domingo, 30 de mayo de 2021

“¿DÓNDE ESTABA DIOS CUANDO…?”

 

Quizás eres de las personas que cuando las cosas van bien no sueles preguntarte dónde está Dios, no te hace falta, tus necesidades están cubiertas, crees gozar de una cierta estabilidad en tu vida  y sientes que todo lo puedes


Pero en la vida no es todo de color rosa, lo sabes. En el momento que menos esperas aparecen las dificultades, las situaciones adversas… Aquello en lo que te habías apoyado, o habías asentado tu bienestar o felicidad, se tambalea. Sientes cómo poco a poco, o tal vez de golpe, te precipitas en un hoyo sin fondo del que no sabes cómo salir. Entonces recuerdas la fe que te enseñaron, al Dios del que un día te hablaron, y comienzas a clamar piedad, ayuda. El dolor o sufrimiento se agrava cuando sientes que tus súplicas no son escuchadas, o termina sucediendo lo que no querías. A la desolación se une entonces el enojo contra ese “dios” ajeno a tus peticiones y lágrimas. “¿Dónde estaba Dios cuando…?”

Jesús, el rostro visible del Padre, te dice: “Yo estoy contigo todos los días hasta el fin del mundo”. Entonces… “¿Dónde estaba Dios cuando…?”. La respuesta está clara: “CONTIGO”

Está contigo porque le importas, porque te ama, porque vales mucho a sus ojos, porque te quiere feliz

Está contigo y te provee, no de lo que crees necesitar sino de lo que te conviene por eso muchas veces tus súplicas no son respondidas

Está contigo: lo quieras o no, en el hacer y en el descanso, en la salud y en la enfermedad, en el gozo y la tribulación, en tus pruebas y en las adversidades, en el día y la noche, en tus éxitos y fracasos…




https://youtu.be/MX-HlUOaGrM

Está contigo a pesar de tus caídas, de tus miedos o dudas, de tus defectos, de tus idas y venidas, de tu pecado, de las veces que le has vuelto la espalda, le has perseguido, te has burlado de Él o te has cerrado a creer en Él

Está contigo… Y quien está: acompaña, escucha, consuela, fortalece, apoya, respeta, se preocupa e interesa por el otro… ama.

Está contigo… Así lo ha prometido. Así es.

sábado, 29 de mayo de 2021

“QUIEN AMA ES CAPAZ DE… TODO”

 

Está ya muy “ajado” el término “amor”, a cualquier cosa llamamos amor

Se han escrito infinidad de libros sobre el amor pero ha habido, y afortunadamente sigue habiendo, muchas personas que con su vida nos hablan de amor. En todos ellos vemos: La capacidad de salir de sí mismos, de ser fieles, la entrega, la capacidad de arriesgar… No deja de cuestionar: la renuncia que hacen a “sus cosas”, a lo “de siempre”, a sus hábitos y costumbres, a la comodidad e incluso a otras relaciones.


Tal vez decimos que amamos pero ¿Qué damos por amor? En ocasiones ni un poco de tiempo, ni un ratito de atención a quien nos habla… ¿A qué estamos dispuestos a renunciar por amor? ¿No será que la pereza, la comodidad, el miedo, el egoísmo, la desconfianza, las falsas seguridades en que nos apoyamos… nos impiden amar? ¿O tal vez es que no amamos porque no sabemos amar o no nos hemos sentido amados?

¿A qué estarías dispuesto a renunciar por amor? ¿Qué es aquello que te costaría dejar, qué es eso a lo que estás tan apegado que nunca dejarías?

Alguien lo dio todo por ti, incluso su vida. ¿En qué se diferencia su amor de tu amor? Quien ama: respeta, acoge, acompaña, es fiel, desea lo mejor a su amado, perdona, se entrega sin límites, lo arriesga todo…

Para poder amar como Él solo hay un camino: Abrirse a su amor, acogerlo, dejarse abrazar por él. Dejar a un lado los miedos, la desconfianza, las falsas seguridades. Abandonarse, confiar, lanzarse al vacío

Él es capaz de mover cualquier obstáculo pero depende de tu voluntad ¿Lo quieres, lo deseas? Abrirse al amor para amar como Él ama


https://youtu.be/5f1090-XiIY

miércoles, 26 de mayo de 2021

“¿QUÉ BUSCAS CUANDO TRATAS DE AGRADAR?”




