos recordar que tan sólo somos lámpara y no atribuirnos el más mínimo destello de esa luz que se irradia por medio de ella. Que los demás puedan ver la Luz, que puedan conocerle.

Y es que a pesar del pesimismo que muchas veces se respira en el ambiente, y hasta a alguno “pasado de rosca” prediciendo el fin del mundo,…

Mientras haya lámparas habrá luz

Mientras haya luz habrá esperanza

Y sí… como todo lo material, también las lámparas son perecederas, tienen sus días contados y dejan de cumplir su función y por lo tanto de existir pero otras nuevas surgirán y seguirán siendo canales de esa Luz.

Nada ni nadie puede apagar la Luz porque somos demasiados millones de personas poblando la tierra. Siempre habrá algún alma que recuerde agradecida de dónde viene y a dónde va, y desee ser instrumento para que la Luz se siga abriendo paso en medio de la oscuridad y de las realidades de muerte.


lunes, 25 de septiembre de 2023

“¿HACIA DÓNDE ESTÁ ORIENTADO EL CORAZÓN?”

 

Cuando el corazón está orientado hacia sí mismo, cuando solo se busca en todo lo que hace, por muy santo que pueda parecer, se pierde. Quien padece de egocentrismo siempre quiere quedar por encima de los demás, que se hable bien de él, tener éxito, anotarse numerosos méritos… Hace las cosas a su manera y desea que los otros le imiten, no reconoce sus errores, no es agradecido porque siente que todo lo bueno que le pasa se lo merece, no se abre a la posibilidad de aprender o a las sugerencias de otros, siempre encuentra justificación para sus errores… Y puede asumir diferentes roles, desde perseguidor hasta víctima de las circunstancias y de quienes le rodean.

Síntomas de sufrir egocentrismo son: La envidia, la soberbia, la vanidad, la vanagloria, los juicios y críticas a otros, la humillación o violencia a otros… La persona cree ser el centro del universo y espera que todo/s gire/n en torno suyo: Aplaudiéndole, apoyándole, consolándole, dándole la razón, aprobando sus formas…

Las consecuencias son nefastas porque a mayor egocentrismo menor libertad. Te vuelves esclavo de los otros: De su aprobación, de sus aplausos, de su cariño…

El problema se agrava si no se es consciente de este mal. Sin caer en la cuenta de este padecimiento difícilmente se sale de ese enredo.

No faltan las ocasiones en las que se presenta la tentación de verlo todo desde nuestro yo. Serán también las oportunidades de abandonar la búsqueda de sí y orientar las acciones realizadas, por simples y escondidas que parezcan, a la mayor honra y gloria de Dios

jueves, 21 de septiembre de 2023

“¿DE QUIÉN ES LA INICIATIVA?”

 

A veces entendemos mal eso de la voluntad de Dios y comenzamos a hacer lo que creemos o consideramos correcto cuando en realidad tan solo respondemos a la idea que tenemos de Dios y de lo que puede querer de nosotros.

A unos les parece que hay que estar el mayor tiempo posible sirviendo en la iglesia. Otros consideran que la mejor forma es estar con los más frágiles, con los vulnerables, con los excluidos. Los hay que… ¿Quién está en lo correcto?.

Para cada uno hay un camino, no se trata de imitar o de copiar a los de al lado o a los que nos precedieron. Lo que sí podemos aprender de nuestros antecesores es su capacidad para escuchar y responder aunque eso suponga: cambiar de rumbo, romper esquemas, deshacer el camino andado, abrirnos a lo nuevo...

Esforzarnos por…, empeñarnos en… nos encierra en nuestras propias ideas, concepciones y formas, nos hace sordos a cualquier invitación del Señor. De remate, puede ocurrirnos que cuanto más difícil se nos presenta la realidad más convencidos estamos de que estamos en el camino correcto. ¿Será eso voluntad de Dios?.

Hacemos su voluntad cuando dejamos que Él tome la iniciativa y respondemos con nuestra vida a su insinuación. En muchas ocasiones ni habíamos pensado en algo así, nos desarma, nos rompe los esquemas… pero se da con tanta suavidad y cariño que no supone esfuerzo alguno, ni conflicto interno, y no puedes dejar de responder.

Pienso en María, pienso en José, pienso en… tantos hombres y mujeres de carne y hueso que soñaban un futuro distinto al que se les propuso. No inventaron qué hacer para responder al amor del Señor. El Señor tomó la iniciativa y les presentó un proyecto. Hubo quien escuchó y respondió con su vida pero no siempre es así. Que no nos suceda que enredados y cegados “en lo que creemos” o “pensamos” que es su voluntad, dejemos realmente de hacer SU VOLUNTAD.

 

lunes, 18 de septiembre de 2023

“NO ADELANTEMOS ACONTECIMIENTOS”

 

Hace unos días me escribió una amiga angustiada ante algo que le habían comentado y que podía afectar a su situación laboral. En ocasiones nos perturban noticias que ni siquiera han sucedido imaginando un sinfín de posibles escenarios, casi siempre “desastrosos”.

