viernes, 30 de diciembre de 2016

"ESTA NOCHE QUIERO CELEBRAR..."

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Llegó el 31 de diciembre y como dice la canción: "Otro año que queda atrás, mil momentos que recordar...". Es la oportunidad de hacer balance del año pero no tanto para ver qué tan bueno o malo ha sido en función de las expectativas que tenía o los desastres que ocurrieron. Es la oportunidad de echar la vista atrás y ver el paso de Dios en nuestras vidas, pero sobre todo de dar gracias. Así que no dejes pasar este día sin buscar un ratito para reflexionar sobre el año 2016 y contempla agradecido/a cómo Dios se ha hecho presente en tu vida. Ojalá esta noche no sea una noche solo de comida, bebida, música, televisión, juegos, regalos, cohetes, cotillones y ruido. Ojalá esta noche tengas de verdad algo que celebrar.
 
Esta noche quiero celebrar que Dios está presente en mi vida, que me ama infinitamente, que tiene una paciencia sin medida conmigo, que me "rescata" una y otra vez y no se cansa de "rescatarme", que me lleva en sus brazos, me cuida y me sostiene, que va conquistando cada vez más mi corazón, que va haciendo su obra a través mío. Quiero celebrar los "regalos" o consolaciones que inesperadamente me ha ofrecido y a través de los cuales siento su amor sin límites.
 
Esta noche quiero celebrar los caminos que se me han abierto este año, que Dios siempre abre caminos y pone "ángeles" de carne y hueso a nuestro lado para acompañarnos
 
Esta noche quiero celebrar el que Dios me tenga donde me tiene porque así lo siento en lo más profundo de mi corazón
 
Esta noche quiero celebrar y agradecer por la presencia de tantas personas que con su vida, su apoyo, su ánimo, su compañía, sus consejos y sus oraciones, hacen posible que esté donde estoy y haciendo lo que hago
 
Esta noche quiero celebrar la paz que habita en mi corazón, el deseo de seguir en el camino, de dar todo lo mejor de mí, lo que se y lo que soy
 
Esta noche quiero celebrar el haber conocido a tantas personas a lo largo de mi vida que me han acercado a Él, especialmente a las que he conocido este año. Me vienen a la mente nombres y rostros de personas comprometidas que me dan lecciones con su vida y testimonio, y también quiero dar gracias por todos ellos
 
Esta noche quiero celebrar el reencuentro con la familia estos días
 
Esta noche quiero celebrar... puedo seguir y lo haré... pero ahora te toca a ti... tómate tu tiempo en este día, siéntate, toma un papel y una pluma y comienza: "Esta noche quiero celebrar..."

miércoles, 28 de diciembre de 2016

"HA VENIDO PARA QUEDARSE CON NOSOTROS"

Ha nacido, ha venido para quedarse con nosotros/as... y de nosotros depende: cerrarle nuestro corazón, acogerle y hacerle un sitio, u ofrecérselo por completo
Acogerle es renunciar a todo aquello que nos separa y aleja de Él, es centrar nuestra vida en Él
Acogerle es amarle, y amarle es darlo todo, no unas migajas o lo que nos sobra
Acogerle es ser coherentes con nuestra vida y el Misterio en el que creemos
 
Contempla a ese Niño. Contempla su rostro y su gesto. Sonríe y alza los brazos. Mi ahijada más pequeña tiene dos años, cuando quiere que se le "chinee" alza los brazos. Y cuando uno la eleva, rápidamente se engancha con sus bracitos y piernas para que no la soltemos o la devolvamos al suelo. A veces, cuando hago el gesto de bajarla, recoge sus piernas para que la vuelva a alzar.
"Mi ahijada Mónica"
 
Ese Niño quiere que le alcemos, que le acojamos en nuestras vidas.
Ha venido para quedarse con nosotros/as, contigo y conmigo... pero solo si lo deseamos. La elección es nuestra
 
Los quehaceres de estos días, las luces, los adornos, las comidas, la compra de regalos, las rebajas, el ruido... pueden despistarnos y desviar nuestra vista de ese Niño
 
¿Alguno de nosotros dejaríamos en el suelo a un niño/a que nos pidiera insistentemente y con los brazos en alto que le acojamos en nuestra vida? ¿Por qué con Jesús muchas veces pasamos de largo?
 
Nos hemos quedado ciegos. Simeón vio a Dios en ese Niño. Pidamos en nuestras oraciones la gracia de abrir nuestros ojos, de caer en la cuenta de lo que realmente es importante para nuestras vidas, de descubrirle en todo lo creado... para que podamos amarle más, permanecer en Él y seguirle hasta el final
 
Ha venido para quedarse con nosotros/as, contigo y conmigo. Él desea que se produzca el encuentro ¿y tú? ¿estás preparado/a? ¿lo deseas o prefieres seguir poniendo tu confianza en las cosas de este mundo refugiándote en las seguridades ficticias que te ofrece?
 
Ha venido para quedarse con nosotros/as, contigo y conmigo. Está a la espera de una respuesta, una respuesta que ha de concretarse en la vida de cada día, en el hacer, en las palabras, en los pensamientos...
 
