martes, 29 de septiembre de 2020

“EN EL CORAZÓN DEL PADRE”

 

Estás en el corazón del Padre…

Porque te pensó desde antes de nacer. Jeremías 1, 5 "Antes de formarte en el vientre de tu madre te conocí; antes que salieras del seno te consagré"

Porque vales mucho a sus ojos. Isaías 43, 4 "Porque tú vales mucho a mis ojos, yo doy a cambio tuyo vidas humanas; por ti entregaría pueblos, porque te amo y eres importante para mí."

Porque te conoce y sabe lo que piensas. Salmo 139. "Tú me sondeas y me conoces, tú sabes si me siento o me levanto; de lejos percibes lo que pienso. Sabes cuándo me acuesto y cuándo me levanto, desde lejos te das cuenta de mis pensamientos; te das cuenta si camino o si descanso, y todos mis pasos te son familiares. Tú ves mi caminar y mi descanso, te son familiares todos mis caminos; Antes que la palabra esté en mi lengua, tú, Señor, la conoces plenamente"

Porque te ama sin medida. 1ª Carta de Juan 4, 9-10. "Miren cómo se manifestó el amor de Dios entre nosotros: Dios envió a su Hijo único a este mundo para que tengamos vida por medio de él. En esto está el amor; no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino que él nos amó primero y envió a su Hijo como víctima por nuestros pecados."

Porque promete proveerte. Mateo 6, 24-33 “Por eso os digo: No os inquietéis por vuestra vida, pensando qué vais a comer, ni por vuestro cuerpo, pensando con qué os vais a vestir. ¿No vale acaso más la vida que la comida y el cuerpo más que el vestido? Mirad los pájaros del cielo: ellos no siembran ni cosechan, ni acumulan en graneros, y sin embargo, vuestro Padre celestial los alimenta. ¿No valéis vosotros acaso más que ellos? ¿Quién de vosotros, por mucho que se preocupe, puede añadir un solo instante al tiempo de su vida? ¿Y por qué os inquietáis por el vestido? Mirad los lirios del campo, cómo crecen no se fatigan ni hilan. (…) Buscad primero el Reino y su justicia, y todo lo demás se os dará por añadidura. No os preocupéis por el día de mañana; el mañana se preocupará de sí mismo. A cada día le basta con su inquietud

 

Porque te rescata una y otra vez. Salmo 103, 3-4. "El perdona todas tus ofensas y te cura de todas tus dolencias. El rescata tu vida de la tumba, te corona de amor y de ternura." 8. "El Señor es ternura y compasión, lento a la cólera y lleno de amor;"
10 "No nos trata según nuestros pecados ni nos paga según nuestras ofensas."

Porque todo te lo perdona. 1. Cor. 13, 7 “El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta”.

Porque quiere tu bien. Juan 10, 10 “Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia”

Porque te trata con ternura y sin imponer. Marcos 10, 51 “¿Qué quieres que haga por ti?”

Porque conoce de tu cansancio, lo que te agobia, y quiere ayudarte a cargar con todo ello. Mateo 11, 28. “Venid a mí los que estáis cansados y agobiados y yo os aliviaré”

Porque sabe de tus heridas. Salmo 147, 3. “Sana los corazones destrozados y venda sus heridas”.

Porque te quiere libre. Gálatas 5, 1. "Cristo nos liberó para ser libres. Manténganse, pues, firmes y no se sometan de nuevo al yugo de la esclavitud."

Porque…

Estás en el corazón del Padre y desde su corazón puedes descubrir la belleza y bondad de cada persona y también la tuya, puedes experimentar el amor y el perdón, amar y perdonar

Estás en el corazón del Padre, aún si no lo quieres, aún si no lo sientes… Estás en el corazón del Padre y así será siempre porque Él te creó, porque eres obra de sus manos, porque te ama.



domingo, 27 de septiembre de 2020

“¿CÓMO NO AMARTE?”

