lunes, 30 de mayo de 2016

"MILAGROS DEL CIELO"


“Milagros del Cielo” es el título de una película que vi el viernes en la casa con Jenny y que ha estado hasta hace poco en los cines de Honduras. Es una historia basada en hechos reales en la que una niña se salva milagrosamente de una enfermedad incurable.

Seguramente todos hemos sido testigos de “Milagros del Cielo” en nuestras vidas pero quiero contar en este escrito el más reciente del que he sido testigo esta tarde en un colegio de San Pedro Sula en el que trabajo escuchando historias, dramas y heridas de jóvenes y adultos de edades a partir de 15 años.

Hace una semana un joven se acercó a mí porque necesitaba hablar de algo. No sé el tiempo que estuvimos. Sí que recuerdo perfectamente su historia y su gran dolor, su amargura, su odio, su resentimiento y su deseo de venganza contra quien, a la edad de 6 años, mató a su padre.

Bartimeo es el mediano de tres hijos varones. Quedó huérfano de padre, su mamá le maltrató, consumió drogas y se dedicó al narcotráfico, estuvo en maras, y continúa fumando y bebiendo. Y todo esto vivido a la corta edad de 15 años.

Bartimeo ha manejado armas. Conoce al asesino de su padre. Una vez estuvo a punto de matarlo. Tenía todo a su favor para poder hacerlo y una pistola en su mano pero no sabe qué le sucedió, de pronto se echó para atrás, se arrepintió. Sin embargo continúa soñando con el día en que consiga matar al asesino de su padre… bueno, soñaba hasta el pasado domingo.

Estuvimos algo más de una hora. Él abriendo su corazón, contando hasta el último detalle de hechos y sentimientos. Y yo… Lo que pasó ahí fue obra y gracia de Dios, fue “un Milagro del Cielo”

Hoy me acerqué a su aula y me dijo que después de comer quería hablar conmigo. Llegó al despacho. ¡Qué cara más radiante!. Se sentó y comenzó: “mi vida ha cambiado desde el pasado domingo, me siento liberado, feliz, ya no tengo ese odio y ese resentimiento, esta semana vi al asesino de mi padre y yo tranquilo… todos a mi alrededor me ven distinto, me preguntan qué me ha pasado, me dicen que no estoy igual, se quedan extrañados, incluso a mi tío el otro día le tuve que explicar… yo siempre andaba amargado, enojado, la gente me tenía miedo porque pensaban que les iba a hacer algo... ahora les saludo a todos con gran alegría y me miran raro… como le dije, yo había contado mi historia a pastores y sacerdotes pero no me creían o me juzgaban… el otro día pensé que con usted sería igual…”.

Bartimeo es evangélico, reconoce que lo que pasó es obra de Dios, pero yo le conté que la dueña y señora de ese lugar en el que nos encontramos todas las semanas es María y que ella es la que nos tiene a él y a mí ahí y por tanto a ella también tenemos que agradecerle.

Resultado de imagen de imagen de bartimeo el ciegoLe pedí permiso para contar su historia en este blog pero le aseguré discreción por lo que le cambié el nombre. Acá para todos ustedes ha sido Bartimeo. Hoy le dije: “A usted lo tenía ciego el odio, el rencor y el deseo de venganza. Ahora ha visto la luz. No vuelva a cerrar los ojos. Camine en la luz y sea luz para otros que están ciegos y optan por el camino del mal. Acá hay muchas jóvenes que han sido abusadas o violadas en su infancia, otros han vivido situaciones de muertes violentas a familiares directos… todos ellos sufren del mismo odio, rencor y deseo de venganza que padecía usted. Tiene que mostrar a otros que si usted pudo liberarse, también ellos pueden”. De él surgió la idea y el deseo de escribir su historia en un libro. Por de pronto se me ha ocurrido proponerle que de acá a que termine el curso, en el mes de noviembre, se anime a dar su testimonio a los más de 900 jóvenes que estudian con él. Lo pensará.

Esta historia no termina acá. Como él bien dice: “Ahora comienzo a vivir”.