Creo que hay una intención consciente o al menos inconsciente cuando se trata de agradar a alguien. Pienso que hay una necesidad que trata de ser satisfecha: valoración, afecto, reconocimiento… o una ganancia que desea alcanzarse.

Será quizás por mi manera de entender el agradar que no deja de cuestionarme cuando oigo a alguien decir que quiere “agradar a Dios”. Y es que percibo que normalmente el enfoque está orientado en el hacer, en el compromiso... a veces en el miedo. Y quizás respondiendo a una idea de un “dios” que pide, que exige, que espera, que premia o castiga

Pienso en mi vida, concretando aún más, pienso en mi relación con mis padres y me doy cuenta de que no hago nadita por querer agradarles. Pienso en otras relaciones o en mi historia y no recuerdo haber hecho algo por agradar a otros. Puedo parecer egoísta, quizás es porque lo soy, pero no me mueve el tratar de agradar a los demás. Ni siquiera hago lo más mínimo por agradar a Dios. Tal vez alguno que lo lea se escandalice pero esa es mi verdad

Mis padres me aman, lo sé y lo siento. No necesito agradarles para que me amen porque ya lo hacen. Mi respuesta a tanto amor es el amor. Pienso que con Dios es igual, no tengo que hacer algo por conquistar su amor porque no es objeto de conquista, es regalo que se me da en cada momento sin condiciones de ninguna clase. No necesito hacer sacrificios, esforzarme, ganar puntos, cumplir… A Él ya lo tengo, si así lo quiero, sin necesidad de…


https://youtu.be/hjBIDA8j-xM

No creo en un Dios que espera que le agrade. Creo en un Dios que me ama incondicionalmente tal y como soy, que solo busca encontrarse conmigo y expresarme su amor. Mi única misión es abrirme a ese amor y acogerlo. Después de eso solo se puede amar. Desaparecen otros verbos: cumplir, complacer, conquistar, agradar, comprometerse…

Cuando estás desolado compartes tristeza, cuando estás enojado te llevas a cualquiera por delante, cuando estás ilusionado avivas la esperanza, cuando estás necesitado buscas llenarte y satisfacer tus carencias agradando a otros… cuando te sientes amado, amas.


“DEDICADO A…”

 

Quiero dedicar este escrito a todos aquellos que me han ayudado a creer y experimentar la providencia de Dios a través de sus gestos, detalles, palabras, apoyo, ayuda, cariño…

Si comenzara a dar nombres no terminaría porque cada día veo cómo se manifiesta el amor de Dios en quienes se cruzan en mi camino y en todo lo que me sucede. Gracias a todos y cada uno de ellos. Gracias también a ti si has sido o eres uno de sus instrumentos para que yo sienta su Presencia tocando mi vida y mi corazón

¡Qué triste dar por hecho que merecemos el amor de los otros, o creernos con derecho a que otros nos quieran, o exigirles que respondan a nuestras expectativas o necesidades!.

¡Qué dicha cuando todo lo recibimos como regalo inmerecido y a la vez lo agradecemos!

¡Qué gozo cuando experimentamos el amor de Dios en cada gesto de cariño!

La experiencia de Dios y de su amor nos la da el encuentro, personal con él y a través de los otros. Y para que tenga lugar el encuentro es necesaria la apertura. Si no me abro al encuentro me cierro al amor. Si me cierro al amor, bloqueo la posibilidad de la experiencia profunda

Ser la providencia de Dios, unos para otros, está al alcance de todos.


https://youtu.be/TQhGVoCBOoE


Ser la providencia de Dios es posible: Cuando amamos incondicionalmente a los otros, cuando le dejamos ser por medio nuestro, cuando vivimos desde nuestra verdadera identidad, cuando nos tratamos como hermanos y compartimos lo que somos y tenemos.

Gracias a todos los que han sido y sois providencia de Dios para mí.

domingo, 23 de mayo de 2021

“¿QUÉ TIPO DE CUENCO ERES?”

