jueves, 16 de octubre de 2025

“TE BUSCO A TI”

 

Hace un par de días llegó una persona a la librería. Le miré y le pregunté: “¿Qué buscas hoy?”. Sin pensarlo contestó: “Te busco a ti”. Buf… me entró la risa y rapidito respondí: “Que nooooooo, que a quien buscas es al Señor”. A lo que él dijo: “Sí, busco al Señor pero lo busco en las personas”. No estaba siendo una buena mañana para él. La voz quebrada y sus ojos aguaditos lo delataban. En momentos así todos dejamos aflorar nuestra fragilidad, nuestra limitación, nuestra dependencia. Y hasta los más grandes, los que parecen más fuertes, se desarman y caen rendidos ante su propia verdad.

Todavía sigue resonando en mi interior ese encuentro, esa conversación. Creo que todos, consciente o inconscientemente, buscamos al Señor. Nuestra alma anhela al Señor, fue creada por Él y tiende a Él. Pero no se por qué extraña razón, cuando la búsqueda es consciente, se tiende a ir hacia fuera, como si se tratara de  una realidad ajena a nuestra vida que hay que alcanzar, conquistar, y a la que se accede haciendo grandes esfuerzos, recorriendo kilómetros, cumpliendo ciertas exigencias.

Unos lo buscan en la naturaleza, otros en el templo, otros en los libros, otros en las personas… pero no siempre lo encontramos, peor aún cuando lo andamos buscando en los otros (en quien veíamos reflejado el rostro y corazón de Cristo, un día puede hacer o decir algo y cáersenos todos los esquemas). Todo es bueno que pase porque así vamos purificando nuestra idea de Dios.

Esta mañana después de la eucaristía me encontré con una religiosa. Me contó que venía mirando al cielo y, viendo la luna y un lucero, se preguntó:  “¿Cómo un Dios tan grande se ha abajado hasta nosotros?”. A lo que le contesté: “No solo eso, además te ha llamado, te ha elegido… ¡Cómo te ama el Señor!”. “Ay sí, como me ama” fue su respuesta.

Hasta lo más hondo se ha abajado, hasta lo más profundo de nuestro ser, ahí está, no hay que ir más lejos, no hay que hacer más cosas para encontrarlo. La luna, el sol, las personas, las celebraciones… todo eso está muy bien pero hay una realidad accesible y común a todos y es el propio corazón. Allá está y ahí podemos encontrarnos con Él.

 

7 comentarios:

  1. Es el "Te buscaba fuera y estabas dentro" que nos dice San Agustín. Cierto, por ahí va la búsqueda...

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  2. A veces lo buscamos fuera, cuando EL está cerca, dentro de nosotros...

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  3. Gracias Gloria, saludos.tkm.

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  4. Que hermosa reflexión !! Es verdad que a veces en el intento de encontrarlo,lo buscamos en mil sitios,sin caer en la cuenta que ha bajado a nosotros y se ha quedado dentro de casa uno de nosotros
    Por eso ,yo creo que es bueno,buscarlo en las personas,no ? Gracias Gloria

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