 

¿Cómo no amarte…

  • Si viniste para quedarte?
  • Si tu Presencia nos acompaña noche y día?
  • Si habitas en nosotros?
  • Si nos dejaste tu Espíritu que alienta y guía nuestra vida?
  • Si quieres nuestro bien?
  • Si nos provees en todo momento?
  • Si no llevas cuentas del mal?
  • Si nos rescatas una y otra vez?
  • Si no te cansas de perdonar?
  • Si a pesar de todo sigues confiando en nosotros?
  • Si nuestro valor es infinito para Ti?
  • Si no quieres que ninguno se pierda?
  • Si contigo lo tenemos todo?
  • Si pasaste tu vida haciendo el bien?
  • Si eres nuestro consuelo?
  • Si eres tan paciente y no te cansas de esperar?
  • Si no pides, ni exiges, ni impones?
  • Si solo entiendes de amor?
  • Si te das de gratis y aún sin merecerlo?
  • Si siempre nos buscas?
  • Si quieres que seamos libres?
  • Si nos regalas tantos dones?
  • Si nos expresas tu amor de tantas y diversas maneras?
  • Si diste la vida por nosotros?


jueves, 24 de septiembre de 2020

“EL SACRAMENTO DE LA RECONCILIACIÓN”

 


Aunque se trata de un sacramento de la Iglesia, cada vez es menos valorado y buscado. Unas veces porque no se entiende, otras porque no se considera necesario, en ocasiones por miedo a ser juzgados, otras veces por vergüenza de pronunciar los propios pecados en voz alta, en algunos casos por experiencias negativas anteriores, por la formación recibida, porque no nos consideramos mala gente y no hacemos daño a otros… Cada uno sabe qué es lo que le impide vivir este sacramento o cuáles son sus justificaciones.

Se da también el caso contrario, el de personas muy escrupulosas que si pueden van todos los días a buscar este sacramento

Lo cierto es que en cualquiera de los supuestos anteriores no se considera como centro del sacramento: la gracia del amor y la misericordia de Dios que se derrama sobre el penitente. Uno mismo es el centro. Y desde el auto centramiento es muy difícil que la gracia de Dios se derrame en nuestras vidas

Una persona sana que va madurando en su fe, que no se queda con la formación recibida en la primera comunión, ni con los rezos aprendidos en su infancia… que busca la intimidad con el Señor a través de la oración, el silencio… que invierte tiempo en el auto conocimiento y desarrollo personal… Es una persona cada vez más consciente de su miseria y su pobreza pero a la vez también de su riqueza y de la presencia de Dios en su interior. A más luz interior más necesidad de que Él habite todos y cada uno de los rincones: limpiando lo que está sucio, sacando lo que estorba y ordenando lo que está fuera de lugar. Y como solos no podemos y necesitamos de su gracia, recurrimos al sacramento de la reconciliación con la fe y la confianza de que hará su obra.

lunes, 21 de septiembre de 2020

“PRENDADO ESTÁ EL REY DE TU BELLEZA”

 

Sólo Él es capaz de ver belleza a pesar de la miseria y pobreza humana, del pecado y las caídas, de la ingratitud, de la fragilidad, de los deseos vanos y malvados…

Porque no mira de manera superficial

Porque mira con el corazón

Porque ve la bondad, lo bueno de cada uno, y no repara en lo negativo

Porque siente especial atracción por lo roto, lo perdido, lo enfermo, lo dañado

¿Qué sientes ante la mirada de este Dios? Nada que ver con la de esos “dioses” justicieros, castigadores, pendientes de cada caída, estrictos y exigentes, condenatorios…

¿Eres capaz de mirarte con el mismo amor y misericordia?



sábado, 19 de septiembre de 2020

“SI TU HERMANO PECA, REPRÉNDELO A SOLAS”

 

Para poder reprender al otro es necesario primero reconocer el propio pecado, las limitaciones, la pobreza interior, la miseria humana… solo desde ahí:

- me puedo posicionar en una situación de igualdad y no de prepotencia o superioridad respecto al otro

- puedo amar, preocuparme por los demás y verlos como hermanos

- puedo ayudar al otro a crecer, a descubrir su verdad, a abrirse al cambio

- puedo mirarle con compasión, con misericordia y tratarle con ternura y delicadeza

Si Dios me muestra mi verdad con tanta compasión, cuidado, amor y suavidad ¿cuál debe de ser mi actitud?

No descuidemos la empatía y tratemos a los demás como nos gustaría que nos trataran. Reprendamos o corrijamos así como nos gustaría que nos llamaran la atención.

