jueves, 14 de mayo de 2015

"¿CUÁL ES EL SUEÑO DE DIOS PARA TI? ¿Y PARA MI...?"


¿Alguna vez te has planteado esta pregunta? ¿A qué conclusiones has llegado? Seguro que la has respondido concretándola en un estado de vida, en una profesión, en un hacer, en una forma de estar… en un lugar, en un con quién, en un cómo…

Para descubrir cuál es el sueño que Dios ha pensado para mí tengo que hacer un viaje a lo más profundo de mi ser. De lo contrario corro el riesgo de responder con lo que yo “creo” que Él quiere para mí y de mí o con lo que los otros “esperan o desean” para mí y de mí.

¿Cuál es el sueño de Dios para ti? ¿y para mí? ¿y es que acaso es distinto lo que sueña para ti que para mí? Su sueño y su deseo para todos es que nos abramos a su amor, que nos dejemos alcanzar y tocar por su amor

Y es que cuando nos abrimos para acoger su amor… todo lo demás se da por si solo: el hacer, el salir al otro, amar y perdonar… dar fruto… dar la vida por los amigos y por aquellos que no conocemos… incluso el exponer y arriesgar tu vida por otros

Tan fácil y a la vez tan complicado: “Dejarse alcanzar por su amor”… Si hay algo que quiebra la cabeza de muchos cristianos es tratar de responder a la pregunta ¿qué quiere Dios de mí? ¡Y es que se nos ocurren tantas cosas…! Cuanto más difíciles, nos parece que tienen más valor. Otras son irrealizables, sacrificadas o exigentes en función de nuestra imagen de “dios”. El Dios de Jesús es el Dios del Amor y de la Vida… el Dios que desea únicamente ser uno contigo, alcanzar tu corazón, habitar en ti, llenarte con su amor… el Dios que te invita a permanecer en su amor porque quiere que su alegría esté en ti y tu alegría llegue a plenitud

No te preocupes por el cómo… el qué hacer… el dónde… y el con quién… todo eso vendrá después… se te irá dando cuando sea la ocasión… lo sabrás… lo sentirás… de eso se encarga Él. Confía porque tendrás a tu alcance en cada momento los medios que necesites y que más te ayuden a responder a tanto amor recibido para que su Reino sea 

No somos capaces de imaginar lo que Dios puede llegar a hacer en nuestras vidas si nos dejamos alcanzar y tocar por Él… ¿te anima o te asusta?... Si Él está contigo y en ti ¿cuál es el miedo, cuáles son tus resistencias… y tus dudas?

¿Te atreves a emprender esta aventura, a dejarte hacer, a abandonarte en sus manos y a confiar?

Haz silencio en tu interior, trata de comunicarte con el Dios de Jesús que mora en ti y permítele que su amor sea. Él te irá mostrando el camino. Permanece en Él y que nada ni nadie te separe de su Amor. Ten fe y confía, estás en las mejores manos.

domingo, 10 de mayo de 2015

“CONTEMPLAR PARA AMAR”



ORACIÓN Y CELEBRACIÓN DE LA  EUCARISTÍA.


UNA MAÑANA PARA ENCONTRARNOS CON EL AMOR QUE HABITA  EN TODO Y EN TODOS
 
HORARIO:

10.00 - 10.30:  Oración compartida
10.30 - 10.45:  Charla
10.45 - 11.30:  Oración, meditación, reflexión...
11.30 - 11.45:  Descanso
11.45 - 12.30:  Oración, meditación...
12.30    Celebración de la Eucaristía


Lugar: Parroquia “Santa María de Palacio” sábado 16 de mayo de 10am a 1.30pm

Inscripciones: Párroco Carlos o Gloria 649-229-575

viernes, 8 de mayo de 2015

"TERREMOTO EN NEPAL ¿DÓNDE ESTABA DIOS?"


Día tras día suceden acontecimientos que nos estremecen y escuchamos o tal vez caemos en la tentación de preguntarnos: “¿Dónde estaba Dios?”: “Un copiloto estrella un avión en los Alpes: 150 muertos”, “Cristianos perseguidos, torturados y asesinados en Irak”, “Setecientos inmigrantes africanos fallecidos en aguas del mediterráneo”… y lo último: “Terremoto en Nepal: miles de muertos”

¿Y qué tiene que ver Dios con tanta desgracia? ¿Acaso Él es responsable de que todo eso ocurra? ¿Desde cuándo el Dios de Jesús y de la vida es un “dios sanguinario” al que le fascinan las tragedias y desea el sufrimiento, el dolor y la muerte? ¿Y es que unos padres que aman a sus hijos no sueñan lo mejor para ellos? De la misma manera que unos padres no pueden evitar el sufrimiento, el dolor y la muerte de sus hijos… el Dios de Jesús que nos ama incondicionalmente tampoco puede evitar nuestro sufrimiento, nuestro dolor  y nuestra muerte o la de aquell@s que más queremos y tampoco que tanto desastre suceda en el mundo. Y si no… miremos a Jesús… contemplemos la Pasión…

