Todo nos habla de Dios
El otro día vi a Alberto, es mi vecino
y tiene unos 30 años. Alberto sufre una discapacidad psíquica muy profunda
porque ni siquiera habla y cuando le hablas no sé ni si entiende. Alberto caminaba
ese día cuatro metros detrás de su padre. Me quedé viéndoles. Su padre en
ningún momento miró para atrás para comprobar si le seguía… Alberto parecía que
caminaba mecánicamente. Su padre entró en una cafetería… y cuando Alberto llegó,
entró. Se dice de San Ignacio, y eso recomienda él, que siempre iba detrás del
Espíritu nunca se le adelantaba. ¡Me decía tanto aquella situación...! El padre
no mira atrás… confía en que su hijo le sigue… está seguro de que no se va a
perder ni va a cambiar de rumbo. El hijo tiene claro, en su escasa comprensión,
que su misión es ir detrás del padre. Su modelo es su padre, es a él a quien
tiene que seguir. Conclusión: “Yo quiero ser como Alberto.
Quiero tener esa seguridad y esa
confianza de que quien me guía me va a llevar a buen puerto… quiero estar
centrada y no desviarme del camino… quiero tener la mirada clavada en Él para
no perderme… Ojalá estemos atentos ... Todo nos habla de Dios