miércoles, 30 de junio de 2021

“NO VUELVO A DAR FIADO”

 

Con este pensamiento y esta firme decisión se levantó el otro día una joven dueña de una pulpería. Se amparaba en argumentos como: “Siempre me quedan mal”, “La gente no cumple”, “Al final la que pierdo soy yo”… ¿Quién le iba a decir que la primera señora que se acercase esa mañana le iba a pedir fiado?

Aunque me ha dado permiso para contar esta anécdota mantendré su nombre en el anonimato. Se trata de una joven católica que está en proceso de querer conocer más al Señor y seguirle. Y es por esto por lo que no pudo dejar ir a la señora que llegó a su pulpería sin su compra fiada.

A los ojos del mundo puede parecer “tonta” o demasiado confiada pero alguien que se dice cristiano no puede funcionar según las insinuaciones del mundo.

Hay decisiones que es preciso discernir con más tiempo y más oración pero lo cierto es que en el día a día nos vemos en la tesitura de tener que elegir y responder rápidamente ante lo que se nos presenta. ¿Qué hacer entonces? ¿Qué criterio seguir?. Hay una pregunta que nunca falla y puede ayudarnos: “¿Qué haría Jesús si estuviera en mi lugar?”. Ni que dudar tiene que Jesús hubiera dado fiado en su pulpería. Y nos recordaría: “Elige lo mejor aunque suponga pérdida. Dios provee”

¿Quieres ser del mundo o de Cristo? Puedes dejarte llevar por lo que haría la mayoría o lo que te propone la sociedad o puedes moverte y estar en la realidad que te toca vivir pero según los criterios y la manera de Cristo. La elección es tuya. ¿A quién sigues? ¿A quién quieres seguir?

martes, 29 de junio de 2021

“ASIGNATURA PENDIENTE”

 

¡Cómo cuesta el tema del perdón! Ahora que para muchos terminan el curso, tal vez ésta es una asignatura pendiente en el haber de más de uno. Pero ¿cuál es la razón?. Hay un deseo en el fondo del corazón de vivir el perdón pero el orgullo se convierte en un obstáculo para que así sea.  Mientras el “yo” es el centro y me vivo como víctima de los otros o las circunstancias, o culpo a los demás o a mi mism@ de lo que ha sucedido, bloqueo la posibilidad del perdón.

Si mi egocentrismo perjudica practicar esta virtud para poder ser libre y feliz… ¿Cuál es la clave?. El descentramiento. Caer en la cuenta de que no soy el centro

Si es la ofensa o el daño causado, a los otros o a mí, quien ocupa el lugar central pasaré la vida culpándome o sintiendo odio, deseo de venganza y rencor por otros.



Para vivir la virtud del perdón, para poder liberarme de resentimientos y otras emociones que me enganchan malsanamente a personas, ofensas, caídas o experiencias sufridas con mucho dolor… es necesario situar en el centro “la misericordia”

Cuando fallo a Dios, hago daño a otros o incluso a mí, solo puedo perdonarme si me enfoco en la misericordia. Buscar culpables o continuar haciendo daño sobre el ya hecho, no me saca del enredo y la esclavitud.

Cuando son los otros los que, con sus palabras o hechos, nos hieren solo puedo perdonar en la medida que me descentre y ponga mi atención en la misericordia

Lo más importante del perdón no es el pecado, no es la ofensa, no es la culpa… es la misericordia.

Sólo cuando la misericordia sea el centro voy a ser capaz de pedir perdón, perdonar y  perdonarme

 

sábado, 26 de junio de 2021

“¿MEREZCO QUE ME QUIERAN?”

 

Seguro que muchos al leer esta pregunta han respondido rápidamente: “Sí”. Vamos a ver si lo crees realmente.

¿Eres de las personas que te cuesta aceptar algo que te ofrecen o regalan, unas palabras bonitas, un premio…? ¿Tal vez te apropias de lo que te dan pero buscas la manera de compensar el gesto que tuvieron contigo?

¿Eres de las personas que no piden ayuda escondiéndose en mil y una justificaciones del tipo: “No quiero molestar”, “Pasa muy ocupado”…?.



Estos casos no hablan de tu bondad o de tu humildad, sino de una falsa creencia arraigada en ti: “No lo merezco”. No merezco que me quieran, que me den algo, que me dediquen tiempo… Cuando vives desde esta creencia ¿quién es el centro?: “Tú”. Te gusta que los demás te tengan en cuenta cuando necesitan ayuda, te llena el ser útil a otros, tratas de estar siempre disponible… pero no das la oportunidad a otros de hacer lo mismo contigo por otra falsa creencia añadida a la anterior: la de autosuficiencia.