Y no dejemos de hacerlo por miedo a que se rompa esa relación o a otras consecuencias. Si realmente lo haces porque amas a esa persona y quieres ayudarle, eso tiene que estar por encima de lo que puedas perder

El amor siempre busca el bien sin importar lo que se derive de sus acciones. Así hizo Jesús hasta el final… y a Él le costó hasta la vida. No olvides que Jesús es el camino, éste es el camino. Ten fe y confía.



jueves, 17 de septiembre de 2020

“¿ACASO HAY EN TU VIDA ALGO QUE NO HAYAS RECIBIDO?”

 

Revisa tu vida, tu historia, ¿hay algo en tu haber que no hayas recibido?. Si así lo sientes ahí no cabe ni la vanagloria ni el orgullo. Y es que todo es don, todo es gracia. Y todo lo que tenemos se nos ha regalado, no por méritos, no por esfuerzo, sino por amor

Todo se nos ha dado y se nos da y a la vez nada nos pertenece. Tan solo somos administradores.

Cuidado con apropiarnos de lo que no es nuestro ni utilizarlo para nuestro propio provecho o en contra de otros. “La manifestación del Espíritu que a cada uno se le da es para provecho común”

Cuidado con creernos merecedores o auto suficientes.

Cuidado con creernos con más gracia que otros.

Cuidado con caer en la soberbia, con apropiarnos de lo que no es nuestro

Cuando todo lo percibimos como don, regalo… como recibido y no conquistado… y además otorgado por amor y no por lo que hayamos podido hacer…  solo brota la acción de gracias y la actitud humilde.



“Tomad Señor y recibid… todo mi haber y poseer, todo es vuestro, disponed a toda vuestra voluntad” Así como lo entendió San Ignacio debe ser nuestra actitud. Todo se nos ha regalado, nada nos pertenece, ser libres frente a todo lo que creemos poseer para dejarlo cuando se nos pida… Todo viene de Dios… todo es suyo…: la vida, las cosas, el conocimiento, la inteligencia, las cualidades… Si así lo crees y lo vives serás libre

lunes, 14 de septiembre de 2020

“¿QUÉ HAY EN LO PROFUNDO?”

 

Pedro y sus compañeros pasaron la noche en el mar y no pescaron nada. Buscaron y lo único que encontraron fue silencio, vacío, soledad

Jesús les anima en la mañana a ir mar adentro y, entre sorprendidos y desconfiados, hacen su voluntad. Para sorpresa de ellos, donde parecía que nada había, encuentran lo que buscaban. Y es que cuando nos abandonamos y nos dejamos llevar por su Palabra, todo se nos da.

En lo profundo nos encontramos con nuestra pequeñez pero también con “el tesoro”, con Dios mismo que habita en el interior, con su poder y su Espíritu capaz de hacer posible lo que parece imposible, capaz de hacer brotar agua del corazón más árido, capaz de sanar las heridas más dolorosas, capaz de liberar lo encadenado.

En lo profundo nos encontramos con su Palabra que alienta la confianza y la esperanza, que señala el camino, que reaviva la fe.

En lo profundo conviven el pecado y la gracia, nuestra pequeñez y su grandeza, nuestra pobreza y su riqueza. Reconocer esta verdad nos hace humildes y nos ayuda a mirar con amor y misericordia a los otros, tal y como él nos mira.

Jesús nos invita a remar mar adentro, a bucear en lo profundo. Allá donde parece que nada hubiera, nos vamos a encontrar con TODO




sábado, 12 de septiembre de 2020

“DESCARGA EN ÉL TODO TU AGOBIO”

 

Quien más quien menos ha podido experimentar en algún momento de su vida la sensación de agobio. Agobio por la posibilidad de enfermar o incluso morir, agobio por la inestabilidad laboral o el despido en el trabajo, agobio por la crisis económica, agobio por el encierro en casa, agobio por las clases on-line, agobio por la escasez de recursos económicos y por la falta de comida, agobio por… ¡Son tantas las situaciones que se presentan en el día a día y pueden agobiarnos…!