 

Escuchaba el otro día a alguien la importancia de sentirnos cuencos, de recibir, de llenarnos del amor de Dios. Me gusta la imagen del cuenco únicamente si tiene grietas. Un cuenco perfecto se quedaría con todo lo que hay en su interior, se creería dueño y poseedor del contenido, lo cuidaría y protegería, se vanagloriaría de él, tendría miedo incluso de perderlo. Sin embargo, un cuenco con grietas no podría retener lo que posee, se vaciaría igual que se llenó sin que pudiera hacer algo por evitarlo.



Definitivamente me quedo con la imagen del cuenco con grietas porque en él se pueden ver muy bien las tres virtudes que deben cultivarse en la vida de todo creyente:

  • La humildad. El cuenco no es consciente de su función por eso no se enorgullece de ella, no presume de su labor, ni siquiera siente satisfacción. Podemos caer en la tentación de querer ser perfectos, de no querer tener grietas pero es gracias a esas grietas que somos conscientes de nuestra nada y puede así manifestarse la grandeza de Dios.
  • La caridad. Lo importante del cuenco con grietas es que está abierto para recibir pero a la vez comparte lo que hay en su interior con la misma rapidez con que llega
  • El desasimiento o desapego. Es gracias a sus grietas que nada puede retener, todo lo que llega: fluye, se va… No se aferra a lo que no le pertenece.

El valor del cuenco con grietas se lo da el contenido. Quien le da la razón de ser y de existir es el contenido. El cuenco no vale por lo que hace, por su forma, por su belleza… El cuenco vale por lo que llega a él y pasa a través de él. Y el cuenco con grietas no tiene que hacer nada, tan solo dejarse hacer. Estar abierto para recibir, y compartir a través de sus grietas.

Todo nuestro quehacer se resume en: abrirnos y llenarnos del amor de Dios para  compartirlo. Así se manifestará la gloria y grandeza del Señor. Y esto solo será posible desde el reconocimiento de nuestra pequeñez, de nuestra fragilidad, de nuestras caídas, de nuestros fracasos… y desde la aceptación de nuestras heridas.


https://youtu.be/NaqX3yBk2CQ

jueves, 20 de mayo de 2021

“SEÑOR, NO SOY DIGNA...”


Antes de la comunión decimos: “Señor, no soy digno de que entres en mi casa pero una palabra tuya bastará para sanarme”. Yo no sé qué te dice esto pero te voy a contar mi experiencia al respecto de esta corta pero profunda oración

Al principio pienso que recitaba estas palabras, como cualquier otra oración hecha, sin poner atención a lo que decía. Después llegó la toma de conciencia pero sin más. Posteriormente hubo un tiempo en que mi orgullo se impuso y me enojé contra esta fórmula porque: Yo me creía digna de que el Señor me amara, me creía merecedora… vamos, algo así como que tenía todo el derecho del mundo a que Dios me amara, ¿acaso no soy su hija, por qué no voy a ser digna entonces?. Después de tanto camino recorrido, ahora digo estas palabras con reverencia y respeto, con la humildad de quien se siente pequeña y una nada, con la vergüenza de quien reconoce su propia miseria y pobreza, pero también con la confianza de quien se sabe amada y aceptada por un Dios que quiere colmarme de su amor si se lo permito.

¿Cómo puedo sentirme digna si reviso mi historia de pecado, mis idas y venidas, mis caídas, las veces que le he dado la espalda…?

En la medida que me sienta digna, seré mi propio centro, todo lo que haga o conquiste lo atribuiré a mi esfuerzo, no le dejaré hacer, seré mi propio “dios”.

Solo reconociendo mi debilidad y fragilidad, y que todo es gracia, puede: manifestarse la grandeza de Dios, sanarme, darme vida plena.


https://youtu.be/bsoWA7kVyGs

domingo, 16 de mayo de 2021

“TE CONVIERTES EN AQUELLO QUE CONTEMPLAS”

 

¿A qué dedicas tu tiempo? ¿En qué pones tu atención? ¿Qué es aquello que acapara tu mente: las preocupaciones, la moda, el deseo de éxito, el miedo al futuro…? ¿Con qué nutres tu alma?...