Si no crees merecer el amor de los otros, bloqueas el encuentro, pones barreras en la relación… te cierras al amor.

Así como vives tus relaciones con los otros la vives con Dios. Si no crees merecer el amor de otros tampoco crees merecer el amor de Dios. El amor de los otros y de Dios se convierte en objeto de conquista mediante buenas obras, sacrificios… que no son sino obstáculos que impiden: que puedas recibirlo gratis e incondicionalmente

En la medida que te abres al amor de los otros, te abres al amor de Dios y viceversa. Mientras sigas rechazando lo que otros quieren o pueden ofrecerte, estarás bloqueando el encuentro con Dios. Y si te cierras a recibir el amor de Dios difícilmente podrás establecer relaciones sanas con los demás basadas en la bondad y en la mutua donación

Convéncete de que mereces ser amad@ y ábrete a ese amor que se te regala desinteresadamente a través de los otros, de las circunstancias… de Dios.

jueves, 24 de junio de 2021

“CUANDO LO ESENCIAL SE DESCUIDA”

 

Este escrito es para religiosas, sacerdotes, formandas, seminaristas, y todas aquellas personas creyentes que desean crecer en su vida espiritual y madurar en su fe. Y es que… ¡Qué sencillo es ser fiel cuando se dan las condiciones!.

Al llegar las vacaciones se cae en la tentación de descuidar la vida de oración justificando no encontrar el espacio o el tiempo. Cuando aparecen las dificultades o se viven situaciones adversas se deja por “no apetecer”, porque no resuelve los problemas. En la rutina se puede acabar convirtiendo en una “tarea” más.

Qué triste también cuando afanados en el hacer, por supuesto que, proyectos muy santos y aplaudidos a los ojos de los demás, se cae en la tentación de abandonar lo más importante.

Siempre va a haber argumentos, excusas, para evadir la responsabilidad del autoengaño en el que se puede caer. Cuando el enemigo no puede derrotar al adversario poniéndole la zancadilla y haciéndolo rodar montaña abajo, tiene que utilizar otras estrategias y es entonces cuando le agarra de la mano y lo va engatusando para, poco a poco, ir bajando y llevárselo a su terreno. De esta forma se descuida la relación con el Señor a través de la oración y los sacramentos y cuando queremos darnos cuenta ya estamos en la ladera. La fidelidad se prueba, no cuando el camino es llano, luminoso y colorido, sino en todo momento: En situaciones que nos sacan de nuestra zona de seguridad o de confort, en situaciones límites, en momentos de prueba… y hasta en la misma rutina

Pero el problema de raíz es cuando se vive lo esencial, el encuentro, la relación con el Señor: Como una obligación, como un compromiso o una tarea. Cuando es así: Resulta una carga, un fastidio, es un “tengo que” que se añade a mis otros “tengo que” y ya “bastantes cosas tengo entre manos”. Mientras no reconozca y experimente la relación como un encuentro, como fundamento de mi vida, como alimento que nutre mi existencia y da sentido a todo lo que hago… no será esencial y por consiguiente no pasará nada si lo descuido, siempre podré retomarla en otro momento.

domingo, 20 de junio de 2021

“¿CON QUÉ CARA SALES…?”


Me sonreía el otro día escuchando a una religiosa que me compartía lo siguiente: “Cuando veo a mis hermanas salir de la capilla y me fijo en sus caras, pienso ¿con quién se habrán encontrado?. Pero un día me fui a mi cuarto, me miré al espejo y me pregunté ¿y con qué cara saldré yo?”

Los demás son nuestro propio espejo y en ellos podemos ver lo mejor pero también lo peor de nosotros mismos.

Es graciosa la anécdota pero a la vez triste, a mí también me cuestiona y me siento identificada. ¡Cuántas veces se nos achaca a los cristianos nuestro comportamiento y actitudes a pesar de ir a la eucaristía o ser personas de oración!. Y todo tiene que ver con ese "supuesto" encuentro porque a veces “estamos” pero no hay encuentro alguno. Si no hay encuentro no hay cambio, no hay transformación, no hay conversión

De cada encuentro con otros salimos distintos: contentos, defraudados, con paz, enojados… En el intercambio nos volvemos más o menos humanos.