“Ven a mí si estás cansado y agobiado” dice Jesús. Descarga en Él “eso” que hay y ahora te ahoga. Céntrate en lo que hoy te agobia porque con lo de hoy ya tienes bastante, a cada día le basta su afán. ¿Qué es eso que hoy te agobia? Ve a su presencia, Él está interesado en ti, Él te quiere aliviar de esa carga con la que ya no puedes. Si ya pusiste todos los medios y no encontraste solución o no se resolvió, déjalo en sus manos… Él sabe lo que hacer con ello



La mayoría de las veces el agobiarnos impide que veamos posibles soluciones. Dejemos reposar “eso que nos quita la paz”, entreguémoselo a Él. Él irá colocando las piezas como si de un rompecabezas se tratara pero suavemente, sin forzar, a su ritmo, a su tiempo. Abandónate en sus brazos y confía.


jueves, 10 de septiembre de 2020

“LO QUE NOS UNE”

 

Establecemos relaciones con los otros en función de nuestros gustos, ideologías, creencias, aficiones… pero estas relaciones, pasado un tiempo, acaban muriendo

Hay sin embargo otro tipo de relaciones que maduran y se consolidan. Son aquellas en las que se comparte desde lo profundo, desde el corazón, desde el lado más humano y a la vez más vulnerable. Tristemente, por miedo a resultar heridos, no son muchos los que se exponen.

El compartir lo que vivimos, nuestros miedos, lo que nos entristece, lo que nos preocupa, lo que nos enoja, nuestras dudas, lo que soñamos, lo que necesitamos e incluso lo que Dios hace en nuestra vida… supone un riesgo pero también una oportunidad de crecimiento para las dos partes





No somos tan diferentes, quizás externamente sí, pero no en lo profundo. Desde nuestra humanidad experimentamos carencias, tenemos heridas, pecamos, somos frágiles y vulnerables, hemos sufrido en algún momento, nos hemos enojado o llorado, hemos vivido la separación de seres queridos…

Compartir desde nuestro corazón herido, roto y necesitado también puede sanar otros corazones heridos, rotos y necesitados. Eso es lo que une… esa es la base de relaciones sólidas, profundas y duraderas

Ten la confianza y humildad para abrirte. Te hará bien y serás de gran ayuda para quien te escuche

martes, 8 de septiembre de 2020

“NADIE MUERE SOLO”

 

En este momento en el que muchos pueden estar dolidos por el fallecimiento de un familiar en el hospital sin haberlo podido acompañar, o incluso el que lo hayan enterrado sin poder participar en ese adiós, es conveniente recordar que: no venimos solos a este planeta, no estamos solos y nadie muere solo

Su Presencia es fiel compañera de viaje, lo creamos o no, lo sintamos o no… Está… permanece…

Si un familiar tuyo murió y no pudiste estar ahí, no te culpes porque el Padre  Bueno le acompañó a dar el paso y le abrazó con su amor y misericordia.

Y si un día te toca llegar a vivir ese tránsito en propia carne sin una presencia física cercana, recuerda que Él te sostiene y envuelve con su amor, que no estás sol@, que nadie muere sol@. Abandónate y confía porque por muy acompañados que estemos, nuestros seres queridos no podrán entender lo que sentimos o pensamos y tampoco vendrán con nosotros. Ese viaje lo haremos con el único compañero que siempre ha estado ahí para abrirnos a una nueva vida en su Presencia y para siempre

Todos tarde o temprano daremos ese paso, es inútil que nos neguemos a reconocerlo, nadie está excluido. La realidad es la que es y nuestro tiempo es limitado. De poco sirve enojarnos con Dios o con la vida, seamos conscientes de nuestra temporalidad, de nuestra finitud… de que un día nos iremos y que aquellos a quienes amamos tal vez se nos adelanten. Nadie nos quita la vida, la vida se termina y esto es así para todos. No se trata de resignarse, de enojarse, de deprimirse, de angustiarse… simplemente aceptemos lo que es y no podemos cambiar.


Un día llegará ese momento. Ten fe y confía… Nadie muere solo.

domingo, 6 de septiembre de 2020

LIBEREMOS A “JUAN”

 


Más de alguno se estará preguntando: ¿quién es Juan?. Busca en tu corazón y descubre a tus “Juanes”, a todos aquellos “Juanes” que como Herodes tienes en tu corazón, a todas aquellas personas que en algún momento de tu vida te han ofendido o dañado y a quienes todavía no has podido perdonar: Ana, Roberto, Carmen, Suyapa, Carlos, Pilar…