El pensar reiteradamente en lo que ocurrirá, nos agita aún más. Podemos hablarlo con alguien pero ¿con quién?. No faltarán quienes remuevan más nuestros sentimientos y confirmen nuestros temores, buscando culpables y apoyando  nuestro victimismo. ¡Bastante tenemos con remover nuestra agua como para que otros nos ayuden a agitarla aún más!. Lo que nos puede ayudar es que el agua se calme. No nos centremos en los hechos, en las situaciones, trascendamos todo ello, miremos más allá. Es complicado si no se tiene fe, lo entiendo, no sé cómo se podría hacer en esos casos. La fe ayuda a ver todo desde otra dimensión, a descubrir un plan de amor en todo lo que acontece, a recordar en manos de quien estamos, quien nos sostiene. Dejar estar “eso” que me inquieta recordando quién me ha creado, quién me ama, quién sabe mejor que yo misma lo que me conviene… confiar, y convencerme de que lo que sea será lo mejor.

“Solo por hoy” decía Santa Teresita. No adelantemos acontecimientos. “Cada día tiene su afán”. Vivir pensando en lo que podría ocurrir nos impide disfrutar, estar alegres y gozar de paz en el momento presente.

viernes, 15 de septiembre de 2023

“SEGUIMOS CORTANDO CABEZAS”

 

Me quedo perpleja ante muchas de las noticias que acaparan los informativos. Hace unas semanas el caso del cocinero, hijo de actor, que mató y cortó a pedacitos a un cirujano. Después el del beso en la final del mundial de fútbol de mujeres. Y todo ello despertando juicios de unos y de otros.

San Juan Bautista solo buscó el bien, deseó que todos viviésemos como hermanos y acabó asesinado cruelmente por el capricho de una joven que deseó ver su cabeza sobre una bandeja de plata.

Entre un caso y estos otros han pasado más de dos mil años pero lo cierto es que seguimos cometiendo los mismos crímenes. La realidad no ha cambiado tanto. La humanidad sigue padeciendo de las mismas miserias, de la misma fragilidad, de la misma maldad…

En pleno siglo XXI seguimos cortando cabezas con nuestra lengua: Al que sale en la tele, al vecino, al compañero de trabajo, al hermano… Los juicios hablan de orgullo, de desconocimiento de la propia verdad. ¡Como si lo que ha hecho aquel a quien señalo nunca sería capaz de hacerlo!. ¡Qué confundidos estamos!. Yo no me veo capaz ni de decir que algún día no podría matar a alguien o incluso cortarlo a pedacitos. Siento si escandalizo a alguien pero así me veo, quizás por eso no tengo el valor de emitir el más mínimo juicio ante una realidad así.

Hablar es muy fácil pero caigamos en la cuenta de que podemos llegar a hacer cosas peores. Señalar es una manera de no mirarnos, muchas veces buscando que otros también miren a “quien comete el crimen” para que no conozcan nuestra verdad. Es preferible apuntar con el dedo a otro, así nadie se fije en uno.

No quiero justificar comportamientos, ni apruebo con lo que digo ciertos hechos, pero si conociésemos nuestra naturaleza seguro que no nos sentiríamos dignos de emitir el mínimo juicio.

Pienso en quienes seguían a Jesús. Todos estaban convencidos de acompañarle hasta el final. A la hora de la hora uno le traicionó, los demás lo abandonaron. Nos pasa y puede haber pasado que, pensando en creer poder hacer algo o evitar una caída, hemos fracasado. Pongamos atención en la viga que tenemos en el ojo antes de incentivar a otros a señalar los defectos de otros o apoyar a quienes nos muestran los errores de los demás. Porque todos podemos llegar a cometer los mismos “crímenes” o peores sin que necesariamente corra la sangre.  

lunes, 11 de septiembre de 2023

“ALABAR Y DAR GRACIAS”


 

En los ejercicios espirituales hablaba el sacerdote de la importancia de la oración de alabanza y de acción de gracias. Claro que es muy fácil alabar y dar gracias al Señor cuando todo va bien y la vida parece que nos sonríe pero ¿Y cuándo a un familiar le dan un diagnóstico terminal o fallece?, ¿Y cuándo alguien a quien queremos se queda sin trabajo o tiene un accidente?, ¿Y cuándo nos critican, nos humillan, nos desprecian…?, ¿Y cuándo…?. Cada uno sabe en qué situaciones o circunstancias se le hace difícil alabar y dar gracias a Dios.

Tenemos un concepto limitado de lo que es bueno o malo para nosotros. Quedarnos en eso que sucede sin trascenderlo nos lleva a emitir rápidamente un juicio y a dejarnos llevar por la valoración que hacemos. Normalmente gozo cuando todo va bien, o tristeza, enojo, impotencia, frustración… cuando no nos va tan bien.

Si fuésemos más conscientes de que todo, TODO, forma parte de un plan de amor… Si fuésemos más valientes y nos abandonáramos de verdad a su voluntad… Viviríamos más despreocupados y más confiados.