Acogerle es poner nuestra vida en sus manos para que Él pueda realizar su obra
Acogerle es glorificarle con nuestras vidas

Ha venido para quedarse... y está entre nosotros/as, con nosotros/as y en nosotros/as... recuérdalo siempre... y ahora ya: SAL A SU ENCUENTRO.

sábado, 17 de diciembre de 2016

"BESITOS DE DIOS"

 
Perdí mi vuelo a España porque el avión de Honduras salió dos horas tarde rumbo a Panamá. Me tocó quedarme un día completo en un país en el que nunca había estado. Perdida en algún lugar del mundo desconocido para mí. Siempre digo que todo pasa por algo pero fueron transcurriendo las horas y no encontraba el "para qué" o la razón de ser de aquel atraso. Tampoco traté de querer hallar una explicación pero puedo decir que al final entendí y agradecí todo lo que pasó. Solo por lo que viví, ya casi para dejar Panamá, elegiría perder de nuevo el avión.
 
Ya en el aeropuerto de Panamá y a tan solo una hora de embarcar, con la maleta ya facturada y la puerta de embarque localizada, me llamó uno de mis angelitos desde El Salvador. En eso que estábamos hablando me preguntó si había ido a la capilla del aeropuerto. Caminando y buscándola estaba cuando devolví una llamada a Monseñor Ángel Garachana, otro de mis angelitos, y casi al terminar la conversación me dice: "Gloria, ¿ya fuiste a la capilla?". Por si con un ángel no era suficiente, utilizó a dos para que yo acabara allá.
 
Cuando llegué había comenzado la eucaristía. La capilla era tan chiquita que las pocas personas que estaban, más sus bolsas, la llenaban. Así que tuve que pasar a sentarme en la primera banca.
 
Lo que ahí pasó no puedo explicarlo con palabras. Este escrito se va a quedar corto porque no voy a conseguir transmitir lo que sucedió. Dios a veces se comunica de una manera tal, que te desborda y aunque lo cuentes, nunca los otros pueden llegar a experimentar lo que tú viviste. !Qué pesar!
Fue un "beso de Dios"... San Ignacio lo llamaba "consolaciones". Dios se sirvió de un sacerdote joven, franciscano, que vestía un hábito todo deshilachado, roto y descolorido, que celebró descalzo y que cantó y tocó la guitarra con una voz que penetraba hasta lo más profundo del alma.
 
Era el don del desprendimiento, de la indiferencia, de la libertad interior en persona.
!Fueron tantas cosas las que Dios me dijo a través de ese hombre....! Me sentí tremendamente chiquita al lado de Dios en cuanto a mi entrega pero, a la vez infinitamente amada por Él, hasta el punto de no dejar de llorar desde que llegué hasta que terminó la eucaristía. Creo que ese día pude comprender mejor la oración de San Ignacio de "Tomad y recibid..." cuando dice "dame tu amor y tu gracia que esta me basta". Porque ese hombre así lo vivía y lo transmitía con su forma de estar, de celebrar, de vestir... y se le miraba radiante de felicidad.
 
Gracias Padre por esos "besitos" que reconfortan, estimulan y nos animan a abandonarnos en tus brazos y a confiar en que nos sostienes y nos amas con amor eterno
 
Que sepamos responder a tanto amor ayudándote a bajar de la cruz con el testimonio de nuestras vidas
 

lunes, 12 de diciembre de 2016

"SI CONOCIERAS EL DON DE DIOS..."


Una canción de Sor Glenda comienza así: “Si conocieras el don de Dios, si conocieras lo que Él te quiere regalar…”

“!Qué lejos estamos muchos de conocerle!”. Porque si realmente le conociéramos nos daríamos al 100%, sin reservas… vaciaríamos nuestro corazón de apegos y dependencias para que Él lo llene (imagen, dinero, cosas materiales, poder, prestigio, culpas…)… dejaríamos de mendigar amor, aceptación, valoración de los otros… seríamos indiferentes (libres) respecto a todo lo creado y solo desearíamos y elegiríamos lo que más nos conduce al fin para el que fuimos creados.

En los últimos Ejercicios Espirituales escuché algo que resonó en mi interior. Si doy 20 me da 20. Él nos da en función de lo que damos. Compartí con mi acompañante que en mi caso las cuentas no salen porque yo doy bien poco en comparación con todo lo que Él me da. Y mi reflexión era la siguiente: “Si dando tan poco y siendo tan mediocre recibo tanto ¿cuánto más no obtendré si doy más? ¿Y qué es lo que me lo impide?”. Supongo que lo mismo que a todos: El miedo a soltar, a qué sucederá…

Jesús conoce nuestro corazón, nuestras ataduras, nuestros miedos. Es por esto que promete: “El que beba del agua que yo le daré nunca volverá a tener sed”
 

Dios nos pide nuestro corazón. Solo es de confiar. ¿Te imaginas la obra que puede hacer si se lo ofrecieras? Todos estamos hechos de la misma materia. Si otros han podido, nosotros también podemos. Donde hubo pecado sobreabundó la gracia. También de nosotros puede salir algo grande. Pero solo con nuestro esfuerzo poco vamos a conseguir. Necesitamos pedir en nuestra oración la gracia de conocer a Jesús internamente para más amarle y seguirle buscando en todo la voluntad del Padre. Tener los mismos sentimientos que Jesús para glorificarle con nuestras vidas.

