lunes, 27 de noviembre de 2017

"IMAGINA QUE ESTÁS A PUNTO DE NACER"



Imagina que estás a punto de nacer. Dios te da a escoger dos vidas distintas para vivirlas en la tierra. La primera es una vida breve, llena de enfermedades, pobreza y burla por parte de la gente. La segunda todo lo contrario, una vida llena de salud, riquezas y honor. Dios te dice que cualquier que sea tu opción te amará igual. ¿Cuál sería tu opción?

San Ignacio cayó en la cuenta de lo que realmente tenía valor, de ahí su oración de disponibilidad y desprendimiento “Tomad Señor y recibid… dame tu amor y tu gracia que esto me basta”

Santa Teresa lo enuncio en su “Quien a Dios tiene nada le falta, solo Dios basta”

Resultado de imagen de CORAZON ESCLAVOY San Pablo, por enumerar a algunos, todo lo consideraba pérdida o muerto con tal de conocer a Cristo y dejarle habitar en su corazón y ser en su vida
Y es que… ¿De qué sirven la salud, el trabajo, el honor, los títulos, las cosas materiales, los triunfos… si no le dejamos a Dios ser en nuestro corazón? ¿Qué o quién ocupa nuestro corazón y el primer lugar en nuestra vida? ¿Qué está impidiendo que Dios habite en nosotros? ¿Qué está bloqueando la acción de Dios en nuestra vida? ¿Por qué nos resistimos a que Él sea en nosotros y haga a través nuestro? ¿De qué está lleno nuestro corazón: orgullo, vanidad, soberbia, culpa, rencores, odio, amargura, deseo de venganza… deseo de acumular… búsqueda de seguridad…?

¿De qué nos sirve tener salud, riquezas y honor si vivimos ajenos a Dios, si Dios es tan solo una idea en la que creemos pero no le dejamos manifestarse y ser en nuestras vidas porque otras cosas ocupan nuestro corazón y nuestra mente?

¿Acaso no sería preferible estar enfermo, ser pobre y despreciado, criticado y humillado, si experimentamos en nuestro interior el amor y la misericordia de Cristo?

¿Cuál es tu decisión? Sea cual sea no te preocupes… Dios te va a seguir amando. Tal vez esta sea tan solo otra oportunidad que se te concede para que te cuestiones y una  invitación de Dios para que le permitas entrar en tu corazón y liberarte de todo lo que te oprime y te esclaviza.

miércoles, 15 de noviembre de 2017

"PERMANEZCAN EN MÍ COMO YO EN USTEDES"




“La rama no puede dar fruto por sí misma si no permanece unida a la vid, así tampoco ustedes si no permanecen en mí”. Juan 15, 4

Jesús nos invita a estar unidos a Él, solo así podremos dar fruto

Resultado de imagen de LA VIDA Y LOS SARMIENTOSPuede que nuestras vidas estén llenas de actividad, hacemos y hacemos pero no vemos frutos o son muy escasos. Puede que nos esforcemos y acabemos agotados y con la sensación de estar haciendo poco o muy poco. “El alma que anda en amor ni cansa ni se cansa”

Sería bueno cuestionarnos sobre esto. Si realmente estamos unidos a Él, los frutos se dan. Si tenemos fe en que todo es posible para Él, nosotros solamente tendremos que poner los medios y los frutos se darán. Para eso es necesario dejarle que llene nuestro corazón

A lo mejor nuestro hacer no tiene ni su origen ni su destino en Él. ¿Por qué hacemos lo que hacemos? ¿Para qué lo hacemos? ¿Qué es lo que nos motiva? ¿A quién respondemos: a nuestro ego, a una idea que tenemos de Dios, o realmente al Dios de Jesús?
Quizás por eso nos hemos podido sentir muchas veces como dando tumbos, quizás por eso no terminamos muchas veces de centrarnos, no vemos con claridad o percibimos el futuro incierto

Si Dios es una idea en la que creo y no ha bajado de mi mente a mi corazón… difícilmente daré frutos.
Si hay algo que impide mi unión con Él… difícilmente daré frutos
Si tengo mi corazón lleno de “tantas cosas” que me alejan de Él… difícilmente daré frutos
Si creo que todo se soluciona con unas oraciones pero mi vida no cambia… difícilmente daré frutos

“Separados de mí no pueden hacer nada”… bueno, hacer lo que se dice hacer podemos hacer mucho pero resultará vacío, hueco, superficial… no tendrá la hondura, la profundidad, o el efecto esperado o deseado. Por otra parte nos queda el consuelo de que “nada es imposible para Él” pero que eso no sea una justificación para cruzarnos de brazos y seguir como hasta ahora.


¿Qué nos queda? Si queremos dar fruto está claro: vaciar nuestro corazón de todo aquello que nos impide amar para que Él pueda hacer su obra a través nuestro. Comienza a poner nombre a todo aquello que no le deja ser y déjalo ir… mañana puede ser demasiado tarde.

viernes, 10 de noviembre de 2017

"FELICES LOS MISERICORDIOSOS"



Ya lo dijo Jesús… “Felices los misericordiosos…”… felices serán quienes tengan misericordia consigo mismos y con los otros… El perdón sana, salva y nos libera.
Dios nos perdona TODO y así lo creemos, entonces ¿por qué somos tan reacios a perdonarnos y a perdonar a quienes nos ignoran, a quienes nos engañan, a quienes nos hacen daño, a quienes no nos valoran, a quienes nos desprecian, a quienes nos critican…)

¿Acaso es justo que nos perdone TODO y nosotros seamos tan crueles, duros y exigentes con nosotros mismos y con los demás?

