Dios nos habla a través de todo/s… lo que
pasa es que no siempre escuchamos, o lo que es peor, escuchamos y hacemos lo
contrario.
Está presente en todo/s… nos habla a través
de todo/s… pero cuidado porque el mal espíritu también aprovecha las
circunstancias y es capaz de colarse a veces descaradamente y otras muy
sutilmente, disfrazado… entra como de puntillas y sin hacer ruido
¿Cómo puedo saber si “eso que vivo”, si
“eso que me sucedió” es de Dios o del mal espíritu? Para mí un buen criterio es
escucharse y percatarse de la resonancia interna que “eso” deja en el corazón
- Si me deja una paz profunda, si produce un aumento de gozo, de esperanza, de alegría, de fe… claramente es de Dios
- Si por el contrario deja tristeza, desasosiego, ansiedad, angustia… puede ser del mal espíritu o de Dios que me invita a dejar “eso”
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Para poder saber o descubrir el mensaje hay
que hacer silencio interior. Si mi vida está llena de ruido y actividad, llena
de compromisos sociales y trabajo,… difícilmente voy a poder ir discerniendo lo
que es o no de Dios o qué me dice o hacia donde quiere que vaya
San Ignacio insistía en el examen al final
del día para reconocer el paso de Dios por la vida de uno
¿Tienes dudas de si algo que estás viviendo
es de Dios? ¿No descubres lo que Dios te está diciendo a través de eso que te
sucede? La clave es sencilla… haz silencio interior… solo así podrás escuchar
su voz. No endurezcas tu corazón y disponte a escuchar lo que hoy te quiere
decir.