miércoles, 28 de noviembre de 2018

"SEÑOR, ENSÉÑANOS A ORAR"


Imagen relacionada
Hay quienes rezan y quienes oran. Hay quienes dicen que oran y solo rezan. Hay quienes rezan y nunca oran. ¡Qué relajo! Y entonces alguno se preguntará: ¿no es lo mismo? ¿cuál es la diferencia?


Los que rezan repiten oraciones aprendidas o leídas. Esto nos ayuda a estar concentrados y hasta nos puede dar cierta sensación de paz al sentir que hemos cumplido con un “dios” que se alegra de que le recemos
¿Cuál es el objetivo de los que rezan? ¿Tranquilizar la conciencia, ganar el amor del Dios de Jesús que ya nos ama gratuitamente, llegar al cielo (que ni sabemos lo que es y ni si existe), pedir por nuestras necesidades y las de los otros como si el Dios de Jesús fuera un mago…

Los rezos no transforman nuestra vida. No está mal rezar pero si los rezos no van acompañados de la oración, nuestros rezos son estériles, vacíos, muertos.

En los rezos todo el esfuerzo es nuestro. En los rezos controlamos lo que pasa, no dejamos que Dios actúe porque no le damos tiempo. En la oración no hay que hacer nada, solo dejarse encontrar con el Dios de Jesús, dejarse transformar, abrirse al amor que se nos regala gratuita e incondicionalmente.

En la oración confrontamos nuestra vida con la de Jesús y esto provoca nuestra reacción y nuestro posterior cambio (si así lo permitimos) en nuestra forma de ser, de estar, de hacer

La oración es incómoda y muchos prefieren refugiarse en los rezos
La oración cuestiona, transforma… los rezos te permiten mantenerte en la zona de confort

Si quieres seguir a Jesús… comienza a orar
Si comienzas a orar… te sentirás invitad@ a hacer cambios en tu vida que cuestionarán en primer lugar a quienes te rodean y serán los primeros en ponerte trabas
Si haces cambios en tu vida, comenzarás a vivir
Si comienzas a vivir, serás feliz.

Tú decides… ¿prefieres continuar con tus ritos de siempre porque no te zarandean y te dan una falsa paz o te animas a encontrarte con el Dios de Jesús en la oración?



martes, 27 de noviembre de 2018

¿QUIÉRES SER SANT@?




Escucho a muchos su deseo de ser santos y yo personalmente me admiro. Y me admiro porque imagino que cuando se refieren a ser santos están pensando en llegar a ser como esos hombres y mujeres que han pasado por mil y una pruebas y dificultades y hoy están en los altares. Creo que ser un santo de esos no es decisión nuestra, no depende  tanto de nosotros… es Él quien escoge a sus santos.

“Nada depende de la voluntad ni del esfuerzo humano, sino de la misericordia de Dios.” Romanos 9, 17

“El ha querido crear grandes santos, que pueden compararse a los lirios y a las rosas; pero ha creado también otros más pequeños, y éstos han de conformarse con ser margaritas o violetas destinadas a recrear los ojos de Dios cuando mira a sus pies. La perfección consiste en hacer su voluntad, en ser lo que él quiere que seamos...”. Historia de un alma. Santa Teresita.





Preocupémonos de hacer lo que nos toca y de hacerlo bien… Si nacimos margarita, o amapola, o campanilla, o clavel, o… no tratemos de ser orquídea, o rosa, o… Nos vamos a cansar, nos vamos a quemar, nos vamos a flagelar cada vez que cometamos un error, nos vamos a frustrar… No perdamos el tiempo tratando de ser lo que no estamos llamados a ser. Aceptemos con humildad la misión personal que se nos encomienda y seamos fieles a ella hasta el final.

“Todos estamos llamados a la santidad” es lo mismo que decir que “todos estamos llamados a amar”. Llamados a amar en todo momento, en cualquier lugar, y en cualquier situación.
Que tu preocupación no sea otra que amar y servir… para eso fuiste cread@... Lo demás déjalo a Él que sabe lo que hace.


viernes, 9 de noviembre de 2018

"NOS VE... NOS LLAMA... RESPONDE..."


Jesús vió a Zaqueo, y al ciego que estaba al borde del camino, y a la mujer encorvada, y a Simón y a su hermano Andrés… y nos ve a nosotros… y ve nuestras fortalezas y nuestras miserias, nuestras cualidades y defectos, nuestra debilidad y nuestra pobreza… pero todavía hoy se sigue deteniendo en su camino, como lo hizo entonces, para vernos, para mirarnos. Y es una mirada cargada de afecto, de compasión, de misericordia.

Imagen relacionada
Y después de mucho tiempo sigue llamando… “Vengan detrás de mí”… “Llámenlo”… “Jesús, al verla, la llamó”… Hoy te llama a ti... ¿Vas a seguir donde estás y como estás, o te vas a acercar? ¿Qué supone para ti acercarte? ¿Qué miedos aparecen? ¿Y obstáculos? ¿A qué te llama?

No solo nos ve con amor… nos conoce por nuestro nombre, quiénes somos, cómo somos… nos llama a pesar de… y para colmo: responde a nuestras necesidades. Los hay que gritan hasta resultar antipáticos o insolentes “!Jesús, hijo de David, ten compasión de mí!!... otros no se atreven a levantar la cabeza y mucho menos la voz… pero en ambos casos conoce nuestras carencias
 A veces nos pregunta: “¿Qué quieres de mí?”
Cuando estamos más abatid@s o perdid@s ni siquiera pregunta… Actúa directamente: “Al verla, la llamó y le dijo: Mujer, queda libre de tu enfermedad”… “La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y de inmediato le hablan de ella. Jesús se acercó, la tomó de la mano y la levantó. Entonces se le quitó la fiebre y ella se puso a servirles”… “Hijo, tus pecados quedan perdonados”…
Nos conoce… y responde (no a lo que creemos necesitar) sino a lo que realmente nos conviene… “Lo expresemos o no… siempre actúa”… porque nos ha creado por y con amor… porque nos ama y quiere lo mejor para nosotr@s.

El Dios de Jesús es un Dios cercano… un Dios que nos mira con amor y misericordia… un Dios que se detiene a escucharnos… un Dios que nos conoce más que nosotros mismos… un Dios que desea lo mejor para cada uno y está pendiente de nuestras necesidades… un Dios que actúa en nuestra vida aunque no siempre entendamos “su modo”…

sábado, 3 de noviembre de 2018

"LÍBRAME SEÑOR"



Resultado de imagen para PAJARO SALIENDO DE LA JAULA

Líbrame Señor de ser reconocid@, admirad@ y aplaudid@ por lo que hago
Líbrame Señor de ser ensalzad@ por “mis buenas obras” o por “cómo soy”
Líbrame Señor del éxito
Líbrame Señor de ser bell@ físicamente o de desear lucir para otros
Líbrame Señor del hacer para que hablen bien de mí o por compromiso
Líbrame Señor de vanagloriarme de mis victorias
Líbrame Señor de creerme mejor que los otros o de juzgarles
Líbrame Señor de hacer pública mi vida, de darme a conocer
Líbrame Señor de querer agradar a otros para ganar su afecto
Librame Señor de los elogios

… porque eso me esclaviza y me convierto en el centro de mi vida… Comienzo a girar en torno a mí sin darme cuenta de que es un espejismo. Mientras me regocijo en todo ello, me voy hundiendo en el fango y, te pierdo… dejas de ser mi Absoluto

Líbrame Señor de todo lo que me haga sentirme el centro porque quiero y deseo que Tú seas siempre mi centro.