Del encuentro con el Señor tampoco se sale indiferente: cuestiona nuestras actitudes, toca la conciencia, aumenta nuestra confianza, nos sentimos perdonados, aviva nuestra esperanza… El problema es cuando lo que tendría que ser un encuentro con el Señor se vive como tarea, compromiso, obligación... o como algo tedioso o una pérdida de tiempo. En estos casos el corazón no va dispuesto, abierto… porque no va a un encuentro sino que va a cumplir un deber. Por eso salimos como salimos y seguimos siendo los de siempre o incluso peores. Y ya no voy a hablar de nuestra cara… sería bueno preguntar a quienes no creen

Podría servirnos esto para cuestionarnos: “¿Por qué vamos a la oración o a la eucaristía? Tal vez la respuesta pueda dar luz a nuestras verdaderas motivaciones y comprender por qué muchas veces nuestra vida no cambia o por qué resultamos tan poco atractivos

 


sábado, 19 de junio de 2021

“¿QUÉ SIENTE DIOS CUANDO PIENSA EN TI?”

 

Esta pregunta la hace un autor en un libro, me llamó la atención y quería compartirla porque me parece muy profunda y porque tal vez nunca antes te has cuestionado sobre ello. La verdad es que la respuesta a esta pregunta condiciona tu relación con Él, tu forma de ser, de estar, de pensar, de hacer…

¿Qué crees que siente Dios cuando piensa en ti? ¿Enojo? ¿Tristeza? ¿Misericordia? ¿Preocupación? ¿Ternura? ¿Dolor? ¿Ira?...



En función de lo que se piense que siente Dios al mirarnos podemos entender por qué hay todo tipo de gente: unos se alejan, otros se muestran indiferentes, los hay que viven con miedo, a más de uno le cuesta perdonarse… y también hay quienes permanecen firmes en su fe porque se sienten profundamente amados.  Se puede comprender también por qué hay gente narcisista o por el contrario entregada. E incluso las razones por las que se compromete la gente en acciones sociales y/o pastorales

A unos les cuesta dedicar tiempo a la oración personal, otros ni se lo plantean, algunos estarían horas… y eso también depende de la imagen que tengamos de Dios o de lo que pensemos que piensa de nosotros. Es muy difícil orar a un Dios que siento que está enojado conmigo, que no me perdona, que me fiscaliza todo el tiempo y lleva cuentas del mal. Cuesta orar ante un Dios despreocupado de mis lágrimas o de mis necesidades. Sin embargo es muy sencillo y atrayente ir al encuentro de un Dios que me ama tal y como soy, un Dios que es fiel, que me mira con ternura, que todo lo perdona….

Mira a Jesús cara a cara, en Él podrás descubrir lo que siente cuanto te mira y piensa en ti

 

martes, 15 de junio de 2021

“¿AMAS A JESÚS? ¿POR QUÉ?”


Esta pregunta se la hacían al cardenal Van Thuan sus carceleros y compañeros de presidio. Tras meditar sobre ello, llegó a la conclusión de que su amor por Jesús se debía a los defectos que había encontrado en él. Me encantó leer su reflexión al respecto y cómo argumentaba cada uno de sus defectos en lo que Jesús decía y hacía: “Jesús no tiene buena memoria”, “Jesús no sabe matemáticas”, “Jesús no sabe de lógica”, “Jesús es un aventurero”, “Jesús no entiende ni de finanzas ni de economía”

Ayer, sentada junto al pozo con Jesús y la samaritana, y tras compartir con otras personas “los defectos de Jesús”… resonó en el fondo de mi corazón esta misma pregunta: “¿Y tú… por qué amas a Jesús?”. Te animo hoy a cuestionarte sobre ello pero no respondas desde la cabeza, vete hasta tu corazón y deja que de ahí broten las respuestas

Tras contemplar la escena de Jesús y la samaritana y sintiéndome una más en lo que ahí acontecía (mirando cómo me mira, su actitud hacia mí, el tiempo dedicado, su entrega, su generosidad, su ternura, su paciencia, su amor, su misericordia…) confieso que amo a Jesús porque: no lleva cuenta de mi pecado, tiene mala memoria, me acoge tal y como soy y todo  me lo perdona, me ha rescatado muchas veces, siempre me provee, me tiene paciencia, da sentido a mi vida, quiere lo mejor para mí, me ha elegido, es fiel, me tiene entre sus manos. No me baso en teorías para llegar a esta conclusión, tampoco en cosas aprendidas o en lo que otros cuentan. Me remito únicamente a mi experiencia personal.