¿Qué me queda? Dar gracias a Dios por ser una vez más testigo de un “Milagro del Cielo” y como María cantar “Proclama mi alma la grandeza de Dios…”

viernes, 20 de mayo de 2016

"LEXA Y ANGIE"

 
Lexa regresó el martes. Justo hoy se cumplen dos meses del fallecimiento de su amiguito. No se cómo Lexa llegó a mi vida. Que fue de Dios no tengo duda alguna. Yo no conocía a su tía, yo no soy psicóloga… pero el caso es que: la niña llegó, que quiere seguir estando en mi vida y que yo esté en la suya

“Casualmente” o providencialmente Lexa nació ocho días después de mi sobrina. Mientras yo estaba en España preocupada por si mi hermana y mi sobrina se salvaban del abrazo de la muerte… esa niña nacía en Honduras

Mientras yo me cuestionaba si me tendría que quedar en España o podría regresar a Honduras… esa niña nacía en Honduras

El destino, las circunstancias o para mí: Dios, hizo que casi doce años después yo pudiera conocerla en un momento muy duro y difícil para ella

No, el día no podía terminar ahí… como hay veces que me cuesta entender, Jesús se me volvió a cruzar en el camino con Angie. Angie es una niña de 6 años que vive a cuatro casas de la mía. Algunos días se viene a la casa a tomar algo y a platicar. El viernes quiso entrar y al decirme que estaba con varicela le dije que mejor otro día porque no sé si la pasé. El domingo volvió a llegar. Eran las ocho de la noche… acababa de llegar a casa desde las 6am que había salido y estaba realmente agotada… solo quería darme una ducha, comer alguito y acostarme así que le expliqué y no le dejé pasar.

Eran  casi las ocho de la noche. Mi compañera la que vive en la parte de atrás ya se había acostado. Jenny llega a las 9pm de la universidad. Yo en mi cuarto escribiendo mi encuentro de por la tarde con Lexa. Terminando escucho la voz de Angie. Apago el computador y salgo a la calle. La niña, al escucharme hablando con un vecino, se acerca despacio. No nos decimos nada, solo nos miramos y en ese momento ella dice: “Gloria, ¿y usted y yo cuándo vamos a platicar?”.  Casi se me parte el alma. “Mire Angie, ahorita es el momento porque nadie nos va a molestar”. La cara de la niña se iluminó. Solo dijo: “Ok, ya vengo, voy a ponerme unos zapatos y regreso”. Andaba descalza. Rapidito llegó. Sus zapatos eran unas chancletillas medio rotas.  Nos sentamos en el sofá. Tomó te de jamaica y un banano y platicamos largo rato… casi una hora. Me contó de la escuela, sobre su familia… y dos veces me dijo: “Y usted Gloria ¿qué me cuenta?”. Esta niña es de otro planeta, esta niña estoy convencida de que no es normal.

Me contó que su papi le enseñó que hay dos palabras mágicas: gracias y por favor. A lo que yo le añadí que su papi se dejó una muy importante. “¿Cuál Gloria?”. “Lo siento” respondí yo. “Ah, es cierto, lo siento lo tengo que decir cuando hago algo que no debo”. “Exacto Angie… y lo siento tengo que decirle a usted  por no abrirle la puerta estos días de atrás”. Entonces para más asombro mío ella respondió: “No Gloria, estese tranquila, usted tómese su tiempo”. ¡Qué pasada!. Era como pedirle disculpas a Dios y que este me dijera que no había problema alguno, que me entendía. Tengo que tragarme las lágrimas para no ponerme a llorar porque realmente esta niña me desarma.

