domingo, 28 de mayo de 2023

“¿QUIÉN REALMENTE DEBE ACTUALIZARSE?”

 

Se critica muchas veces a la iglesia y se le tacha de anticuada, de haberse quedado atrás. “Si se modernizara a lo mejor serían más los creyentes” – dicen algunos. “Es que todo en ella es muy aburrido” – dicen otros. Quizás es porque ponemos los ojos y la mirada en determinados aspectos que no son más que pinceladas de un gran cuadro atravesado en cada color y punto por el Amor.

Solo hay un mensaje, solo hay un mandamiento, solo hay un Dios Amor, solo se nos pide amar. ¿Cómo puede la iglesia actualizarse en el amor?. La invitación es más que clara: “AMA”. El amor es el mismo ayer, hoy y siempre. Quien ama no se complica la existencia, no pone su atención en las formas o en los medios, no se queja tanto… Quien ama fija su mirada en quien le ama y hace del amor el lema de su vida.

No es tanto que la Iglesia tenga que actualizarse sino quienes nos llamamos cristianos: Viviendo el mensaje, respondiendo a la invitación, haciendo del amor el centro de nuestra vida. Quizás la raíz del problema es que no queremos escuchar aquello de “Amaos como Yo os he amado”. Natural, eso implica salir de sí, renunciar, ceder… Y si no estamos dispuestos, mejor nos defendemos argumentando razones o atacamos señalando los que a nuestro criterio son defectos.

Ser, estar, hacer, relacionarnos… todo desde el amor y por amor. Dentro y fuera de los templos, en el hogar y en la calle, en el trabajo y en el ocio. Cada día un poco más humanos y hermanos para hacer de este mundo un lugar habitable.

viernes, 26 de mayo de 2023

“DOBLEGAR EL EGO”

 

¡Qué difícil eso de la obediencia!. Se complica aún más cuando sabes que la otra persona se está aprovechando de ti, o se está riendo de ti a la cara, o se cree que eres tonto y no te das cuenta. Es inevitable que el ego quiera reaccionar, unas veces imponiéndose y otras huyendo. Pero ni de una manera ni de otra encontramos paz en nuestro interior.

Cuando se presentan esas situaciones difíciles en las que sientes que te quieren aplastar o realmente lo hacen: Utiliza los medios a tu alcance (defendiendo tus derechos pero sin hacer daño a otros), y si no logras tu objetivo es mejor aceptar humildemente, callar y hacer lo que te digan. Parece que así pierdes la batalla pero en realidad la ganas. Sitúate en el lugar correspondiente y cae en la cuenta de a quién le dices “Sí” y por quién lo haces.

Doblegar el ego… no porque sí, no por sumisión, no por quedar bien, no por miedo. Doblegar la voluntad (el propio querer, interés, apetencia, gusto…) a Su Voluntad. Por Él… solo por Él. Todo un acto de humildad que nos acerca más a Dios.

Hoy Jesús le pregunta a Pedro hasta tres veces: “¿Me amas?”. Aquel le responde: “Sí, Señor, tú sabes que te amo”. Y a esta afirmación Jesús contesta con una invitación: “Apacienta mis ovejas”. Dejemos resonar la pregunta de Jesús en nuestro corazón: “¿Me amas?”. Ahí ya no caben excusas, quejas… ¿Qué respuesta dar a eso que me están pidiendo que haga y a lo que tanto me resisto?. Si realmente le quiero, solo queda callar y responder a ese amor con la vida, con lo que somos y tenemos. Es el único camino para encontrar la paz.

martes, 23 de mayo de 2023

“AHHHHHH…”

 

¡Cuántas veces nos hemos encontrado en esa encrucijada de caminos sin saber qué rumbo tomar!. ¡Cuántas veces hemos pospuesto una decisión por miedo a…!.


Escuchaba el otro día a un carmelita, comentando algo del libro “Subida al Monte Carmelo” de San Juan de la Cruz, lo siguiente: “En el Antiguo Testamento necesitaban luces, revelaciones… Nosotros ya lo tenemos todo con Jesús. Su vida, sus palabras, sus gestos… son camino, verdad, criterio de discernimiento, medio para encontrar la plenitud”. Según esto, en Él podemos encontrar la respuesta a nuestras dudas, la solución a nuestros problemas, el consuelo en nuestras tristezas… lo que realmente es voluntad de Dios.

El problema surge cuando interpretamos a Jesús, su Palabra, su mensaje de amor… a nuestra manera, desde nuestros intereses. Y podemos llegar a hacer cosas o a no comprometernos con ciertas causas, en nombre del amor. Es por esto que hay otro pilar que no debe faltar en todo discernimiento. Por un lado la Palabra, la Escritura, lo que ya nos ha sido revelado a través de Jesús… y por otro lo que dice nuestra Santa Madre la Iglesia, que si somos creyentes y nos llamamos cristianos no debemos desoírla.

