viernes, 23 de septiembre de 2016

"MANOS DULCES"


Esta tarde me acerqué a un puesto llamado “Manos Dulces”. Una mujer tras el mostrador, me invitó a degustar un pedacito de tableta de coco que estaba deliciosa. Su cara me resultaba familiar y antes de que yo dijera algo, ella me preguntó: “Disculpe, ¿su nombre es Gloria?”. Yo ni me acordaba donde la había visto y mucho menos de su nombre. ¡Qué cabeza la mía!. Hacía diez años que no la miraba. Ella trabajaba en una de las escuelas a las que yo iba, una escuela que quedaba a dos cuadras de mi casa. (La verdad es que dábamos capacitaciones a más de 250 profesores/as de 14 escuelas, en su momento me sabía el nombre de todititos pero ahorita ya…). Sigue viviendo y trabajando en el sector y compagina su trabajo de profesora con un pequeño negocio que ha inaugurado llamado “Manos Dulces”. Todo es artesano y todo muy muy dulce, delicioso: Tabletas de coco, dulce de leche, mermeladas…


El caso es que la profe se está planteando dejar el magisterio porque está cansada. ¡Y cómo no!. Le pregunté qué tanta diferencia nota con los/as niños/as de hace 10 y 15 años y hace la misma evaluación que yo. El sistema educativo empeora a pasos agigantados y hay más violencia en las aulas.

Y sí… yo lo vivo cada día… el lunes unas profes me comentaron que uno de mis alumnos de séptimo grado llegó con un paquete de droga a la escuela. Por supuesto que no la llevó para pasearla. El caso es que no lo reportaron a dirección por miedo. Por miedo se calla. Por miedo las maras y la droga tienen el poder y el control de este país. Por miedo en las escuelas van a acabar mandando los/as alumnos/as. Por miedo se está permitiendo la venta y el consumo de drogas en las escuelas… por miedo no se le levanta la voz o no se aplaza a determinados alumnos/as porque son hermanos o hijos de mareros… por miedo…

Este país necesita de profesores/as…
  •           Que marquen la diferencia
  •           Que les hablen de valores
  •           Que sean testimonio positivo para ellos
  •           Que les abran los ojos a otras realidades y otras formas de vida
  •           Que no utilicen varas de madera
  •           Que no griten a los alumno/as
  •           Que no sean cómplices de situaciones que no deberían darse
  •           Que sean amigos/as, confidentes y educadores de los niños/as
  •           Que transmitan confianza y esperanza
  •           Que ayuden a los muchachos/as a enfrentar sus problemas
  •     ...

Entiendo a la profesora… la rutina, la impotencia ante la realidad, el sentir que se va contracorriente, el escaso o nulo apoyo de autoridades y compañeros/as profesores/as, el no ver cambios… agotan y desaniman a cualquiera pero ¿y qué sabemos de lo que hace Dios con tan solo que estemos ahí en las escuelas?. Por eso mismo hay que continuar… “si el grano de trigo no muere es imposible que nazca fruto”… solo muriendo a nuestras expectativas, deseos, objetivos… solo muriendo a nuestras necesidades de triunfo, éxito… podremos dar fruto. Así que… benditas las trabas, las dificultades y benditos todos los impedimentos que nos hacen dudar de nuestro trabajo porque solo entonces, cuando nos damos cuenta de que nada logramos con nuestro esfuerzo, podemos estar seguros de que Dios está llevando a cabo su obra. No podemos perder la esperanza… tenemos que seguir estando ahí. Él sabe lo que hace.

Gracias profe porque sus “Manos Dulces” inspiraron este escrito.

viernes, 9 de septiembre de 2016

"AMOR INFINITO"



Se nos habla del amor infinito de Dios y ¿cómo lo traducimos en nuestras vidas?. Para mí es la suma de todo el amor que nos muestran y manifiestan todos aquellos que nos aman… y más. ¿Y cuánto es ese más? “A saber”… porque como es infinito, como es ilimitado… no se puede medir ni calcular.

Dios nos expresa su amor a través de las personas que pone en nuestro camino. 

Creemos en el amor de Dios y anhelamos sentir ese amor. Sin embargo no hay nadie en el planeta que pueda regalarnos ese amor porque es demasiado amplio y grande como para que una sola persona pueda aportárnoslo.

Caemos en un error cuando exigimos a los otros que nos amen de determinada forma. Lo único que estamos expresando inconscientemente es nuestro deseo de sentir el amor ilimitado de Dios. No hay persona sobre la faz de la tierra con quien pueda experimentar todo ese amor… porque somos humanos… 

Podemos acariciar un poquito de ese amor que Dios nos tiene cuando recibimos una llamada, una carta… cuando nos visitan, cuando escuchamos nuestro nombre desde lejos, cuando reclaman nuestra presencia, cuando nos dan un regalo, cuando alguien quiere compartir con nosotros un café, un paseo, una comida, su celebración de cumpleaños, un día en la playa… cuando nos tienen en cuenta para alguna actividad, cuando nos dan las gracias, cuando alguien nos sonríe, cuando nos dan un abrazo, cuando nos dicen que nos quieren o que nos echan de menos… Todos ellos son pequeños gestos y muestras de amor. Ni siquiera sumándolos todos, ni siquiera sumando a todas aquellas personas que nos aman… da como resultado el amor de Dios.