Te conviertes en aquello que contemplas. Tus miedos, angustia por el futuro, tus preocupaciones, tu desconfianza, tu tristeza, tu nerviosismo, tu enojo, tu intolerancia, el daño que haces a otro e incluso a ti mismo… habla de aquello a lo que das cabida en ti, de aquello que te alimentas, de aquello a lo que dedicas tu tiempo

Te conviertes en aquello que contemplas. Si lo que deseas en tu vida es: Amor, paz interior, mantener viva tu esperanza, mirar a los otros con corazón puro, madurar en la fe, confiar en la providencia… solo hay un camino. Ese camino es el encuentro con Jesús en lo más profundo de ti.



¿Qué hacer para encontrarse con Jesús? Dedicar tiempo TODOS LOS DÍAS ¿acaso para otras cosas, que creemos importantes, no invertimos las horas necesarias?. Si hay alguien interesado en ese encuentro es Él. Si hay alguien que nos puede y quiere regalar desinteresadamente: amor, paz, esperanza, fortaleza, alegría… y en definitiva dar a nuestra vida plenitud… es Él.

Tiempo, silencio y poner todos los medios a nuestro alcance para que esa relación de amor crezca y nuestra vida se vaya transformando

Te conviertes en aquello que contemplas. Reflejas lo que vives y hay en tu interior.

No puedes dar lo que no has encontrado. No puedes transmitir amor, paz, fortaleza… por puro esfuerzo. Eso solo brota y crece con el encuentro. Pero recuerda que ese tesoro está a tu alcance, solo necesitas “determinada determinación” como decía Santa Teresa para, no solo desearlo, sino también poner los medios para encontrarlo.



https://youtu.be/Y_fbZR3PQUM

sábado, 15 de mayo de 2021

“QUE ME FALTE TODO MENOS TÚ, SEÑOR”

 

No puedo imaginar cómo es vivir sin fe

No sé en qué me agarraría, o dónde, o en quién, si no creyera



Y es que desde Dios: Todo se ve con otros ojos, se relativizan las situaciones adversas y pierden poder, se mantiene viva la esperanza, se sabe y se siente una Presencia que acompaña, que sostiene, que consuela, que provee…

Un día más doy gracias por el don de la fe y por todas las personas que Dios ha puesto en mi vida y me han acercado más a Él. Doy gracias porque hasta en las circunstancias más complicadas he podido descubrir su amor providente poniendo en cada momento los medios y diciéndome a través de ellos: “Te amo, estoy contigo, no temas”

“Que me falte todo menos Tú, Señor” porque ¿de qué me serviría toda la riqueza del mundo, ser reconocida o aplaudida, vivir muchos años, tener salud, triunfar en mis proyectos, estar rodeada de personas, hacer algo que me gusta… SI NO TE TENGO A TI?


https://youtu.be/Vj9Ow-NORoQ


“Que me falte todo menos Tú, Señor” porque teniéndote a Ti lo tengo TODO

miércoles, 12 de mayo de 2021

“FIN DE RESTRICCIONES Y ¿LIBERTAD?”

 

Muchos confunden la libertad con hacer lo que les viene en gana o con responder a sus caprichos o apetencias. ¡Qué lejos de la realidad y qué esclavitud tan grande! ¡Qué ceguedad!.

Quien es libre… ama

Quien ama… no se busca sino que busca el bien común

La libertad que el mundo ofrece: Esclaviza a la persona, la hace autosuficiente y egoísta, la aleja de su ser, la vacía y deja insatisfecha

La libertad que el mundo propone: Enreda y manipula a la gente, y le crea necesidades que nunca llegan a ser colmadas porque siempre aparecen otras

La libertad que el mundo proclama y defiende y pelea: Dista de la libertad a la que nos invita Jesús, una libertad que da vida plena y proporciona la auténtica felicidad

Libre es quien es capaz de soltar, aceptar, renunciar, obedecer… negarse a sí mismo

Libre es quien hace del amor su bandera y el centro de su vida


https://youtu.be/_tn1WxckD0w

martes, 11 de mayo de 2021

“¿DUEÑOS O ADMINISTRADORES?”