El problema surge cuando creemos en un “dios omnipotente”, un “dios que pudiendo evitar que sucedan las desgracias, se ensaña con los seres humanos a su antojo”... creyendo en un “dios” así no es de extrañar que surjan las dudas e incluso que la gente opte por no creer

El Dios de Jesús es el Dios que se encarna… es el Dios de lo escondido presente en cada víctima (aunque seamos incapaces de descubrirlo), en el que sufre, en el que colabora con los más desfavorecidos. Nuestra ceguera muchas veces se debe a nuestro afán de quererlo controlar y entender todo. La tentación de buscar a todo respuestas y de querer encontrar explicación a todo desde la razón, solo nos conduce a aumentar nuestra incomprensión, a la cerrazón… Y es que la mente humana es incapaz de dar soluciones a todo y es precisamente en esos momentos en los que especialmente hay que abandonarse y confiar… como Jesús en la Pasión

El Dios de Jesús es el Dios encarnado y escondido… es el Dios Amor que se conmueve ante la tragedia, el dolor… es el Dios Amor que moviliza los corazones para que se pongan en movimiento y sean portadores de consuelo, esperanza y de otras ayudas que necesiten l@s afectad@s.

¿Todavía te preguntas dónde estaba Dios? Estaba y sigue estando… y estará siempre que haya un corazón abierto y dispuesto a amar, a acompañar, a alentar, a colaborar, a responder a las necesidades ajenas… a compartirse
Ahí estaba, está y estará.

martes, 5 de mayo de 2015

"DANOS HOY NUESTRO PAN DE CADA DÍA"

 
¡Cuántas veces pedimos en nuestras oraciones algo que no nos conviene o aquello que deseamos y tiene su origen en nuestros miedos, en nuestra inseguridad, en nuestra falta de confianza...!. Es entonces cuando nos dirigimos al Padre como si fuera un hacedor de milagros, o un mago, o un solucionador de problemas y desdichas. Ese no es el Dios de Jesús. ¿Qué es entonces lo que hay que pedir cuando se nos dice “pedid y se os dará”?
El Dios de Jesús es el buen pastor, es Aquel que nos conoce, que sabe de nuestra historia, de nuestras caídas y faltas; es Aquel que conoce nuestra realidad; es Aquel que no lleva cuentas del mal porque es Amor y Misericordia y solo entiende de amar; es Aquel que permanece aunque no le percibamos o sintamos ¿acaso no sigue estando el sol presente aunque las nubes traten de ocultarlo?. Como buen pastor conoce a sus ovejas, a todas… no es ajeno a las necesidades de cada una… y a todas nos ofrece lo que Es: su Amor
“Danos hoy nuestro pan de cada día” rezamos en el Padrenuestro.
Danos para hoy tu Amor para vivir lo que se presente: las pruebas, las dificultades, los problemas, los encuentros, las alegrías, las oportunidades, la luz o la obscuridad, los conflictos…
 
 
Danos para hoy la Gracia de descubrirte, amarte y servirte en todo y en todos… la Gracia de crecer en humildad y tolerancia… la Gracia para mantenernos firmes y fieles a tu invitación... para...
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* Que descubramos y agradezcamos tu Presencia y tu Amor en cada acontecimiento, en cada gesto, en cada suceso, en cada actividad…
* Que nos abramos a tu Amor y tu Gracia porque teniendo esto ¿qué nos falta? ¿qué anhelamos? ¿qué echamos de menos? ¿de qué nos lamentamos?. Ya lo oraba San Ignacio “dadme vuestro amor y gracia que ésta me basta”
Y en ese “Danos hoy nuestro pan de cada día”… nos acordamos de toda la humanidad… no solo de nuestra familia, amig@s y de aquellos que piden nuestras oraciones… porque el Dios de Jesús es la Padre de tod@s... Es Amor y Misericordia para tod@s... Y tiene presentes, conoce, desea lo mejor y se preocupa de tod@s y cada un@ de nosotr@s
“Danos hoy nuestro pan de cada día”… Danos hoy Tu Amor y la Gracia para vivir todo lo que acontezca…
 

sábado, 2 de mayo de 2015

"HE VISTO AL SEÑOR..." - "I HAVE SEEN THE LORD..."