Y ojalá en algún momento podamos definitivamente SOLTAR  y con coraje, como la samaritana, digamos: “Dame de esa agua, y así ya no sufriré más sed”. Hay un vacío en nuestro interior que inútilmente llenamos de cosas de este mundo. Solo Dios puede llenar ese vacío y habitarlo, Él es el único que puede calmar nuestra sed. Recuerda: “Si conocieras el don de Dios, si conocieras lo que Él te quiere regalar”. Ten fe y confía.


sábado, 10 de diciembre de 2016

"SEGUIR A JESÚS"


Son muchos los que dicen seguir a Jesús y desear hacer su voluntad pero menos los que lo cumplen

El programa de Jesús no es muy atractivo. De primeras ya advierte que el que le siga no tendrá donde reclinar la cabeza. A eso le siguen críticas, calumnias… para terminar golpeado, abofeteado, con una corona de espinas en su cabeza, clavado en una cruz y solo. Con este plan ¿quién se anima?. Desde luego que lo que ofrece el mundo es más atractivo: éxito, fama, dinero, placer… Pero algo tiene que tener esto de seguir a Jesús que tantos locos de antes y de ahora siguen escogiéndole en sus vidas. Se lo dijo a la samaritana: “El que bebe del agua que yo le daré nunca más volverá a tener sed. Y además nos aseguró la compañía de Madre cuando en la cruz le dijo a Juan: “Hijo, ahí tienes a tu Madre”

Muchos que eligieron el camino del Evangelio todavía no han comprendido que vienen y vendrán pruebas y cruces. La cruz de no ser entendido, de no ser aceptado, de no ser tenido en cuenta, de ser criticado, de ser calumniado… y antes o después la cruz de la soledad. ¿Qué hacer en estos casos de sufrimiento?

  El sufrimiento solo se vence con amor. Si lucho contra él, o me resisto, o me resigno, entonces no lo vivo con fe. Si lo acepto con amor y con fe y lo vivo como Jesús lo vivió, en este caso ya he triunfado, ya he trascendido el sufrimiento… así puedo ser libre hasta de la misma muerte. Así le pasó a Jesús… en el momento en que puso su vida en manos de Dios, fue libre de la muerte: “Padre, que no se haga mi voluntad sino la tuya”

Cuando la desolación, fruto del seguimiento a Jesús, se asiente en tu vida, es momento de volver los ojos a la Pasión de Cristo. Adéntrate en el Misterio y pide al Espíritu la gracia de identificarte con Cristo en su padecimiento.

Nadie dijo que el camino fuera fácil pero “todo lo podemos en Cristo que nos fortalece”. Si estás dando tus primeros pasos, ya sabes todo lo que te espera… si ya llevas años de seguimiento, fortalece tu oración para poder vencer las pruebas y dificultades y así serle fiel hasta el final. Y ante todo y sobre todo mantén la esperanza porque nuestra fe se fundamenta en creer en Cristo resucitado y vencedor de todo mal. El gozo y la alegría plena están asegurados pero hay que mantenerse. Ten fe y confía.

jueves, 8 de diciembre de 2016

"SOLO UNA COSA ES NECESARIA"


Solo una cosa es necesaria… y María escogió la mejor parte. Marta, afanada en sus quehaceres, tiene el corazón dividido. Marta no tiene unidad en su interior, ha perdido la paz, ha dejado de tener a Jesús en el centro de su corazón y ha hecho de su trabajo y sus quehaceres su “dios”.

Solo una cosa es necesaria… y María escogió la mejor parte. Marta, afanada en sus quehaceres, tiene el corazón dividido. Marta no tiene unidad en su interior, ha perdido la paz, ha dejado de tener a Jesús en el centro de su corazón y ha hecho de su trabajo y sus quehaceres su “dios”.

Tal vez sea el caso de muchos. Afanados en las actividades y trabajos de cada día, priorizamos “el hacer” olvidando y descuidando nuestra vida interior. Lo peor es que muchas veces “ese hacer” decimos que es por Dios cuando en realidad nuestro objetivo, tal vez inconsciente, es buscarnos a nosotros mismos. Las tareas pasan a primer plano y vamos descuidando nuestra vida espiritual. Consecuencia de todo esto: la ansiedad, la angustia, la tristeza, el cansancio… y el profundo vacío interior. Y entonces podemos preguntarnos: “¿Cómo puedo sentir todo esto si trabajo para Cristo?.

No nos engañemos. Un hacer que no está sustentado y alimentado por el encuentro con Cristo en la oración, es tan solo un medio o una manera de satisfacer un ego que permanentemente está inquieto porque nunca termina de saciarse.

Marta buscaba quedar bien con Jesús, la comida tenía que resultar exquisita, deseaba triunfar con aquel almuerzo… su quehacer no estaba sustentado por Cristo sino por una necesidad de valoración, estima y afecto.

