Otro año más ha llegado la
Cuaresma. Parece que necesitamos que la Iglesia nos presente tiempos fuertes de
encuentro con nuestro Padre Dios para despertar del letargo en el que nos
encontramos y al que contribuye nuestra sociedad del bienestar.
Pero tenemos que tener en
cuenta algo y es que es: por y para
nuestro bien, por y para nuestra
felicidad y plenitud.
Escuchamos desde el miércoles
de ceniza que se nos habla de ayuno, de oración, de dar limosna… y puede que lo
sintamos como cargas pesadas sobre nuestras espaldas… ¡lo que nos faltaba!.…
sin embargo:
- es una invitación a salir de nuestro egocentrismo, a
dejar de girar en torno a nosotros mismos y nuestras cosas para salir al
encuentro con el otro y abrirnos al amor. El ayuno del que se nos habla no es
otro que liberar a los oprimidos, darnos a los demás, sanar las heridas, evitar
todo aquello que nos daña o puede dañar a los otros…
- en este tiempo se nos invita
también a poner la confianza en Dios y
nuestra vida en sus manos y no en nuestras seguridades o en lo que tenemos.
- es una nueva oportunidad para
encontrarnos con Dios, con Jesús: en el silencio, en la oración, en la
lectura meditada del evangelio, en todos aquell@s que se cruzan en nuestro
camino, en todo lo creado
- es una invitación a caer en la cuenta y experimentar que Dios
vive en ti y en mí, que Dios que es amor te ama a ti y a mí, que Dios que es
don se te regala a ti y a mí a través de mil y una formas y gestos a lo largo
del día. El problema es que no somos conscientes de esta realidad porque
nuestros ojos están ciegos a su paso, nuestros oídos sordos a su voz y nuestro
corazón cerrado a su presencia.
Se nos invita a descubrir el tesoro que tenemos en nuestro interior,
un tesoro que nada ni nadie nos lo puede quitar.
Nuestra mayor riqueza, tu mayor
riqueza no es lo que haces, lo que dices, lo que tienes, lo que consigues… tu
mayor riqueza se encuentra en tu interior… tu mayor riqueza es lo que eres… y
eso que eres es: AMOR
Ej. Regalo. Cuando hacemos un regalo ¿qué es lo más importante?. Tal
vez le hemos puesto un bonito envoltorio con un lazo, tal vez va dentro de una
caja preciosísima… pero lo importante es lo que hay dentro. ¿Y dónde está Dios en todo
esto? Dios está en el papel, en la caja, en el lazo pero sobre todo en el amor
con que una persona prepara, compra y entrega el regalo.
Ej. Lapicero. Hay lápices de muchos colores y tamaños pero lo
importante es la mina, el interior del lápiz. ¿Y dónde está Dios en esto?
Dios está en el lápiz y Dios es quien
permite que tu mano tome el lápiz y comience a escribir. Pero eso sí… de
nosotros depende lo que escribamos con nuestras vidas y la huella que queramos
dejar en nuestro paso por esta tierra. No responsabilicemos a Dios de lo que
luego hagamos porque Él nos da libertad para escribir recto o torcido, más o
menos fuerte… o incluso para no escribir
Los
ejemplos del regalo y del lápiz se pueden asemejar a nuestras vidas. Lo que hay
dentro de ti es tu mayor riqueza, tu mayor tesoro… créetelo… Es Dios mismo
quien vive en ti, quien quiere comunicarse contigo, quien te ama
incondicionalmente, quien da vida a todo lo que tocas y a todo lo que haces… Se
trata solo de abandonarse y dejarle hacer.
Y puedes pensar ahora que ya
estás mayor o que tu vida no sirve para nada o que no haces mucho o que ya es
muy tarde o que otros tienen más talentos que tú… Nosotros solo somos
instrumentos en sus manos… más o menos agrietados, más o menos abollados, más o
menos coloridos, más o menos grandes… pero en definitiva: instrumentos… y a sus
ojos y a su amor: todos igualmente queridos… a ti te quiere tanto como a míUn año más una llamada a despertar… a que te encuentres con el Dios de Jesús en tu interior, con el amor… deséalo, haz un hueco en tu agenda, resérvale un espacio y un tiempo cada día, escucha… Él te está esperando… no te obliga… te invita porque desea lo mejor para ti… desea que descubras que está contigo, que vive en ti, que te ama…
Y cuando experimentes esta
realidad lo demás se dará por añadidura… El compromiso, el salir hacia el otro,
el ayunar de tus cosas o de lo que te apetece… no te supondrá ningún esfuerzo
porque al verdadero amor nada le cuesta, nada le supone una carga… se da sin
esperar algo a cambio, se da sin límites, se da incondicionalmente.
Y algo muy importante y que no
debemos olvidar es el agradecerle tanto amor que nos regala.
Despierta, despierta,
despierta… Tú eres valios@ a los ojos de Dios, te ama, por eso fue fiel hasta
el final… por amor a ti y a mí… abre tus ojos, tus oídos y tu corazón en esta
Cuaresma para descubrirle y responder con generosidad a tanto amor recibido y
que nada ni nadie te separe nunca de Él.
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