Resultado de imagen de FELICES LOS MISERICORDIOSOS¿Quiénes somos para no perdonar, quiénes nos creemos? ¿Acaso tenemos más poder y autoridad que Dios? ¿Por qué somos tan soberbios? En la medida que Él nos perdona y nosotros no nos perdonamos o no perdonamos a los otros, estamos desacreditando Su Autoridad y posicionándonos sobre Él, nos creemos por encima de Él.


Danos la humildad para perdonarnos y perdonar los errores de los demás… para mirarnos y mirar a los otros con misericordia. Y líbranos de la soberbia que nos esclaviza y nos hace duros de corazón

viernes, 3 de noviembre de 2017

"OTRA OPORTUNIDAD"


Este domingo fue un día duro de trabajo. Era día de exámenes finales y los estudiantes habían encargado comida para almorzar en el colegio. Terminando la hora de comer, Sor Suyapa me comunicó que una alumna (que ya tenía antecedentes de haber consumido drogas) había estado tomando alcohol. Fuimos para el aula e inmediatamente llegó la coordinadora. Se les dio la oportunidad a los alumnos de hablar y contar lo que había pasado pero todos callaron. Comenzamos a revisar las mochilas (me sentí super incómoda urgando sus pertenencias pero teníamos que confirmar las sospechas y buscar cualquier indicio antes de tomar medidas). La coordinadora encontró una cajita de jugo en la que habían echado ron. La botella la encontramos en el basurero del aula. Tras amenazarles con retirarles los exámenes si no hablaban, “A” se delató. Sor Suyapa y la coordinadora se bajaron con ella para redactar el acta de expulsión y yo me quedé un rato con ellos. Les pregunté quién más sabía de aquello y quién había colaborado. Un alumno dijo: “Profe todos sabíamos pero nadie dice nada por miedo. Aunque nos hubieran retirado el examen no hubiésemos hablado. Vale más nuestra vida y no sabemos qué consecuencias puede tener el hablar”. Y ahí sí… les hablé bien enojada y les dije: “Sigan así… por eso este país está como está… y la culpa no la tienen tanto los políticos sino el pueblo que calla y calla… todos saben pero nadie dice nada y al final todos son responsables y se vuelven cómplices del mal”.

Como tres horas y media entre hablar con la muchacha, hablar con la que había metido la botella en el colegio, hablar con los que habían tomado de la botella… y al final… “A” expulsada del colegio y a los otros cuatro se les ha dado un periodo de reflexión hasta finales de enero, fecha en la cual si quieren matricularse en el colegio tendrán que redactar un compromiso firmado que deberán cumplir durante el curso escolar.

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Llegué a casa a las 5.30pm, solo tomé un poco de café con leche y me fui para la eucaristía de 6pm. Estaba agotada… casi once horas en el colegio (como todos los domingos)… y de remate esa misa fue ¡tan larga!, duró hasta 7.40pm… en la homilía me faltó poco para dormirme. El caso es que en la eucaristía me estuve acordando de “A”… tal vez yo no hice lo suficiente por acompañarla durante el curso, tal vez se merecía otra oportunidad, ¿por qué a mí se me dan tantas oportunidades y a ella se le echa del colegio? ¿acaso mi vida vale más que la de ella? No es justo, creo que no es justo, si a mí no se me hubieran dado tantas oportunidades no sé dónde estaría ni que estaría haciendo… no merezco estar aquí ni hacer lo que hago si Dios me hubiese medido de la misma manera. En eso estuve toda la eucaristía: preguntándome ¿por qué a otros no se les da otra oportunidad y a mí se me dan tantas?

No encuentro respuesta a mis preguntas pero tengo la certeza de algo y es que Dios me ama y a pesar de mi debilidad y fragilidad me quiere acá. Y este domingo lo volví a confirmar. En el lateral, en el que estaba sentada, dio la comunión una mujer muy comprometida y ya mayor a la que tengo años de conocer pero ahorita hacía unos meses que no la veía porque no voy a esa iglesia. Cuando llegó el momento de darme la comunión, se le iluminó la cara, sus ojos brillaron y con una sonrisa me dijo: “Hola Gloria”… “El Cuerpo de Cristo”. Volví a mi asiento y… buf… fue como el mismo Dios saludándome y diciéndome: “me alegro de que estés acá… sigue adelante… yo te quiero… (eso y más cosas)”. Lo que continúa ya te lo imaginarás… siempre llevo pañuelos a la eucaristía porque nunca sé cuándo Dios me va a hacer uno de estos regalitos

No sé cuál será tu caso… pero sí que estoy segura de algo… el Amor y la Misericordia de Dios es mucho más grande que la justicia humana y bendito sea Dios si así lo vivimos, experimentamos y agradecemos