“Solo una cosa es necesaria”… estar unificados por dentro, tener a Dios como el centro de todos nuestros pensamientos, palabras, deseos y acciones… solo así podremos tener paz… solo así podremos descubrir la voluntad de Dios sobre nosotros en cada momento… y solo así podremos poner los medios para realizarla y ser felices

“El alma que anda en amor, ni cansa ni se cansa” decía Santa Teresa de Jesús. Recuérdalo y vívelo… “solo una cosa es necesaria”. Una vez más: “Tú decides”

Solo una cosa es necesaria… y María escogió la mejor parte. Marta, afanada en sus quehaceres, tiene el corazón dividido. Marta no tiene unidad en su interior, ha perdido la paz, ha dejado de tener a Jesús en el centro de su corazón y ha hecho de su trabajo y sus quehaceres su “dios”.

Tal vez sea el caso de muchos. Afanados en las actividades y trabajos de cada día, priorizamos “el hacer” olvidando y descuidando nuestra vida interior. Lo peor es que muchas veces “ese hacer” decimos que es por Dios cuando en realidad nuestro objetivo, tal vez inconsciente, es buscarnos a nosotros mismos. Las tareas pasan a primer plano y vamos descuidando nuestra vida espiritual. Consecuencia de todo esto: la ansiedad, la angustia, la tristeza, el cansancio… y el profundo vacío interior. Y entonces podemos preguntarnos: “¿Cómo puedo sentir todo esto si trabajo para Cristo?.

No nos engañemos. Un hacer que no está sustentado y alimentado por el encuentro con Cristo en la oración, es tan solo un medio o una manera de satisfacer un ego que permanentemente está inquieto porque nunca termina de saciarse.

Marta buscaba quedar bien con Jesús, la comida tenía que resultar exquisita, deseaba triunfar con aquel almuerzo… su quehacer no estaba sustentado por Cristo sino por una necesidad de valoración, estima y afecto.

“Solo una cosa es necesaria”… estar unificados por dentro, tener a Dios como el centro de todos nuestros pensamientos, palabras, deseos y acciones… solo así podremos tener paz… solo así podremos descubrir la voluntad de Dios sobre nosotros en cada momento… y solo así podremos poner los medios para realizarla y ser felices

“El alma que anda en amor, ni cansa ni se cansa” decía Santa Teresa de Jesús. Recuérdalo y vívelo… “solo una cosa es necesaria”. Una vez más: “Tú decides”

Tal vez sea el caso de muchos. Afanados en las actividades y trabajos de cada día, priorizamos “el hacer” olvidando y descuidando nuestra vida interior. Lo peor es que muchas veces “ese hacer” decimos que es por Dios cuando en realidad nuestro objetivo, tal vez inconsciente, es buscarnos a nosotros mismos. Las tareas pasan a primer plano y vamos descuidando nuestra vida espiritual. Consecuencia de todo esto: la ansiedad, la angustia, la tristeza, el cansancio… y el profundo vacío interior. Y entonces podemos preguntarnos: “¿Cómo puedo sentir todo esto si trabajo para Cristo?.

No nos engañemos. Un hacer que no está sustentado y alimentado por el encuentro con Cristo en la oración, es tan solo un medio o una manera de satisfacer un ego que permanentemente está inquieto porque nunca termina de saciarse.

Marta buscaba quedar bien con Jesús, la comida tenía que resultar exquisita, deseaba triunfar con aquel almuerzo… su quehacer no estaba sustentado por Cristo sino por una necesidad de valoración, estima y afecto.

“Solo una cosa es necesaria”… estar unificados por dentro, tener a Dios como el centro de todos nuestros pensamientos, palabras, deseos y acciones… solo así podremos tener paz… solo así podremos descubrir la voluntad de Dios sobre nosotros en cada momento… y solo así podremos poner los medios para realizarla y ser felices

“El alma que anda en amor, ni cansa ni se cansa” decía Santa Teresa de Jesús. Recuérdalo y vívelo… “solo una cosa es necesaria”. Una vez más: “Tú decides”

lunes, 5 de diciembre de 2016

"DIOS QUIERE NACER EN TU CORAZÓN"

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Otro año más llega Navidad. Las luces, los regalos, las comidas, los estrenos… pueden hacernos perder el horizonte, pueden hacernos olvidar el verdadero sentido de lo que celebramos, pueden llevarnos a celebrarlo, sí, pero muy superficialmente (tal vez vayamos a las eucaristías pero sin vivirlas a fondo)
 
¿Qué vamos a celebrar esta Navidad si nuestro corazón está lleno de “tantas cosas”? ¿Cómo le vamos a dar cabida a Él?

Jesús quiere vivir en nosotros, habitar en nuestro corazón, para que tengamos vida. Imagino su dolor y sufrimiento al mirar nuestras pobres vidas tan alejadas del Misterio, perdidas en las cosas de este mundo, esclavas de la imagen, del qué dirán, del pasado, del futuro, de los compromisos, de los miedos…
 
Él quiere nacer en nosotros pero no lo va a hacer a la fuerza, no es su estilo. Él no obliga, no impone. Nosotros hemos de favorecer que ese encuentro se produzca. El cuándo, el dónde, el cómo se produzca ese encuentro no depende de nosotros. Nos toca poner los medios, lo demás depende de Él. Pero de algo podemos estar seguros y no debemos permitir la más mínima duda al respecto: “Cuando buscamos el AMOR somos encontrados por Él”. Él desea ese encuentro, solo es preciso que te decidas y lo desees en lo más profundo de tu corazón pidiéndolo una y otra vez sin desfallecer. Pero recuerda que para ello es necesario vaciar previamente el corazón para dejarle todo el espacio a Él.