Herodes pensó que reteniendo a Juan en su propia cárcel era suficiente para liberarse de él. Eso mismo nos puede estar sucediendo. Encerramos en nuestras celdas interiores a quienes nos hirieron, ofendieron… Creemos que de esta manera nos vengamos de ellos, que así van a dejar de molestarnos y sin embargo, somos nosotros los afectados porque nos encadenamos, nos hacemos dependientes y esclavos de ellos, y nuestro corazón se endurece

Tal vez hacerles nuestros prisioneros no sea suficiente. Nuestros deseos de odio y venganza quizás nos lleven como a Herodías a desear sus cabezas. ¿Cuántas veces hemos deseado la cabeza de alguien?. Independientemente de lo que me haya hecho esa persona ¿quién soy yo para juzgar? ¿Qué se yo de su historia, de sus heridas, de su sufrimiento…? No estoy excusando ni justificando el daño pero sí a la persona como tal. Esa persona es hija de Dios como yo, y tan amada y valiosa como yo. Con la misma misericordia que me mira, le mira a ella.

¿Qué hago encerrando en mi prisión a otros?. Mientras los retenga en mi corazón no voy a poder ser libre. Dejarles ir: les libera y me libera. Esto solo es posible perdonando. No sé qué tan grande fue el daño o la ofensa, ni qué tan doloroso es el recuerdo… pero solo hay un camino y es el perdón.

Perdonar como Jesús, que perdonó incluso a sus asesinos, solo es posible de su mano, sabiéndonos en su compañía. Es una gracia que hay que pedir sin descanso y con la confianza de que se nos va a dar porque es su voluntad que seamos libres y felices. No esperemos a mañana. Liberemos cuanto antes a “Juan”.

viernes, 4 de septiembre de 2020

“¿QUÉ TANTO JUZGAS”

 

Seguramente en alguna ocasión, o tal vez muchas veces, te has descubierto juzgando o criticando a otros porque:

  • No piensan o actúan como tú
  • No responden a tus expectativas

Y te basas en tus criterios de lo que es normal o no, de lo que es justo o injusto, de lo que está bien o mal, de lo que es bueno o no.

Tus críticas o juicios hablan de ti:

  • De tu intransigencia o intolerancia
  • De tus miedos
  • De tus heridas
  • De tu mirada superficial
  • De…

Criticar o juzgar:

  • Te distancia de las personas, levanta muros entre ellos y tú, y te pierdes la riqueza de lo diferente.
  • Te posiciona por encima de los demás creyéndote en posesión de la verdad
  •  Endurece tu corazón


¿Quién eres para juzgar a otros cuando tu Padre Bueno no te juzga?

¿Por qué no te centras en lo positivo de los otros, lo valoras y lo celebras?

Todos tenemos algo bello y valioso que compartir con los demás

Todos somos hij@s de un Padre Bueno que nos ama y quiere que nos sintamos, miremos y tratemos como herman@s. Así nos lo pidió y nos lo pide Jesús: “Ama al prójimo como a ti mismo”

miércoles, 2 de septiembre de 2020

“ESTÁS EN BUENAS MANOS”


Somos hij@s de un Padre Bueno que nos ama sin distinción (queramos o no reconocerlo) y que nos provee (miren las aves del cielo… los lirios del campo…)

¿Cuál es entonces el miedo? ¿Cuál es la preocupación presente? ¿Cuál es la angustia por el futuro?

Estás en buenas manos, déjate llevar, confía. Él todo lo hace bien. Todo tiene su tiempo. Nada adelantas con quejarte, renegar, resistirte a lo que es aunque no sea lo que quieres o te gustaría…

Aunque no veas, aunque dudes, aunque sientas que ya perdiste la esperanza e incluso la fe, aunque creas que ya tocaste fondo… ¿qué te queda si no es abandonarte en “sus manos”?. Déjale ser, déjale hacer.

Quien te creó y te da la vida nunca te ha abandonado y no te va a dejar. Te sostiene y permanece, es fiel. Eres obra de sus manos. Él, como todo buen artista, ama lo que crea. Tu valor es infinito a sus ojos.

Estás en buenas manos… Es más: “Estás en las mejores manos”. Y esto es así aunque no lo creas e incluso aunque no lo quieras. No desea que ningun@ de sus hij@s se pierda. Y a ti no te va a dejar

Te lo voy a volver a repetir: “Lo creas o no, lo quieras o no… ESTÁS EN BUENAS MANOS”