En este cuento hasta las matemáticas fallan. Uno + uno + uno + uno +… + todo lo que no recibimos de los otros = Infinito

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EL AMOR DE DIOS ES COMO EL OCÉANO.
PUEDES VER DÓNDE COMIENZA PERO NO DÓNDE TERMINA.
¡Qué ingenioso es Dios!. Así lo creo porque a través de cada uno expresa su amor de una manera diferente. ¿Quién me quiere más?. No hay nadie que me quiera más que… cada uno de una manera distinta… así lo quiere Él. A nosotros nos corresponde dejarnos querer y reconocer que siempre habrá en nuestro interior un vacío que ningún humano podrá llenar… Dejemos de tratar de llenar ese vacío reclamando y exigiendo a los otros aquello que no pueden darnos. Y confiemos en que Él pondrá en nuestro camino, en cada momento, las personas que crea convenientes para amarnos.

lunes, 5 de septiembre de 2016

"ENCUENTROS CON DIOS"



Tú como yo seguro que nos encontramos un montón de veces al día con Dios a través de los otros. Quizás otro día hable de mis encuentros con Dios en la oración, en la naturaleza… A continuación solo algunos ejemplos de lo acontecido últimamente.

Se hace el encontradizo conmigo…
 En la joven que fue madre a los 10 años víctima de una violación, que hace cuatro meses no ve a sus dos hijos pequeños y que llora de dolor porque este mes no tiene los 2000 lempiras (unos 80 euros) para enviarles a sus padres para que les compren comida y medicinas

* En la joven de 13 años que llora en silencio porque murió asesinado su novio el martes, y ni siquiera su madre sabía que andaba con él

* En el joven de 17 años que ya tiene a sus espaldas tres asesinatos y carga con gran peso su culpa

* En la joven de 14 años que me confiesa cosas que no ha hablado con nadie

* En la joven de 13 años que, sin conocerla, me llama el miércoles para compartirme que cree estar embarazada y que si es así desea abortar porque “si su madre se enterase…”

* En l@s niñ@s que son violados por su patrón, un adulto de una iglesia, o un vecino.

* En la niña de 12 años que trabaja en la casa haciendo todas las tareas domésticas y además sirve a su padrastro

* En la niña de 14 años que perdió a su madre cuando solo tenía 8 años, víctima de la violencia

* En la madre que no tiene dinero para comprar comida a los hijos

* En la joven que ayer se subió a un tercer piso con la única intención de tirarse al vacío para terminar con su vida

Una cosa es que se cruce en nuestro camino y otra si somos capaces de descubrirlo. ¿Dónde quedaría la compasión si solo lo reconocemos? Compasión es sentir lo que el otro siente, ponerse en el lugar del otro y responder a su necesidad. ¿Qué hacemos  cuando nos encontramos con Él en alguien que precisa ayuda? ¿Cuántas veces solo vemos y/o escuchamos y nos quedamos de brazos cruzados?. Si amamos a los que nos aman ¿qué mérito tenemos?... Si hacemos algo por aquellos que el día de mañana lo pueden hacer por nosotros ¿qué mérito tenemos?...


Podría hablar de muchísimos más  encuentros con Él en estas últimas semanas… en aquel que con su humilde sueldo se desvive por compartir con los más desfavorecidos… en aquella que da su vida por servir y amar y no deja de sonreír… en aquel sacerdote que trabaja en una parroquia muy humilde y no tiene horario de trabajo… en aquel hombre que lleva muchos años trabajando por la defensa de los derechos humanos y que, a pesar de tener su teléfono intervenido y de saber que le siguen los pasos, sigue trabajando con entusiasmo y esperanza… en el doctor que después de sus horas de trabajo se va a dedicar su tiempo a atender a niños de una parroquia pobre… en la mujer que da posada a un anciano que toca su puerta y lo cuida durante tres años hasta su fallecimiento... y continuaría hasta quedarme dormida. Gracias a Dios existen personas que  encarnan a Jesús y nos inspiran a darnos y a vivir desde el amor


No quiero terminar sin dar vuelta a todo lo anterior. ¿Qué tanto l@s otr@s se encuentran con Dios cuando nos ven? Ojalá dejemos a Dios ser Dios y pueda hacer su obra a través nuestro para que quienes nos vean, nos escuchen y estén con nosotros, encuentren paz, reaviven su esperanza, aumente su fe y tengan a Jesús como centro de sus vidas. Que así sea.