jueves, 7 de junio de 2018

"TODO NOS HABLA DEL AMOR DE DIOS"


Todo nos habla del amor de Dios y Dios nos habla a través de todo.
Todo nos habla del amor de Dios y todo nos cuestiona nuestra forma de ser, de estar, de actuar, de amar, de relacionarnos con las personas y las cosas

Dios nos habla a través de todo…
  • Nos habla de amor a través de los alimentos que digerimos, del canto de los pájaros, de una puesta de sol, del inmenso océano, de una flor, de la lluvia, de una sonrisa, de un regalo, de un elogio, de una persona que nos muestra afecto, de los voluntarios que ayudan a los damnificados de los desastres naturales…
  • Cuestiona nuestra solidaridad y compasión ante las tragedias que viven nuestros hermanos
  • Cuestiona nuestra confianza y fe en las adversidades y contrariedades de la vida, en los días de sequedad, en las pruebas duras
  • Cuestiona nuestra tolerancia ante los que piensan distinto que nosotros
  • Cuestiona donde tenemos puesto nuestro centro o nuestro corazón en cada momento del día
  • Cuestiona nuestra paciencia cuando las cosas no salen como quisiéramos o en el tiempo que esperábamos
  • Cuestiona nuestra libertad por medio de los apegos que nos creamos a personas, cosas, cargos, cualidades, lugares…
  • Cuestiona el sentido que le damos a la vida a través de un accidente, una enfermedad grave, el éxito o el fracaso propio o de los otros, las desgracias ajenas…
  • Cuestiona nuestra capacidad de divertirnos y alegrarnos cuando nos invitan a una fiesta, a una comida, a una excursión…
  • Cuestiona nuestra flexibilidad cuando surgen imprevistos
  • Cuestiona nuestra responsabilidad, nuestro respeto hacia los otros y hacia nosotros, nuestro amor, nuestra capacidad de perdonar…

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Todo nos habla del amor de Dios y Dios nos habla a través de todo.
Abramos nuestros ojos y nuestro corazón y pidamos la gracia de experimentar su Presencia en todo y en todos. Porque la verdadera riqueza y lo que nos puede transformar no es el saber de su amor sino sentirlo en lo más hondo de nuestro ser.

sábado, 2 de junio de 2018

"EL CUERPO DE CRISTO"


Resultado de imagen de madre teresa de calcuta y los pobres
Es muy fácil ir al Santísimo, arrodillarse, estar… y es fácil y cómodo ver y encontrar a Jesús ahí. No nos cuesta y nos sentimos cómodos y en paz pero eso no cuestiona nuestras vidas

Las hermanas de Calcuta descubren el Cuerpo de Cristo en los más pobres de entre los pobres, las hermanas de Jesús El Buen Samaritano de San Pedro Sula descubren el Cuerpo de Cristo en los niños discapacitados abandonados en la calle… y podría seguir enumerando personas.


¿Qué tanto vemos el Cuerpo de Cristo en nuestros hijos, en el anciano dependiente, en el vecino, en el jefe, en quien ha perdido la alegría de vivir, en el que es extranjero, en el que vive o pide en las calles, en el que es perseguido, en el que es asesinado, en el que está enfermo, en la pareja, en quien me incomoda, en quien sufre una adicción,  en el que solicita nuestra atención, en el que barre la calle, en el que lleva su carrito de frutas, en la señora que nos cobra en el supermercado, en el conductor del bus, en quien no se asea y huele mal, en aquel a quien guardamos rencor…?



Hemos convertido muchas veces las formas y los ritos en el centro cuando el verdadero centro de nuestra vida tendría que ser Jesús. Si Jesús es el centro de nuestra vida, los ritos pasan a segundo plano y es que los ritos son medios no el centro ni el fin. Pero volvemos a lo de antes: lo fácil es poner nuestro centro en los ritos porque así cumplimos y tranquilizamos nuestra conciencia. Lo difícil y comprometedor es poner a Jesús en el centro de nuestra vida porque entonces tendríamos que cambiar nuestra relación con las personas, con las cosas… nuestra forma de ser, de actuar, de hacer…  ¿Cuál es el centro de tu vida?

Cristo quiere encontrarse contigo a través de las personas que se cruzan en tu camino. ¿Cómo vas a responder?