Ve junto al pozo… Él te está esperando. Siéntate, tómate tu tiempo y disfruta de ese estar, de su presencia… Él no tiene prisa. Hoy en día escasean las posibilidades de conocer y encontrarte con alguien que te dedique un espacio y te acoja, respete y abrace con todo lo que eres. ¿Por qué dejar pasar esta oportunidad? Que tu corazón pueda experimentar su amor para que cantes y cuentes su grandeza, y compartas su amor.



https://youtu.be/N0fuxSrmE94

lunes, 14 de junio de 2021

“POR LA BOCA MUERE EL PEZ”

 

Así dice el refrán y así me pasa a mí. Quien habla, se expone. Quien se expone se arriesga a ser alabado, aplaudido, valorado pero también a ser criticado, señalado…

Hace unos días publiqué un escrito que tuve que eliminar horas después. Algunos no alcanzaron a leerlo, entraron y se dieron cuenta de que no se podía acceder a él. No lo retiré porque entre líneas se viera mi orgullo, prepotencia o vanidad. Decidí quitarlo porque, así me hicieron ver, podía dar lugar a malos entendidos o incluso podría dañar a alguien



No cuento ni canto las grandezas que el Señor hace en mi vida por vanagloria, por creerme más que otros… sino para que quienes no creen, crean… para que quienes no conocen el amor de Dios, se abran a él… para que quienes se sienten inseguros, aprendan a confiar en la providencia…

De cualquier forma, si en mis escritos se vislumbran mis defectos y debilidades es porque los tengo. Lo que me preocupa es herir susceptibilidades, y por esto sí que pido públicamente perdón.

Aprovecho también para agradecer a quienes me hacen ver mis fallos, descubrir mi pequeñez. En otros tiempos esto me hacía sentirme víctima de las circunstancias o de quienes me señalaban… me enojaba y mi ira no iba sola, le acompañaban el odio y el deseo de venganza. Hoy puedo decir (y esa es otra obra del Señor) que, lejos de enfurecerme, me duele tremendamente el corazón cuando por mis palabras u obras alguien puede sentirse dañado u ofendido. El cambio ha sido el descentramiento. Cuando eres el centro, todo te afecta. Cuando dejas de ser el centro del universo, todo cambia, dejas de vivir en una montaña rusa de emociones

Seguiré compartiendo lo que vivo y siento. No me importa exponerme porque quiero conocerme, crecer en humildad. Ayúdame y hazme ver mis debilidades y pecados. Gracias

miércoles, 9 de junio de 2021

“EL MUNDO TIENE SED”

 

La mayoría de las noticias que escuchamos nos hablan de: egoísmo, de búsqueda del propio querer e interés, de conflictos por las propias carencias, por desear tener la razón, por imponerse…, de violencia detrás de la cual se esconden el odio, el deseo de venganza, el rencor…



Los avances, a todos los niveles, se suceden a velocidad vertiginosa pero nada de eso calma la sed. Enredados en lo que ofrece el mundo, va aumentando esa sed. Sed de: Amor, paz, justicia, misericordia, consuelo, unidad…

El mundo tiene sed de un agua que trata de llenar con:

  • Diversión, alcohol, comida, placer, drogas, juego, viajes…
  • Un hacer compulsivo, múltiples proyectos, trabajo, ocupaciones
  • La socialización con unos y otros
  • El consumo (ropa, tecnología…)
  • Programas de entretenimiento, series de televisión, telenovelas, partidos de…
  • Colecciones, acumulación de…
  • Lectura de libros, estudio, obtención de títulos, realización de masters y otros cursos
  • El control de todo y de todos
  • Productos para aparentar más joven (tintes para pelo, cremas para arrugas, maquillaje…)
  •       

https://youtu.be/UwZ7srvUT20

Tal vez se consigue calmar la sed por un ratito pero pronto se vuelve a tener sed. Empeñados en buscar esa agua “en otros pozos”, continúa la insatisfacción.

Jesús nos señaló dónde encontrar el agua que puede calmar nuestra sed para siempre. Sólo Él puede darnos vida plena, ofrecernos lo que tanto ansiamos y buscamos. No nos distraigamos, no perdamos más tiempo, vayamos al pozo del que mana esa agua que tanto ansiamos


https://youtu.be/S_s9zEOtc_Q

domingo, 6 de junio de 2021

“¿QUÉ VALOR TIENE LO QUE HACEMOS?”

 

Las obras no se miden por sus frutos, por los resultados, por la retribución que generan… Lo que verdaderamente da valor a las obras es el amor con que las realicemos. Da igual si es algo grande o una acción sencilla ¿cuánto amor pongo en ella?


Piensa en todo lo que haces en el día. ¿Por qué lo haces: cumplimiento, obligación, quedar bien, obtener recompensa, tranquilizar tu conciencia, autoestima, llenar tus vacíos…? Preparar la comida o una reunión, leer un libro o dar una conferencia, hacer la compra o participar en la eucaristía, pasear, escuchar a alguien, quedar con un amigo… ¿Qué tan presente estás en lo que haces? ¿Qué tanto te mueve el amor y amas en cada una de tus actividades?

