lunes, 6 de enero de 2025

“SE FUERON POR OTRO CAMINO”

 

Los Reyes Magos no regresaron por el mismo camino tras encontrarse con el Niño. ¿Y nosotros?.

En la vida volvemos por el mismo camino cuando nos obstinamos en “hacer lo de siempre” o en replicar lo que un día aprendimos, sin tener en cuenta que las personas, el momento y la realidad, no son los mismos. No nos estancamos porque creemos que “eso” que hicimos o hacemos sea lo mejor sino porque en “eso” nos sentimos cómodos, seguros, controlamos. El camino ya lo hemos andado así que conocemos muy bien los atajos, las piedras, las cuestas… pero nuestro crecimiento se ve paralizado. Quizás no somos conscientes de que en nosotros reina el miedo a lo desconocido, a fracasar, a lo que vayan a decir. Tristemente lo que en realidad hacemos es regresar por el mismo camino para ir a rendir honores a Herodes. Nos olvidamos del Niño.

Los Reyes Magos siguieron adelante después de aquel encuentro con el Niño. No conocían el nuevo camino que se abría en el horizonte, ni las consecuencias de seguir avanzando por él. Continuaron con una fuerza que hasta entonces no habían descubierto. Ese valor, esa esperanza, esa determinación, solo es producto del encuentro con Jesús.

A lo mejor si seguimos empeñados en seguir acomodados haciendo “lo de siempre” o no arriesgamos abriendo nuevos caminos, es porque todavía no ha habido un encuentro verdadero con Él.

Hay que hacer frente a las voces que nos dicen: “Regresa por el mismo camino”, o lo que es lo mismo: “Haz lo de siempre”. Para eso hay que renunciar: “A cosas, a la disposición de nuestro tiempo, a nuestros proyectos, incluso a personas que hasta ahora marchaban a nuestro lado”.

Hay un refrán que dice: “El que no arriesga no gana”. En las cosas del Espíritu hay que arriesgar, avanzar, seguir adelante, abrirse a la novedad, dejarse sorprender, estar atento a nuevas invitaciones, responder con la vida… Tal vez el camino sea incierto y hasta puede que las noches sean muy oscuras pero nos queda la certeza de que no vamos solos.

¿Vas a regresar por el mismo camino o, como los Magos, te vas a decidir por seguir la ruta que te indique el Espíritu de Jesús?.

sábado, 4 de enero de 2025

“AGÁRRATE”


Estuve el otro día en Cascante, un pueblo de Navarra a una hora de Logroño en coche. Allí vivió y creció Vicenta María, fundadora de las Religiosas de María Inmaculada. Si no conoces la historia de esta santa te recomiendo que veas la película “La sirvienta”. Recoger la vida de una santa en una película es complicado pero al menos te ayuda a hacerte una idea de quién fue y qué camino recorrió. De ti depende después el querer profundizar un poco más.

La acogida de las hermanas, Concha y Adoración, insuperable. Tras un café de bienvenida, llegó el momento del tour por cada una de las estancias de la casa con todo tipo de explicaciones.

"Escalera de la casa"

Al ir a subir las escaleras de la casa de Vicenta María, la hermana Adoración, señalando la barandilla me dijo: “Agárrate”. Me sorprendió, quizás porque subo y bajo todos los días las escaleras de casa sin agarrarme.

Al rato, subiendo a otro piso, volvió a repetirme: “Agárrate”. Esta vez me dio risa pero yo bien obediente hice lo que se me pedía. Y por supuesto que hubo una tercera vez. Me pregunté qué es lo que habría detrás de tanta insistencia .

Cuando subo y bajo las escaleras sin agarrarme es como cuando me muevo en la vida apoyada en mi propia fuerza, en mis capacidades, en… El confiar solo en mí, me lleva a tropezar y a veces a caer.

Ahí estaba la hermana Adoración para recordarme que no soy nada, que necesito apoyarme en algo sólido y fuerte para no caer, que mi confianza sólo debe estar puesta en Él porque sin Él… nada soy, nada puedo.

Necesito apoyarme en lo que realmente me da seguridad, en lo que permanece, en lo que me ayuda a avanzar y crecer.

“Agárrate”… Tú también: “Agárrate”. Agárrate de esa Mano de Niño, de esa Mano que quiere acariciarte, de esa Mano que se ofrece para dártelo todo, de esa Mano que te acoge tal y como eres… o si prefieres, de esa Mano atravesada por un clavo… pero “Agárrate de esa Mano”.