Y no terminó todo ahí. No sé en qué preciso momento se le ocurre preguntarme “¿cómo hay que hacer para ver a Dios? ¿por qué yo no lo puedo ver?”. Le respondí con otra pregunta: “¿Y no lo puede ver?”. “Yo no Gloria, ¿y usted?”. Con su mirada clavada en mí esperando la tan esperada respuesta, y con mis ojos aguaditos le dije: “Angie, yo lo estoy viendo ahorita mismo”. Sus ojos se abrieron como platos: “¿cómo?”. Y entonces le pregunté: “¿Y usted no lo ve?”. “Yo no” fue su respuesta. Solo pensé: “Ay Dios mío qué mal lo hago para que Angie no te vea en mí”. Y ahí le estuve contando como Dios está en su corazón, en el mío, en el de todos, en el aire, en el agua…

Jesús me visitó hoy dos veces… ya me había avisado en la mañana en la oración: "Quien reciba a uno de estos niños en mi nombre, a mí me recibe. Quien me recibe a mí, no es a mí a quien recibe, sino al que me envió”. A veces no le veo, otras veces se presenta de forma sutil pero en ocasiones como hoy “se pasa”. No me importa, todo lo contrario, me encanta que sea tan clarito y se lo agradezco. Paso tan ocupada, distraída y enredada en “mis cosas” que me cuesta entender. Lo bueno que sabe hacerse el encontradizo y no me habla, me grita para que vuelva a centrarme, a encontrarme y a ubicarme.

Bello día. Gracias infinitas Padre por llegar a mí en estas dos lindas niñas.

 

 

 

lunes, 16 de mayo de 2016

“¿QUÉ SE TE PIDE SACRIFICAR HOY?”


No terminamos de ser conscientes de a cuantas cosas y personas estamos apegados. Es importante abrir los ojos y estar atentos a todo lo que acontece en el día para descubrir todo aquello que nos ata, cuáles son las manipulaciones de nuestro ego, en qué tenemos que cambiar para comenzar a vivir desde nuestro verdadero yo, desde el amor que somos

Resultado de imagen para foto soltar un globoAyer en la mañana me llamó una de las hondureñas que viven conmigo. Hoy tenía una presentación, le habían prestado un proyector y como su computadora es antigua, ocupaba una de versión más reciente porque la suya no tenía conexión para el proyector. A duras penas le dije que se la prestaría y que en la noche comprobaríamos si la mía le servía. Analicé el hecho. Me di cuenta de que no tenía apego a la computadora, al fin y al cabo siempre me han enseñado que lo que se puede arreglar con dinero tiene fácil solución. Mi apego era a la información que contenía. De remate me resonaban en mi interior unas palabras que escuche unas semanas antes de venirme: “Tu ordenador es algo personal, no lo prestes, utiliza siempre contraseña para que nadie pueda tener acceso al mismo”. Pensé en bajar toda la información a un USB pero no sé por qué me vino la historia de Abraham y el sacrificio de su hijo. Se me estaba pidiendo dar algo de mí, sacrificar, arriesgar algo muy mío… mi ego ya estaba queriendo defenderse, protegerse, asegurarse… así que lo eché a dormir y decidí arriesgar para ser desde mi verdadero yo. Mi sorpresa fue la misma que la de Abraham. Al llegar a casa por la tarde, mi compañera ya había llegado. Rapidito me sacó el tema. Me comentó que un compañero de trabajo la escuchó mientras me hablaba y le dijo que él le iba a prestar la computadora. Total que se la llevó. No necesité prestársela. No tuve que sacrificar a “mi hija”. Al final lo que tuvo valor fue el gesto de decidirme a dejársela, el optar por ser desde mi verdadero yo.
Esta tarde lo compartía con una profesora. Le hablaba de la importancia de estar despiertas para no dejarnos llevar por nuestro ego orgulloso, miedoso, egoísta… y me regaló su anécdota del domingo. Compró unas galletitas sin gluten pensando en ella y su padre. Acá se celebraba el día de la madre así que llegó toda la familia. En el momento de la comida ella sacó las galletillas y un sobrino agarró… élla rápidamente le dijo “no, yo te voy a sacar a ti de otras”… tras decir estas palabras se dio cuenta de la torpeza cometida…

-          ¿Cuáles son los enredos con los que te manipula tu ego para defenderte, para atacar, para sobrevivir…?

-          ¿En qué momentos te dejas llevar por tu ego y no dejas ser al amor?

-          ¿A qué te sientes apegado/a? ¿Qué puedes hacer para liberarte de tus apegos?

-          ¿Qué te asusta de vivir desde el amor que te habita?