“María Magdalena se fue y dijo a los discípulos: He visto al Señor y me ha dicho esto” Juan 20, 18

La fe es una experiencia personal. Es encuentro con Jesús encarnado o resucitado.
Otros te podrán contar lo que han visto, oído, sentido… pero nunca lograrás llegar a entender, comprender o experimentar realmente lo que ellos han vivido

Y es que, cuando se produce el encuentro, no hay palabras suficientes para describirlo. Quisieras salir corriendo como María Magdalena y contarlo y transmitirles a todos la Buena Noticia, y anunciarles: “He visto al Señor”. Desearías que otros pasaran por eso, que se les concediera esa gracia… y podrás poner todos los medios que estén a tu alcance para que así sea, pero serán insuficientes… Sin embargo no por ello te vas a callar, y aunque quisieras tampoco podrías, el gozo es tal que no puedes dejar de anunciarlo. Y tu intención o motivación no es la de vanagloriarte o presumir de lo que te ha ocurrido sino la de dar a otros motivos de esperanza: “Cristo vive, yo me he encontrado con Él”
Cristo vive, ha resucitado… todos podemos tener experiencia de ello, nadie está exento de esta gracia… abandonémonos y confiemos. Muy importante es no tratar de controlar, manipular, forzar… dejarle hacer, aflojar, desear el encuentro… Cuando menos nos lo esperemos y de la manera menos pensada se hará el encontradizo

Ante todo esto mi acción de gracias y mi canto a tod@s aquell@s que:
-         Creen sin haber visto ni oído
-         Sin tener experiencia personal de encuentro con Jesús, predican y anuncian con hechos y palabras que Cristo vive, y son fieles a la invitación a construir el Reino

“He visto al Señor” ¿Podemos asentir que le hemos visto? ¿A qué nos hemos sentido llamad@s tras el encuentro? ¿Cómo podemos anunciarlo? ¿Qué resistencias  o bloqueos nos lo impiden? ¿Qué nos asusta?
 
Cuando se tiene experiencia de encuentro con Cristo vivo, algo cambia, algo se transforma, algo se ilumina… alguna zona de sombra no aceptada comienza a ser amada y aceptada… se es más consciente de uno mismo, de la propia realidad y verdad y se crece en humildad, y por consiguiente se es más tolerante y misericordioso con los demás.
 
Comenzamos a mirarnos y a mirar a los otros y a lo que nos rodea con otros ojos, con la misma mirada con la que Jesús nos mira.                           

Que se produzca el ansiado encuentro no depende enteramente de nosotr@s pero podemos hacer algo. María Magdalena fue a buscarle, fue al sepulcro, deseaba estar con Él. No dejemos de pedir, de buscar, de llamar y de desear que se produzca el encuentro… “porque todo el que pide recibe, el que busca halla y al que llama a la puerta se le abre”. Sin olvidar que “todo tiene su tiempo” y “sus caminos no son nuestros caminos”


 
“Mary Magdalene left and said to his disciples: I’ve seen the Lord and He has said this to me” John 20, 18.

Faith is a personal experience. It’s the encounter with incarnated and resuscitated Jesus.

Some might tell you what they have seen, heard, felt, but you will never get to understand or experiment what they have lived.

For when the encounter takes place, there are not enough words to describe it. You just need to run away the way Mary Magdalene did and tell everyone the Good News and announce: “I have seen the Lord”. You just want everybody to experiment that, to be granted that wish… and you are able to use all means to let it happen, but that is not enough… However you don’t keep quiet for that reason, even if you wanted you wouldn’t be able, such is the joy that you cannot refuse to announce it. And your intention or motivation is not to boast about what has happened to you, but to give other reasons of hope to the people: “Christ is alive and I have encountered him”.

Christ is alive, He has resuscitated… all of us can experiment it, nobody is exempt from it… let us trust. It is very important not to control, manipulate, force… let Him be, slow down, wish for the encounter… it will take place when you least expect it.

I would like to say thank you and I sing to those who:

- Believe without having seen or heard

- Preach and announce with facts and words that Christ is alive without having encountered Him, and are faithful to the invitation of building the realm.

“I’ve seen the Lord” Can we state that we have seen Him? What have we been encouraged to do? How can we announce it? What obstacles or barriers prevent us from announcing it? What are we scared of?

When we experience an encounter with Christ alive something changes, enlightens… some shady and rejected areas become loved and accepted… we are more aware of ourselves, of our own reality and truth, and we become more humble. Therefore, we are more tolerant and merciful with people. We start looking at ourselves and at the people around us with different eyes, with the same gaze that Jesus looks at us.

We are not the only ones responsible for that encounter to take place, but we can do something. Mary Magdalene looked for Him, she went to the sepulchre, she wished to be with Him. Let us stop asking for, looking for, calling and especially wishing that the encounter takes place… “For everyone who asks receives; the one who seeks finds; and to the one who knocks, the door will be opened.” We should not forget that “everything happens at a certain time” and “His paths are not our paths”.