Estamos en Adviento. Tiempo para preparar el encuentro. Ojalá podamos celebrar en Navidad que Dios verdaderamente nació en nuestro corazón. Que así sea.

jueves, 1 de diciembre de 2016

"ABAJARSE PARA ENCONTRARLE"

 
Tal vez pasamos la vida queriendo encontrar a Dios y esperamos su llegada de manera espectacular. Jesús nació en la suma pobreza, ni siquiera a su Madre le querían dar posada. Nació pobre y solamente acompañado por sus padres. Y murió pobre, hasta las ropas le quitaron… y abandonado por todos los que decían quererle… únicamente acompañado por su Madre, el discípulo amado y algunas mujeres.

Queremos encontrar a Jesús y no somos contemplativos para descubrirle, no tenemos abiertos los ojos del corazón, deseamos ver pero ni lo pedimos… Buscad y encontraréis, claro que sí… por ejemplo: buscadle entre lo despreciado, los marginados, los que no tienen nombre, los que no valen o cuentan, los excluidos… La invitación del Papa Francisco a salir a las periferias no es para arruinarnos la vida, no tiene otro objetivo que nos encontremos con Él y que ese encuentro transforme nuestra realidad y nuestra vida, porque cuando uno se encuentra con Cristo algo cambia en su interior. Podemos, como el joven rico, bajar la cabeza y seguir igual externamente, pero al menos interiormente algo se cuestiona en nuestras vidas.
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Ya nos enseñó San Ignacio que Dios está en todo y en todos. Pero hoy quiero señalar dos maneras de encontrarse con Cristo. La primera es la que he descrito. La segunda es abajarse, escoger siempre lo más sencillo, lo más humilde, lo que otros no quieren, lo que para el mundo sería absurdo, escoger lo que los otros desprecian, lo que más nos cuesta… No te entenderán, te criticarán, incluso puede que se rían de ti… normal… el Reino que propone Jesús no tiene nada que ver con los valores que propone nuestro mundo

·         Amar al mundo es  buscar triunfar, tener éxito, tener poder, escalar en puestos, tener la vida asegurada, disfrutar, pensar en uno mismo, tener una buena reputación…

·         Amar a Cristo es escoger la pobreza espiritual (vivir desapegado de todo/s), escoger la pobreza material, desear ser menospreciado, injuriado… ¡hace falta estar un poco loco! Pero la realidad es que este mundo necesita locos que hagan vivo el Evangelio con sus vidas, que rompan moldes, que cuestionen con su forma de ser y hacer

La decisión es personal: Amar al mundo o amar a Cristo. Ascender o abajarse. Vivir como si Dios no existiera o hacer de Dios el centro de nuestra existencia. Buscarnos a nosotros o buscarle a Él. Tú decides

 

lunes, 28 de noviembre de 2016

"SI, QUIERO"


La semana pasada hice los ocho días de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio. El primer día terminamos con una eucaristía penitencial donde se utilizó como símbolo la luz de Cristo. Se leyeron la lectura de la creación del Génesis y siete lecturas complementarias del Antigénesis. Me tocó leer la séptima de las lecturas y también apagar la única candela que quedaba encendida en la capilla. Como no miraba, al regresar a mi silla casi me caigo.

Tras el Evangelio, una dinámica en torno a la luz del cirio. Cada una (17 religiosas y dos laicas) teníamos que pasar conforme iban diciendo nuestro nombre. Y delante del cirio nos preguntaba: “X. ¿quieres la luz de Cristo?”. La respuesta de todas era obvia: “Sí, quiero”. Y de ahí volvía a preguntar: ¿Para qué quieres la luz de Cristo?”. Cada una daba su respuesta y el Padre hacía una oración en función de nuestra respuesta.
 
Cuando no hay luz, cuando la luz de Cristo no está presente en nuestras vidas andamos dando tumbos, las seducciones del mundo nos apartan del plan de Dios para nuestras vidas.


 
Cuando Dios deja de ser la Luz que guía nuestros pasos, cuando deja de ser el centro de nuestra vida… comenzamos a fabricar nuestros propios “dioses” dejando de ser nuestro absoluto y poniendo nuestra seguridad y confianza en nosotros, en los otros, en las cosas…

Cuando nos vamos alejando de la luz, creemos no necesitarla ya… lo que nos parecía malo acabamos considerándolo bueno o al menos no tan malo… en realidad nuestra vida se va secando y cuando hacemos silencio sentimos ese enorme vacío en nuestro interior. Solo Dios puede llenarlo pero como lo echamos un día de nuestras vidas, éstas comienzan a ser estériles y no dan fruto.