Me compartía ayer una joven el descubrimiento que había sido para ella el caer en la cuenta de que “nada nos pertenece ni siquiera la vida”. Y es cierto, nada nos pertenece: Ni las cosas, ni las personas, ni el tiempo, ni los proyectos, ni los cargos o compromisos, ni el cuerpo en el que habitamos… Todo es don, regalo, pero caemos en la tentación cuando buscamos el propio beneficio o provecho. Es pues una invitación a cuidar y respetar lo que se nos regala, a administrarlo y utilizarlo para el bien común y no en función de nuestros intereses o caprichos.


Vivir desprendidos, sin apegos, para poder ser libres

Estar disponibles para soltar, dejar ir, cuando sea el momento, con la paz de quien se siente pobre y reconoce que todo es don y nada le pertenece.

Cuantas más cosas tengas en tu haber y más dueño te creas de todo ello, más esclavo serás. No eres propietario ni de tu vida por eso no todo se vale y no te puedes permitir el lujo de hacer algo que ponga en peligro la integridad de otros o la tuya propia.

Somos administradores a los que se les confía una vida, una misión, unos medios, un tiempo… que solo dará fruto en la medida que se oriente a los otros. Todo son medios. Nos perdemos y enredamos en el momento que los convertimos en fines y nos aferramos a ellos.

Si crees ser dueño o propietario de algo, eres esclavo de eso.

Si te cuesta desprenderte o dejar ir algo, eres esclavo de eso.

Solo los pobres de espíritu:

  • Saben que nada les pertenece y así viven su relación con todo y todos
  • Pueden ser felices porque en su no tener lo poseen TODO





domingo, 9 de mayo de 2021

“SOMOS DEMASIADO IGUALES”

 

Más allá de nuestra forma de ser, de pensar, de nuestras creencias o ideologías, de nuestra procedencia o cultura, de nuestro nivel intelectual, edad, gustos o deseos… “somos demasiado iguales”

Cuando revisamos nuestro pecado, nuestras caídas y errores, podemos caer en la cuenta de nuestra humanidad, vulnerabilidad, de que no hay diferencia entre unos y otros. Me atrevo a decir que ahí es desde donde podemos entrar en comunión

En la medida que seamos conscientes de nuestra realidad frágil, vulnerable, débil, pecadora, mísera… y la miremos y acojamos con el mismo amor que Dios la mira y acoge, podremos comenzar a amar a los otros como Él les ama.

No hay pecado alguno que no podamos llegar a cometer y el que crea que esto no puede ser posible: “Que tire la primera piedra”. Que esto no nos lleve tampoco a relativizar o a justificar cualquier comportamiento o conducta propia o ajena porque el pecado al fin y al cabo supone una ruptura en nuestra relación con Dios y eso nos daña y daña a otros. Es más bien una invitación a:

  • Permanecer atentos para poner los medios y evitar caer
  • Acoger nuestra pobreza, miseria, fragilidad…
  • Reconocer que todo lo bueno que hay y sale de nosotros es pura gracia y ni siquiera tenemos derecho a vanagloriarnos porque no es nuestro, no nos pertenece, es un don
  • Ser conscientes: de nuestra pequeñez pues “sin Él no somos nada”, y de nuestra fragilidad porque en cualquier momento podemos caer y hacernos añicos
  • No enredarnos en la culpa malsana, ni negarnos el auto perdón que solo habla de nuestra soberbia
  • Ser compasivos y misericordiosos con nosotros y con los demás

Toquemos, aceptemos y abracemos nuestra humanidad, nuestras imperfecciones,  así como Dios lo hace. Sólo así podremos acoger y amar a los otros como Él les ama.

https://youtu.be/cNCdJzCwy3M

viernes, 7 de mayo de 2021

“NO VIVAS DE LAS EXPERIENCIAS DE LOS OTROS”

Vivimos en la era de la tecnología y podemos enredarnos de tal manera que ésta ocupe nuestro corazón, que se convierta en nuestro centro, que sea lo primero en nuestra vida, que la utilicemos para satisfacer nuestras necesidades.

