domingo, 8 de enero de 2017

"¿TIENES MUCHA FE?"

 
¿Tienes mucha fe? Me quedó resonando esa pregunta el otro día. Y pienso: ¿es que acaso se puede medir la fe en mucha o poca? O tienes fe o no tienes. Los discípulos dicen: "Aumenta nuestra fe" pero tal vez porque no tenían. Otra cosa muy distinta es creer.  ¿Se puede creer a medias? Creo que sí. Tal vez no creas muchas o ciertas cosas pero si tienes fe, aún con el montón de dudas, continúas en el camino. Por mi fe estoy donde estoy y haciendo lo que hago, seguramente como tú que estás leyendo estas líneas. Y también creo en que pasó por este mundo un tal Jesús que nos invita a amar, a seguir su camino y con el que podemos o no comprometernos a colaborar en la construcción del Reino.
 
Decir "Sí" a Jesús no es a ratos ni a medias. Decir "Sí" a Jesús es decirle "Sí" en todos los acontecimientos y momentos de la vida. Simón y Andrés inmediatamente dejaron las redes y le siguieron. Santiago y Juan dejaron a su padre y se marcharon con Él. Jesús fue bien claro, ni engañó ni engaña a nadie, el que quiera caminar por donde Él indica ya sabe que no va a ser un camino fácil. Pero hay que optar. "Los zorros tienen cuevas y las aves  nidos pero el Hijo del Hombre ni siquiera tiene donde recostar la cabeza". Ayer recibí una imagen por "whatsapp" que viene acompañada de una frase: "Un misionero no sabe para dónde va pero sí con quién va", ésta es la única certeza y seguridad: la fe y confianza de no ir y estar solo/a, aún cuando no le veamos o sintamos. Jesús además anuncia cruces derivadas del seguimiento, renuncias que habrá que ir haciendo conforme se vaya caminando, dificultades, pruebas... Me preocupan y me asustan los que viven este camino como algo idílico, gratificante... los que lo viven como una continua entrada a Jerusalén o una continua resurrección... porque no se cómo entenderán y vivirán posteriormente los contratiempos que les surjan. 

Decir "Sí" a Jesús es renunciar a nuestro "yo", a lo que nos apetece, a lo que nos gustaría, a nuestras fantasías, a lo que creemos que necesitamos o  nos va a hacer bien o felices... Decir "Sí" a Jesús es  ser menos nosotros para dejarle ser más a Él, es anteponer las necesidades y la felicidad de los otros a "nuestras cosas".
"El que quiera salvarse a sí mismo se perderá, y el que pierda su vida por causa mía se salvará." Estamos de paso por esta tierra, nadie es eterno pero no se trata de cuánto vivamos sino de cómo lo vivamos. Creo que hay más alegría en dar que en recibir, creo en la paz del corazón cuando es coherente. Creo que no puede haber más paz en el corazón y mayor alegría que el sentir que se está donde se tiene que estar y haciendo lo que se tiene que hacer aunque eso no nos reporte éxito, poder, dinero, seguridades... Creo que cuando Jesús llama no es para fastidiar sino para dar vida y felicidad a sus elegidos. Supongo que dudas, de si lo que haces servirá o dará fruto, te surgirán igual que a mí. En estos momentos recordemos que Dios hace su obra  a través nuestro aunque no entendamos o dudemos.
 
¿Y qué hay de bueno o de positivo con tanta entrega y a la vez tanta renuncia? Jesús entre otras cosas promete: "Todo el que haya dejado casas, hermanos, hermanas, padre, madre, hijos o propiedades por causa de mi Nombre, recibirá cien veces más y tendrá por herencia la vida eterna". No son palabras huecas o vacías, es un hecho que se sigue haciendo realidad en nuestros días.
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Creo en Jesús, creo en su Palabra, creo en sus promesas. Tengo fe en Jesús y en su Palabra. Se que sus promesas se cumplirán y se cumplen continuamente. Nuestra fe consiste en confiar en que así es y ser fieles hasta el final aunque cueste, aunque no veamos claro, aunque a veces surjan las dudas, aunque surjan contratiempos, aunque duela... Mi oración para que así sea.