 
 
Todos necesitamos que Él sea nuestra Luz, que ilumine nuestros pasos para no caer, desviarnos o perdernos. Todavía estamos a tiempo. Su Luz sigue brillando. Busca la Luz, sigue la Luz… que la Luz de Cristo ilumine tu corazón y la vida de todos aquellos que andan en tinieblas. Amén.

jueves, 10 de noviembre de 2016

"NO PERMITAS QUE SE PIERDA TU ALMA"

Estoy estos días dando vueltas a algo. ¿Por qué hay gente que se pierde y otros que son rescatados por Dios una y otra vez?. No creo en un Dios que tiene preferencias porque si nos ama incondicionalmente nos trata a todos por igual. ¿De qué depende entonces? ¿De la voluntad? ¿De la oración? ¿De la capacidad de discernir? ¿De la fortaleza o la debilidad de cada uno?... No tengo respuesta para mi pregunta. Solo sé que en mi caso, y hasta el momento, he salido de todas por pura gracia de Dios. Ya puedo estar con el agua al cuello o metida en un hoyo donde ya no se mira ni la luz… pero que me saca, me saca. Me tiene bien agarrada y si de algo estoy segura es que no pongo mucho de mi parte, mi mérito es muy escaso. Tal vez por esto no consigo responder a la pregunta.

El mal espíritu nos enferma y nos aleja de Dios. En un primer tiempo lo hace de forma descarada. Se reconoce rápidamente que las insinuaciones son suyas. El problema se acrecienta cuando uno ya tiene tiempo de estar en el camino. Entonces el mal espíritu tiene que ser más cuidadoso y sutil para ir ganando espacio. En estos casos se disfraza de ángel. Nos ofrece cosas que son buenas en sí pero que a nosotros, más que acercarnos a Dios, nos alejan de Él.

La voz de la conciencia es nuestra brújula. Si todavía somos capaces de escucharla, no deberíamos desatender lo que trata de decirnos. En ocasiones hacemos o dejamos de hacer, decimos o callamos, aun sabiendo que no es lo correcto, que nos hace daño. Y somos conscientes, y nos duele, pero nuestra pobre voluntad es muy débil. Si no nos agarramos con fuerza a la oración y depositamos nuestra vida, alma y confianza en quien nos creó, poco a poco nos damos cuenta de que nos alejamos de Él. Y aquello que al principio sabíamos que estaba mal y que nos alejaba de Dios, lo vamos justificando, maquillando… quizás para no sufrir. El mal espíritu tiene la batalla ganada a menos que volvamos a tiempo los ojos a Jesús y regresemos. Pero por nuestra propia fragilidad y vulnerabilidad no podemos solos. Necesitamos orar y pedir al Padre fortaleza, fe… y expresarle nuestro deseo de volver a su encuentro… de regresar. Dios puede poner de su parte pero si nos falta la voluntad, difícilmente conseguiremos nuestro objetivo

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¿Con quién te identificas?
1.- Te das cuenta y cierras los ojos. Te dejas llevar hasta que ya estás tan metido y envuelto por el mal espíritu que no hay forma de echar para atrás y no queda otra que asumir las consecuencias
2.- Te das cuenta y decides escapar de la trampa que te está llevando a perder tu alma, decides poner fin al autoengaño en el que estás. Esto requiere de mucha voluntad y una fuerte dosis diaria de oración

Lo triste es cuando, aun sabiendo que se hace algo en contra de uno mismo, de la conciencia y de Dios, se continúa en lo mismo. Porque, no nos engañemos, vivir situaciones así más que procurarnos felicidad, nos crean ansiedad, nos dan tristeza, nos quitan el sueño y el apetito, y nos dejan vacíos. Eso sin contar el dolor de saber que nos estamos alejando de Aquel que sabemos que nos ama. Lo peor es que además de nosotros, otros pueden resultar dañados por culpa nuestra.

¿De qué nos sirve ganar la vida si se pierde nuestra alma? Estamos de paso. Nos queda un tiempito en este planeta. Dios nos ha creado para ser felices. Escuchemos su voz en nuestro interior, confiemos en Él. Lo que Él nos ofrece es lo mejor, lo que verdaderamente nos va a hacer felices.


Recuerda siempre que la oración es la mejor arma para combatir los ataques y seducciones del “malo”. Dedícale tiempo y pídele sin cansarte aquello que más estés necesitando. Él siempre escucha. Él todo lo puede. Abandónate y confía. Regresa… Él te está esperando.

jueves, 27 de octubre de 2016

"QUE NO PERDAMOS LA SENSIBILIDAD"

Monseñor Ángel Garachana obispo de la Diócesis de San Pedro Sula y presidente de la Conferencia Episcopal de Honduras desde hace unos meses, no se cansa de insistir en que no perdamos la sensibilidad. La costumbre y la rutina nos pueden hacer insensibles ante el dolor y el sufrimiento del otro. Es una tentación en la que fácil e inconscientemente podemos caer.