Estamos viendo en Ejercicios Espirituales el “tanto cuanto” y me resulta simpático cómo cuestiona a los ejercitantes. “Todo lo creado sobre la tierra ha de usarse tanto cuanto nos acerque al fin para el que hemos sido creados que no es otro que amar y servir, y tanto ha de rechazarse o dejarse cuanto me impida ese fin”



La tecnología, como tantas otras cosas sobre la faz de la tierra, no es buena ni mala en sí. La valoración habría que darla en función del uso que hago de ella. ¿Cuál es mi objetivo: buscarme o construir Reino?. Hay que ser muy astutos porque, como dice San Ignacio, también el mal espíritu se presenta en forma de “ángel de luz” y nos puede seducir por medio de ella con argumentos, justificaciones y medios muy santos.

Con esto del confinamiento y disponer de más tiempo, muchos son los que se han refugiado en las redes: para matar el tiempo, para entretenerse, para distraerse… Los hay también que las han utilizado para alimentar su alma y su espíritu pero en esa búsqueda han escuchado reflexiones, homilías, prédicas, videos… que no dejan de ser la experiencia vivida de otros. Tal vez es el momento de hacer un alto y discernir en qué empleo yo mi tiempo cuando utilizo la tecnología y si todo lo aparentemente “santo” realmente me nutre. Porque no hay que perder de vista algo: Puedo ver a otro comer un plato exquisito, me puede contar a qué sabe y cómo le sacia pero como yo no me lo coma, en mí no va a producir efecto alguno. Lo mismo pasa cuando otros nos cuentan sus experiencias de fe, o lo mismo te puede suceder cuando lees lo que escribo. Puede gustarte más o menos pero no deja de ser una experiencia ajena. Necesitas hacer tu propia experiencia. No tengas miedo y date la oportunidad de vivir tu propia aventura interior. No inviertas tanto tiempo en escuchar o leer a otros, no te tragues todo, discierne lo que realmente es importante… y sobre todo, haz tu mism@ la experiencia. Te aseguro que el mismo plato de comida nos va a saber de modo distinto. Y lo que realmente va a calmar tu hambre va a ser degustar tu propia comida


https://youtu.be/0BlyGfpdsbU

Recuerda: Si comes en exceso, seguramente te enfermarás. Si te quieres alimentar escuchando lo que los otros te cuentan sobre lo que comen, seguirás teniendo hambre. Tienes que discernir qué es lo necesario y saludable para ti y darte el placer de degustarlo. Sólo así quedarás saciado


miércoles, 5 de mayo de 2021

“¿QUÉ NO HARÍAS POR UN HIJO?”

 


¿Qué padre o madre puede evitar: el dolor y sufrimiento de su hijo o que viva situaciones adversas, circunstancias difíciles o pruebas? Quienes aman a sus hijos están dispuestos a darlo todo, incluso la vida, pero en muchas ocasiones lo único que pueden hacer por ellos es acompañar, apoyar, animar… estar.

Muchos creyentes se alejan o enojan con Dios porque no comprenden su manera. ¡Como si hubiera alguien sobra la faz de la tierra capaz de entender tan inmenso Misterio!. Y entre otras cosas se preguntan: “¿Por qué Dios “abandonó” a Jesús cuando más le necesitaba?”,  “¿Por qué no hizo algo para evitar las acusaciones, la persecución, las burlas, las humillaciones…?”, “¿Por qué permitió que lo mataran si tanto le quería?”

Dice Jesús: “Como el Padre me ama así te amo yo”. Está, permanece, te acompaña, te consuela, te perdona, te fortalece… pero su amor:

  • No te va a eximir de vivir situaciones complicadas e incluso dolorosas
  • No te va a garantizar una existencia sin tentaciones, sin conflictos, sin pruebas
  • No te promete un camino sencillo y con todas las comodidades


https://youtu.be/ktMzn2lzXYo


Su amor no es solo una creencia. Su amor es real. Su amor puede ser experimentado. Su amor se hace tangible porque se ofrece continuamente: en la noche y en el día, en los quehaceres y en el descanso, en el ruido y en el silencio, en su providencia manifestada en las personas y en los acontecimientos

Su amor permanece y se te entrega más allá de cuales sean tus actitudes, tus obras, tus éxitos o fracasos, tu pecado... No tienes nada que perder y mucho que ganar si te  abres a ese Amor. Se te regala porque le importas y para Él tienes mucho valor. Abandónate y confía en el Padre Providente que te da cada día lo que necesitas.