Me acuerdo mucho, cuando acompañábamos ejercicios espirituales de San Ignacio, que en sus “Reglas para sentir en la Iglesia” dice: “13. Debemos siempre tener este principio para acertar en todo: lo que veo blanco, creer que es negro si la Iglesia jerárquica así lo determina; creyendo que entre Cristo nuestro Señor, esposo, y la Iglesia su esposa, es el mismo Espíritu el que nos gobierna…”. En resumen: Aunque veamos claramente que algo es negro, y lo justifiquemos diciendo que Jesús así lo haría, que Jesús quiere que nos amemos y a saber cuántas historias más que nos decimos para justificar nuestros errores o caprichos… si el Papa, la Iglesia, dice que es blanco, entonces es blanco.

A la hora de tomar una decisión, en situaciones concretas que estoy viviendo… ¿Tengo en cuenta lo que me dice Jesús, lo que me ha revelado, y lo que me dice la Iglesia?. Si creo tener claro que soy fiel a Jesús pero mi actitud, mis obras, mis silencios o palabras, van a ser disonantes con la voz de la Iglesia… ¡Cuidado!. Me voy a equivocar, me estoy equivocando.

Si sabes de lo que hablo es porque ya lo has sufrido o te encuentras en esa tesitura en este momento. Solo quien lo ha vivido puede hablar de ello y entenderlo. No te culpabilices, no te sientas mal por ello. Si de verdad quieres hacer la voluntad de Dios, hoy puedes cambiar el rumbo, tomar esa decisión que se demora en el tiempo, dejar “eso” que en realidad te está ahogando… ¿Para qué esperar a mañana?. ¿Qué es realmente importante para ti?.

lunes, 22 de mayo de 2023

“RENDIRSE AL MISTERIO”

 

Hay muchas cosas que no entiendo, quizás demasiadas, pero no me crea malestar, frustración, impotencia… Es inevitable que en el camino surjan dudas, confusión… Incluso hay momentos en los que parece como que se avanzara en una oscuridad muy densa, como que se fuera a la deriva, o con esa sensación de ir solo y sin apoyo alguno. ¿Qué poder hacer si no abandonarse o rendirse al Misterio?.

“Rendirse al Misterio”. Esta frase quedó resonando el otro día en mí. Sólo la fe permite realizar un acto de abandono ante un Misterio que sabemos que es Amor y Misericordia pero ante el que muchas veces nos resistimos queriendo abarcarlo con nuestra corta y limitada razón. Misterio ante el que es necesario callar. Misterio que es preciso acoger.


Afirmaba el otro día un sacerdote en unas comuniones: “Estos niños sí que tienen fe, ¿Sabéis por qué lo digo? Porque ellos no ponen obstáculos al Espíritu”. ¿Cuántas veces, diciendo tener fe, limitamos la acción del Espíritu argumentando y justificando nuestras acciones u omisiones?. Somos capaces de pronunciar frases lapidarias: “Siempre se ha hecho así”; “Yo nunca haría eso”; “Nunca volvería a aquello”;… Anclados en nuestros esquemas, proyectos… a veces muy santos, ajustamos la voluntad de Dios a la nuestra viviendo una religiosidad a nuestra manera y cerrándonos a la acción del Espíritu, al Misterio.

Rendirse al Misterio supone también estar atentos, abiertos, dejarnos sorprender y llevar, confiar en que se está en buenas manos, en que todo sucede en su momento y según más nos conviene.

Callar… Acoger… Abandonarse y confiar.

martes, 16 de mayo de 2023

“LA VERDADERA ALEGRÍA”

 

¿Quién no quiere ser feliz, estar alegre?. ¿Qué es la felicidad?. ¿En qué consiste la verdadera alegría?.

Todos hemos experimentado lo que se siente participando de lo que el mundo, o mejor dicho la sociedad, propone como objeto de satisfacción, bienestar. No está mal, somos partícipes de la euforia del momento, parece que se nos olvidan todos los males y problemas, decimos que “la pasamos bien”, nos reímos, nos da el subidón… pero cuando volvemos a casa, cuando el ruido se acalla, cuando nos enfrentamos de nuevo a la rutina, cuando nos encontramos cara a cara con nuestra realidad y verdad… ¿Qué queda de todo eso?, ¿Qué hay de aquella supuesta felicidad y gozo?, ¿Cómo se encuentra nuestro corazón?.


Jesús plantea otra forma de ser y estar en la vida para tener plenitud, y además no cuesta dinero. Se trata sencillamente de salir de uno mismo y darse a los otros. Y seguro que de esto también sabemos todos porque también lo hemos vivido. En alguna ocasión hemos hecho algo, gratuita y desinteresadamente, por quien tenía alguna necesidad. La alegría no se pasa en un momento, se siente una paz profunda que se prolonga en el tiempo, y el corazón queda reconfortado y parece como que se ensancha.