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Esta tarde sucedió algo. Estaba platicando con un sacerdote cuando se acercó una mujer muy bien vestida. Deseaba confesarse. Dijo venir de otro departamento solo para eso. El sacerdote le explicó que a las 4pm tenía que confesar a una mujer y que después a las 6pm tenía un compromiso. Le dio varias opciones:


* ir a catedral a las 5.30pm, donde todos los días a esa hora hay un sacerdote
* regresar en otro momento y solicitar cita (día y hora a su gusto)
* confesarse en su lugar de origen ¿para qué venir hasta San Pedro a confesarse habiendo allá sacerdotes?
El Padre cerró la puerta. Pude ver el rostro de tristeza y decepción de la mujer. Vi cómo se alejaba. Entró en su carro, lo puso en marcha, salió del parqueo… Mi cabeza no paraba de girar “Pucha, si fuera sacerdote le confesaba ahorita mismo, pero no soy sacerdote. Esa señora necesita confesarse. No se puede ir así. No ha venido a San Pedro a comprarse un vestido, ha venido a confesarse y el por qué ha decidido que sea acá solo ella sabe. No puedo quedarme de brazos cruzados contemplando como se aleja.”. Cuando llegó a donde yo estaba, le abrí la puerta del copiloto. Me miró. Solo le dije:
* “Creo que puedo hacer algo pero necesito hacer una llamada para ver si conseguimos un sacerdote”
* Me miró son sus ojos aguados. “!Viera qué triste me voy…!. Tengo años de no confesarme”
* “Espéreme”. - Hice una llamada y gracias a Dios ahí estaba la respuesta a la necesidad de la mujer. – “Vuelva a parquear su carro. Ya tiene sacerdote. Yo le voy a acompañar”.
Salimos caminando… en silencio… ella rompió el silencio para preguntarme: “¿Por qué quiere ayudarme?”. ¿Será que estamos tan poco acostumbrados a que personas a las que no conocemos hagan algo por nosotros?.
Yo le respondí: “Me puse en su lugar. Sentí su tristeza y su decepción. Y me limité a hacer lo que me hubiera gustado que alguien hubiera hecho por mí si algo semejante me sucediera. Tenemos que tratar a los demás como nos gustaría que nos trataran. Yo a usted no la conozco pero tampoco es necesario.”. No hablamos más. La dejé esperando a que terminara el Padre una confesión y le di un abrazo de despedida. Ni siquiera le pregunté cómo se llamaba, ni creo que la vuelva a ver pero… ¿qué importa? Lo que verdaderamente importa es que hice lo que tenía que hacer.

¡Cuántas veces “nuestras cosas”, la rutina, la comodidad, “lo de siempre”,… nos hace perder la sensibilidad ante las personas que nos rodean abrumadas por su angustia, sus preocupaciones, sus problemas…!. Nos convertimos muchas veces en funcionarios de despacho, limitando nuestro trabajo a lo establecido, a unos horarios… y no nos salimos de ahí porque se sale de lo programado. Y con ello nos perdemos el asombrarnos ante la novedad, nos perdemos el encuentro con Dios porque le cerramos la puerta en nuestras narices.
Que en nuestra oración siempre esté presente el deseo de ser sensibles ante el dolor ajeno y de responder en la medida de nuestras posibilidades. Que seamos compasivos y misericordiosos con “quien está herido” y reclama un poco de atención, compañía, escucha, amor…
La insensibilidad va endureciendo nuestro corazón y lo va convirtiendo en un corazón de piedra.
Seremos Evangelio cuando seamos capaces de sentirnos uno con el otro y responder a sus necesidades
Seremos Evangelio cuando antepongamos el amor a todo lo demás
Seremos Evangelio cuando le dejemos ser a Él a través de nuestras vidas.
Que Dios nos conceda la gracia de no perder la sensibilidad 

sábado, 22 de octubre de 2016

"DAR VIDA"


Esta semana he estado proyectando en las aulas de quinto, sexto y séptimo de las escuelas públicas el vídeo del DOMUND del año 2014. Es una historia real que aconteció en Brasil pero son hechos que suceden en la actualidad en muchos países de América Latina. L@s niñ@s y jóvenes se han sentido bien familiarizados con lo que ocurre en el vídeo: joven de familia desintegrada, una pandilla de jóvenes que le persigue hasta querer darle muerte… y al final, un sacerdote que muere por dar la vida por el muchacho.

Me cuestiona este vídeo y me cuestiona el testimonio de muchos hombres y mujeres que me rodean y que desde su sencillez se desviven por dar vida.

El pasado domingo conversé con una profe a la que conozco desde febrero. Los domingos son tan pesados de trabajo que hay días en los que al final de la jornada estoy apenas saludando a alguno con el que no me he cruzado en todo el día. Este último domingo solo trabajamos medio día. A las doce y media al terminar la Eucaristía, las monjitas nos llevaron de convivencia a comer a la playa.
Primera vez en mi vida que las monjas me llevan a la playa de excursión, nunca pasé de ir a Zaragoza a visitar el Pilar, al Corte Inglés y al parque de atracciones. Pudimos así compartir y conocernos un poquito más. De regreso se sentó junto a mí una profe de 34 años, tiene fama de gruñona y antipática. El día que la conocí hasta a mí me cayó “gorda” pero el segundo día le di un abrazo y cuando le vi la cara que puso me cambió la percepción que tenía de ella. Vi detrás de ese armazón que cargaba, un ser débil, frágil y necesitado de amor. Este domingo se dio la oportunidad de estar y compartir más sobre nuestras vidas, y esa mujer se abrió hasta llegar a tocar mi corazón. Ahora puedo decir que hasta la admiro.