La verdadera felicidad la proporciona el ser desde nuestro centro, desde el amor que vive en nosotros, desde Dios.

La verdadera felicidad se experimenta cuando desarrollamos todas nuestras capacidades, potencialidades y facultades y las ponemos al servicio de los demás

La felicidad la construimos y experimentamos cada día en la medida que estamos despiertos y respondemos conscientemente a todo lo que la vida nos presenta.

Anímate… abre los ojos… descubre tu ser interno… permítele desplegar las alas… y deja que suceda lo que tenga que pasar.

lunes, 9 de mayo de 2016

"DE QUÉ DEPENDE TU FELICIDAD???"

Resultado de imagen para IMAGENES, LIBERTAD


Últimamente soy testigo de personas que no tienen un motivo por el que vivir, personas deprimidas, personas que se sienten vacías, personas que están angustiadas y preocupadas pensando en que va a suceder mañana… personas que se plantean por optar por un camino fácil y rápido que termine con sus desgracias y sufrimientos

Es natural sentirse así cuando hemos perdido el centro y hemos dejado de vivir desde él, cuando nuestra felicidad y estado de ánimo depende de los acontecimientos externos o de las personas, especialmente de las que más queremos.

Los acontecimientos y las personas cambian, no permanecen eternamente… poner nuestro centro, nuestra confianza, nuestra seguridad en ellos lo único que provoca es:
-          Nuestro bienestar cuando responden a lo que deseamos, a lo que esperamos, a lo que necesitamos
-          Nuestro enojo, angustia, tristeza… en el caso contrario

Nuestra felicidad tiene que asentarse en algo permanente que no cambie con el tiempo y que permanezca invariable ante los estímulos externos

Si fuéramos conscientes de la realidad que es, del Dios vivo que nos habita, del amor y la paz que nos inunda… nuestra vida sería distinta, nuestros estados de ánimo no fluctuarían en función de lo que acontece, de lo que dicen o piensan de nosotros, de lo que nos hacen…
Pero no se trata solo de ser conscientes de esa realidad. Para que nuestra felicidad sea completa y nuestra vida llegue a plenitud, además de experimentarnos habitados por Dios, por el amor, tenemos que poner los medios para que el Amor se exprese a través nuestro. Esa es nuestra misión y solo así podremos ser felices. El cómo, el dónde, el con quién… tendrá que descubrirlo cada uno.
 
Dejemos ser al Amor sin miedo, sin medir las consecuencias
Dejemos ser al Amor sin preocuparnos de qué sucederá
Dejemos ser al Amor con confianza, sin calcular, y todo lo demás se nos dará por añadidura
Y recordemos:
-          ese Amor no espera de los otros, no se cansa, es paciente, no se enoja, no hace las cosas para que le aplaudan o le reconozcan, no habla de sí…
-          ese Amor necesita desplegar sus alas, expresarse y darse

domingo, 1 de mayo de 2016

"MÁS VALE ALGO QUE NADA"


Esta frase resonó el otro día en mi interior. Hablando de asuntos de la diócesis, Monseñor Ángel hizo alusión a esto en varias ocasiones. Será tal vez por eso o porque yo también muchas veces me pregunto por mi quehacer.

Y sí… es cierto… estoy totalmente de acuerdo… entre nada y algo… mejor es algo

Y si hay algo… tal vez no sea lo suficiente o lo perfecto o lo deseable pero al menos… es algo… y siempre algo es mejor que nadaResultado de imagen de dibujos de fano

 
 
Y tal vez ese algo parece que es bien poquito o insignificante comparado con la magnitud de aquello que se pudiera hacer pero ¿acaso somos conscientes de la repercusión real de lo que hacemos? No por abarcar más… o por llegar a más personas… el resultado es mayor o mejor…

 
Nunca sabremos la huella que dejamos en el corazón de los otros con nuestras palabras, nuestra presencia, nuestra forma de ser o nuestros hechos… pero no por eso podemos quedarnos de brazos cruzados. Así que… hagamos algo… aunque a nuestros ojos y a los de los otros sea simple o sencillo… Y recordemos siempre que “más vale algo que nada”.