“¿QUIÉN DETERMINA TU VALOR?”


Para la sociedad moderna vales por lo que haces, por lo que tienes, por tu imagen, por tu éxito y triunfos, por tus cualidades, por tus habilidades… Vales si se puede obtener algo de ti, si produces fruto, si se te puede manipular…

Los anuncios publicitarios y muchos programas de televisión ensalzan a unos por encima de otros en función de sus propios esquemas. El problema no es éste. El verdadero problema es enredarse en sus cadenas, perder el centro y vivir una vida superficial, carente de sentido que busca el propio valor respondiendo a las expectativas de los demás

La satisfacción que producen: los halagos, los reconocimientos, los aplausos… es un engaño del que podemos ser esclavos. Creemos que sin todo ello no nos van a valorar, nos van a rechazar, y como consecuencia de esto invertimos continuamente gran cantidad de energía. Un día puede suceder algo y tu vida dar un giro de 180 grados. Quienes te aplaudían, decían bonitas cosas, te daban palmaditas en la espalda o estaban cerca de ti por el propio interés, desaparecerán. Te quedarás únicamente con aquellos que realmente te valoraban por lo que eres.



No vales por lo que haces, por tu belleza exterior, por tu trabajo, por la casa que tienes, por el dinero que almacenas en tu cuenta bancaria, por el carro que manejas, por el servicio que prestas, por tus compromisos en la Iglesia, por el cargo que desempeñas, por tu edad, por lo que hayas estudiado o en qué universidad, por tu apellido, por el número de seguidores en tus redes…


https://youtu.be/MMus_nEgnTw

No vales “más ni menos que”… No te engañes. No vivas una falsa ilusión ni te esclavices. Olvídate del público, de querer agradar y complacer a los demás, de creer que tu valor y tu felicidad depende de la respuesta de los otros. Libérate: de las opiniones de los otros, de querer complacerles para llenarte, de malgastar tu tiempo buscando ese valor o reconocimiento que no te das, de tu dependencia respecto a los otros, de representar un papel que no te corresponde




domingo, 2 de mayo de 2021

“TENEMOS QUE DAR FRUTO”

 

Esta sentencia o imposición, atribuida al mismo Jesús, supone una gran carga. Creer en un “dios” que me exige: me aleja del Dios de Jesús e impide que tenga una vida dichosa y plena.

Si todavía crees en un “dios” que te pide cuentas, que espera resultados, tal vez te pase las de Felipe, que un día te encuentres cara a cara con el Señor y te diga: “¡Hace tanto tiempo que estoy contigo!, ¿y no me conoces?”. Puede que lleves toda la vida con Él y Él contigo, y es cierto, pero no le conoces. Le has buscado incesantemente y no le has encontrado: demasiadas distracciones afuera, demasiado ruido dentro. Te has limitado a aferrarte a unas creencias, has tratado de responder a ellas, te has implicado en obras de carácter social o en compromisos de iglesia pero puede que sientas que no has avanzado mucho, eres consciente de ese vacío interior a pesar de… y te preguntas ¿qué fruto he dado?



Jesús es el camino, nos muestra el camino de una vida en plenitud: “Permanece en mí”. Permanece en mí, Yo en ti, tú Conmigo. Ese permanecer implica encuentro, invita a una relación de amor: sostenida, mantenida, perseverante, alimentada diariamente. Ese estar, ese permanecer, esa relación, esa unión… es lo que va a originar tu conversión, lo que va a transformar tu corazón, lo que va a permitir que te apropies de las actitudes y sentimientos de Cristo… lo que en definitiva va a dar fruto abundante.

No es el esfuerzo, no es la voluntad por sí sola, no es el empeño que pongas, no es solo el deseo… lo que va a producir fruto. El fruto es la consecuencia de la conversión del corazón y ésta solo es posible cuando se da el encuentro con el Señor en lo más profundo del ser. El fruto será una nueva manera de ser, de estar, de relacionarte con los demás, de hacer… buscando siempre y en todo la gloria de Dios

La invitación es a buscarle en lo más íntimo de tu ser, a permanecer unido a Él… y lo demás se dará por añadidura.


https://youtu.be/Ef7jfonqunc