Escuchemos lo que pasa en nuestro interior, pongamos atención a cómo queda después de los diversos acontecimientos vividos, reconozcamos qué es realmente lo que necesitamos para tener y estar en paz… ¿Dónde y en qué buscamos la vida plena?. No hay más alternativas: La que ofrece el mundo o la que propone Jesús.

Jesús dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”. No hay otro camino para tener vida. Muchos otros, antes que nosotros, lo recorrieron y descubrieron la causa de su alegría, sus vidas fueron testimonio de ello

 

domingo, 14 de mayo de 2023

“¿POR QUÉ DICES SÍ CUANDO QUIERES DECIR NO?”

 

Quien más quien menos se ha visto sorprendido en alguna ocasión diciendo sí cuando en realidad deseaba decir que no. Quizás nos han enseñado aquello de estar siempre disponibles, ayudar… Todo eso está muy bien pero siempre y cuando esa respuesta que vamos a dar: No nos dañe o perjudique a otros, la asumamos con agradecimiento y alegría…


Estos días varias personas cercanas han dicho “sí” cuando querían decir “no”. Yo no me escapé y me hicieron la misma propuesta, pero mi respuesta fue “no”. Para esto he tenido que aprender, vivir muchas circunstancias en las que he priorizado las necesidades de los otros a mis necesidades, a mi salud, a mi integridad, mis valores e incluso mi fe.

Con el tiempo te das cuenta que decir sí cuando quieres decir no, solo habla de miedo: Miedo a quedar mal, a que el otro se enoje, a que no te vuelvan a hablar, a que te rechacen, a qué dirán, a que la imagen que te has fabricado y quieres dar resulte dañada… Y detrás de esa falsa bondad que crees tener solo hay una autoestima muy pequeñita, una incapacidad de hacerte respetar y poner límites, y muy poco amor por ti.

Ayer me decía una persona: “Algún día aprenderé”. Y le contesté bien firme: “Claro que vas a aprender pero no esperes a mañana y comienza hoy mismo”. Cuando caes en la cuenta, quizás a veces después de muchos golpes en la vida, es cuando ya te plantas y decides poner un alto y un “hasta aquí, ya no más”.

Jesús nos invita a ser buenos, en ningún momento a ser tontos (a que otros se aprovechen, a que nos manejen como marionetas, a que nos hagan daño…).

Si después de esto quieres seguir diciendo sí cuando quieras decir que no, hazlo pero después no te quejes, ni te enojes con el mundo, ni responsabilices a quien te hizo la proposición… Quien tiene la última palabra eres tú, tienes libertad para elegir la respuesta así que sé consecuente con ella.

miércoles, 10 de mayo de 2023

“CADA UNO CON SU MISIÓN”

 

Lo poco que hacemos, los pocos méritos que contamos en nuestro haber, lo poco que soportamos… ni siquiera nos los podemos atribuir como propios, porque no lo son, porque proceden de la Fuente, porque ese Dios que nos ha creado es el que labora a través nuestro dándonos la vida, la gracia, el empuje, la fortaleza, la paz… y generando el fruto.

En consecuencia, nadie es “más que…” ni “menos que…”. Los que “saben más”, “son más…”, “pueden más”… sencillamente cuentan con más gracia. Quizás ni son conscientes o no quieran reconocerlo.

¿Dónde cabe la envidia si es cuestión de gracia? ¿Por qué no vivir centrados en quien nos sostiene, agradecer lo que se nos da y alegrarnos por la dicha de los otros?


A veces nos obnubilamos con las obras y hazañas de otros, nos empeñamos en querer ser como ellos… pero no es nuestro plan, nuestro proyecto, nuestra misión. Otras veces nos cegamos llegando a creernos que estamos en lo correcto cuando en realidad buscamos huir de nuestras circunstancias, de los otros… Quizás eso que perseguimos es muy santo pero no lo que nos toca o a lo mejor lo buscamos como refugio en el que escondernos o protegernos para evitar aquello que no queremos, que no nos gusta, que no nos apetece.

Y puede ocurrir también que desde nuestro ser y nuestras obras miremos con desprecio a otros o los infravaloremos o les cuestionemos o señalemos por lo que hacen, por cómo viven, por… ¡Cuidado!. Revisémonos cada vez que esto ocurra porque no habla de otra cosa que de soberbia. Quizás esos a los que miramos por debajo sí que están cumpliendo la misión que les corresponde.

Desear ser únicamente lo que Él quiere que seamos, sin otras pretensiones.

Desear crecer donde nos ha plantado, sin otras ambiciones.

Desear dar el fruto que Él desee, sin comparaciones ni otros anhelos.