Estar en lo que se está, poner tu atención en eso que tienes en tus manos y te ocupa, tener paciencia, ir al ritmo de la vida, disfrutar y vivir con pasión cada momento, escucharte y atenderte, tratarte con compasión y respeto… Y salir hacia el otro anteponiendo el amor a cualquier otra cosa. Esto supone: respetar su tiempo, atender lo que dice y cómo lo dice, estar presente, ser tolerante, no juzgar…

Nuestro fin, misión, meta… no es hacer grandes cosas sino amar en todo lo que hagamos, aunque esas cosas no sean reconocidas o valoradas por otros, aunque no nos agradezcan por ello.

Amar es permitir a Dios ser Dios, es vivir desde nuestra verdadera identidad


https://youtu.be/VvNJiVwFmAM

viernes, 4 de junio de 2021

“¿DE QUÉ NOS HABLA…?”



Con el tiempo vamos construyendo una falsa identidad que habla de lo que creemos ser, de lo que deseamos ser o de cómo anhelamos que nos vean los otros, pero no dice quiénes somos en realidad

Nuestra falsa identidad condiciona lo que pensamos, lo que decimos, lo que hacemos, cómo y con quién nos relacionamos, lo que buscamos, lo que nos gusta…

Nuestra falsa identidad nos lleva a atacar, defendernos o huir de los otros, a compararnos, a justificarnos…

Nuestra falsa identidad nos impide arriesgar por amor, nos anima a luchar por la justicia con medios violentos, confunde libertad con hacer lo que se quiere o apetece sin importar el otro…

Nuestra falsa identidad nos encierra en nosotros mismos, nos hace esclavos de nuestros propios miedos y anhelos

La falsa identidad nos habla de un ser vulnerable y frágil que se esconde tras un disfraz o una apariencia. Se requiere invertir mucha energía y tiempo para mantenerla, y no siempre se logra el éxito esperado

Sólo la verdad nos hará libres. Dejemos caer las máscaras que nos cubren. No se trata de cambiar una identidad por otra sino de deshacernos de la falsa y comenzar a vivir desde la verdadera identidad de hij@s amad@s por Dios. Hacer del amor el motor y fin de nuestra vida.


jueves, 3 de junio de 2021

“UN AMOR FIEL A TU ALCANCE”


En todos hay anhelo de un amor fiel. Mayor es aún si se ha sufrido el fracaso o la decepción en alguna relación por la falta de compromiso o entrega de la otra parte. Lo cierto es que existe ese amor fiel y ha permanecido siempre “a pesar de…”. Es un amor que supera nuestro entendimiento, que rompe todos nuestros esquemas… porque siempre es mayor que el nuestro. Es un amor valiente, generoso…un amor en el que no existe la mentira, un amor que disculpa todo, que espera, que acompaña, que rescata, que se entrega sin medida, que no defrauda, que confía… que permanece. 

El problema es que no siempre somos conscientes de ese Amor, no lo agradecemos, no llegamos a creérnoslo… y por lo tanto no respondemos. Hacemos de las cosas o de nosotros mismos el centro, nos acomodamos, nos distraemos con “lo del mundo”, mantenemos relaciones que, lejos de ayudarnos a crecer, nos alejan de la verdad y el camino, buscamos seguridades donde apoyarnos, descuidamos nuestra salud, vivimos ajenos al dolor y sufrimiento ajenos…



Nada ni nadie puede separarnos del amor de Dios pero somos libres para optar por  cerrarnos a ese amor. No va a dejar de amarnos pero dejaremos de sentirlo si agarramos otros rumbos y nos distraemos en las cosas e insinuaciones del mundo. Su amor siempre será fiel pero nuestro querer o interés tal vez esté enfocado en buscar aprobación, placer, dinero, seguridades, éxito, bienestar… Mientras no nos miremos, mientras nuestros ojos estén enfocados en otra dirección, no habrá encuentro.

No es fácil ser fiel y peor, como dice una amiga muy querida, a quien no vemos. ¿Lo deseamos realmente? Si es así necesitaremos pedir la gracia de ser fieles y poner los medios para responder con amor al Amor. Nunca será proporcional porque somos infinitamente más pequeños y nuestra dimensión humana nos llevará a fallar y caer una y otra vez. Lo más importante es no desanimarnos. Levantarnos las veces que haga falta, perseverar, avivar el deseo de entrega… Dejarle ser, dejarle hacer…

https://youtu.be/TfufVENLdvs