Nuestro entendimiento no podrá llegar a comprender el propósito de eso que pasa, o los beneficios que va a tener para la vida de quien lo experimenta o de quienes le rodean… Ahí es donde hay que dejar el entendimiento aparcado y agarrarse de la fe. Solo entonces podemos elevar una alabanza y una acción de gracias a quien nos creó, nos cuida, y nos da en cada momento lo que más nos conviene.

Démonos permiso de sentir enojo o cualquier otro sentimiento por eso que acontece, pero solo por un ratito… Si permanecemos mucho tiempo en todos esos sentimientos de resistencia, será como cerrar la puerta al amor, a la gracia. Enredarnos en nuestras inquietudes solo hablará de nuestra falta de confianza en quien nos da la vida y sostiene. Tenemos que dar un salto al vacío. Todo es para bien de los que aman a Dios. “Bendito y alabado seas Señor”. “Gracias, gracias, gracias…”.

viernes, 8 de septiembre de 2023

“INDIGNOS PERO AMADOS”

 

Puede que no nos creamos merecedores del amor de Dios si revisamos nuestro pasado, nuestros defectos, nuestras debilidades, pasiones, apegos… Y es que si buceamos en nuestra historia, en nuestra vida, y en lo más profundo… no encontramos más que miseria, pobreza… Afortunadamente su amor nos alcanza y abraza tan solo porque somos sus hijos.

Ese amor que se nos regala es gratuito pero a veces surgen las dudas. Es por eso que corremos desenfrenados la carrera del hacer, del compromiso, de la entrega… en aras de conseguir el anhelado premio… como si su amor o la salvación dependiera de los méritos conseguidos. Otras veces nos frustramos o culpabilizamos ante cada caída, cada torpeza cometida, cada falta de caridad con el hermano... pensando con ello que perdemos “puntos”. Y en ocasiones surgen situaciones adversas que creemos que nos las merecemos por lo “malas personas” que hemos sido o somos y nos hacen pensar que Dios nos ha retirado su favor.


Todo un Dios se abaja hasta nuestra realidad y existencia, hasta nuestra miseria y pobreza, para dársenos porque sí, por puro amor. Amor que no es producto de lo que hacemos o dejamos de hacer.

Todo un Dios nos ama “a pesar de…”, se abaja hasta nuestras zonas más oscuras, y se dona generosamente sin esperar algo a cambio…

Todo un Dios nos ama no por nuestras cualidades, no por nuestras obras, no por nuestras oraciones, no por… tan solo porque sí, porque solo entiende de amar.

Nada de los que hagamos en beneficio o perjuicio de otros o de nosotros mismos podrá aumentar o disminuir su amor.

Indignos sí pero ¡qué fortuna contar con el amor de un Dios que, conociéndonos, nos quiere con locura porque somos sus hijos!.

sábado, 2 de septiembre de 2023

“¿EN FUNCIÓN DE QUÉ VALORAMOS?”

 

Me fui de ejercicios espirituales ocho días y pasaron, como digo yo, “sin pena ni gloria”. Cuando me han preguntado cómo me fueron a todos les he dicho que bien y cierto es. Tal vez no hubo frutos o resultados perceptibles pero yo confío en que el Señor hace su obra aun cuando no somos capaces de reconocerlo, caer en la cuenta, sentirlo… Ir con expectativas por la vida solo es origen de frustración y enojo cuando no sucede lo soñado. En las cosas del Espíritu sucede otro tanto de lo mismo. Mi único objetivo era estar con el Señor y por su gracia se cumplió (porque a decir verdad el cuarto y quinto día me agarró una tremenda desesperación por regresarme a casa).

Vivimos en una sociedad en la que valoramos lo que vivimos y hacemos en función de lo que obtenemos. Por esta regla de tres mis ejercicios fueron un desastre porque no puedo cuantificar lo que se me regaló, ni siquiera soy consciente. En las cosas del Señor no se puede controlar pero sí acoger lo que se nos dé, incluido el silencio, la nada.

Habrá quien valore unos ejercicios en función de consolaciones o desolaciones, el tema desarrollado por el director, la metodología empleada, los horarios… o incluso las comidas, el café del desayuno, o si la cama era pequeña o la almohada dura. Nos perdemos en un sinfín de cosas olvidando lo más importante que es estar con Él.

Podemos hacer una revisión de nuestras actividades, nuestros encuentros… ¿Qué criterio seguimos en nuestras valoraciones?. En una sociedad en la que priman tanto el éxito, los resultados y el beneficio… ¿No será que despreciamos ciertos quehaceres prefiriendo otros que nos dan reconocimiento, admiración…?. ¿No será que escogemos el con quién estar basándonos en cómo nos cae, lo que nos aporta, o el sentirnos queridos?...

Pongamos el acento en el estar y en el amor, en todo lo que vivamos, sin esperar… pero a la vez acogiendo y agradeciendo lo que se nos regale… aunque sea silencio, la nada… Esto es lo realmente valioso, lo que nos da vida.