R. nació y vive en una colonia marginal, de las de peor fama de San Pedro Sula. Fue formada por los misioneros de Maryknoll y tiene ya 12 años de trabajar con las hermanas de María Auxiliadora. Los misioneros, su disciplina, su formación y D. Bosco, han sido para ella decisivos para “dar vida” y entregar su vida a Jesús. Si no llega a ser por todos ellos, seguramente hubiera terminado en una mara o madre soltera o embarazada a temprana edad. Sin embargo ellos la salvaron, y esa mujer es a todo dar. A sus 34 años su pasión siguen siendo los jóvenes y recuerda, con alegría en su rostro, como algunos se han apartado del mal camino justo a tiempo por una palabra que les dijo o una buena regañada. Continúa trabajando con y por los jóvenes porque cree en ellos y porque le preocupa su futuro. Me admira verla y sentirla tan entregada, y a la vez me cuestiona.
Hay mucha gente a la que conocemos superficialmente, a la que tal vez etiquetamos… y no nos damos cuenta de la riqueza que hay en su interior y de la vida que dan. Personas sencillas, silenciosas, anónimas, que pasan desapercibidas a nuestro lado y que son verdadero testimonio de Jesús.


Estas personas son parte de mi inspiración, de mi fuerza, de mi deseo de despertar… tal vez algún día les pueda llegar a la suela del zapato y dar algo de vida a mi alrededor sin medir tanto los pasos, sin anteponer mis intereses, sin excusas. Tal vez algún día me deje hacer y deje ser a Aquel que me creó y me da vida. Tal vez algún día… ¡Cuánto camino por recorrer… pareciera que todavía estoy comenzando!

viernes, 23 de septiembre de 2016

"MANOS DULCES"


Esta tarde me acerqué a un puesto llamado “Manos Dulces”. Una mujer tras el mostrador, me invitó a degustar un pedacito de tableta de coco que estaba deliciosa. Su cara me resultaba familiar y antes de que yo dijera algo, ella me preguntó: “Disculpe, ¿su nombre es Gloria?”. Yo ni me acordaba donde la había visto y mucho menos de su nombre. ¡Qué cabeza la mía!. Hacía diez años que no la miraba. Ella trabajaba en una de las escuelas a las que yo iba, una escuela que quedaba a dos cuadras de mi casa. (La verdad es que dábamos capacitaciones a más de 250 profesores/as de 14 escuelas, en su momento me sabía el nombre de todititos pero ahorita ya…). Sigue viviendo y trabajando en el sector y compagina su trabajo de profesora con un pequeño negocio que ha inaugurado llamado “Manos Dulces”. Todo es artesano y todo muy muy dulce, delicioso: Tabletas de coco, dulce de leche, mermeladas…


El caso es que la profe se está planteando dejar el magisterio porque está cansada. ¡Y cómo no!. Le pregunté qué tanta diferencia nota con los/as niños/as de hace 10 y 15 años y hace la misma evaluación que yo. El sistema educativo empeora a pasos agigantados y hay más violencia en las aulas.

Y sí… yo lo vivo cada día… el lunes unas profes me comentaron que uno de mis alumnos de séptimo grado llegó con un paquete de droga a la escuela. Por supuesto que no la llevó para pasearla. El caso es que no lo reportaron a dirección por miedo. Por miedo se calla. Por miedo las maras y la droga tienen el poder y el control de este país. Por miedo en las escuelas van a acabar mandando los/as alumnos/as. Por miedo se está permitiendo la venta y el consumo de drogas en las escuelas… por miedo no se le levanta la voz o no se aplaza a determinados alumnos/as porque son hermanos o hijos de mareros… por miedo…

Este país necesita de profesores/as…
  •           Que marquen la diferencia
  •           Que les hablen de valores
  •           Que sean testimonio positivo para ellos
  •           Que les abran los ojos a otras realidades y otras formas de vida
  •           Que no utilicen varas de madera
  •           Que no griten a los alumno/as
  •           Que no sean cómplices de situaciones que no deberían darse
  •           Que sean amigos/as, confidentes y educadores de los niños/as
  •           Que transmitan confianza y esperanza
  •           Que ayuden a los muchachos/as a enfrentar sus problemas
  •     ...

Entiendo a la profesora… la rutina, la impotencia ante la realidad, el sentir que se va contracorriente, el escaso o nulo apoyo de autoridades y compañeros/as profesores/as, el no ver cambios… agotan y desaniman a cualquiera pero ¿y qué sabemos de lo que hace Dios con tan solo que estemos ahí en las escuelas?. Por eso mismo hay que continuar… “si el grano de trigo no muere es imposible que nazca fruto”… solo muriendo a nuestras expectativas, deseos, objetivos… solo muriendo a nuestras necesidades de triunfo, éxito… podremos dar fruto. Así que… benditas las trabas, las dificultades y benditos todos los impedimentos que nos hacen dudar de nuestro trabajo porque solo entonces, cuando nos damos cuenta de que nada logramos con nuestro esfuerzo, podemos estar seguros de que Dios está llevando a cabo su obra. No podemos perder la esperanza… tenemos que seguir estando ahí. Él sabe lo que hace.

Gracias profe porque sus “Manos Dulces” inspiraron este escrito.