¿Te has preguntado alguna vez en qué o en quién pones tu
confianza?
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Si
pones tu confianza en las cosas, en lo material, en lo que posees… en la medida
que “crees que te pertenecen” vivirás preocupad@ por miedo a que desaparezcan…
y cuando te falten sufrirás porque ya no las tienes
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Si
pones tu confianza en un trabajo… mientras permanezcas en él vivirás ansioso
por miedo a quedarte desempleado… y cuando llegue ese día sufrirás porque terminó
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Si
pones tu confianza en la salud… mientras te encuentres “bien aparentemente”
vivirás angustiado por la posible aparición de algún tipo de enfermedad… y el
día que te diagnostiquen algún “mal” sufrirás recordando cuando gozabas de
salud y añorando ese tiempo
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Si
pones tu confianza en las cualidades tendrás miedo de perderlas y el día que
eso ocurra también sufrirás
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Si
pones tu confianza en la imagen que tienes de ti o en la imagen que los demás
tienen de ti… cuando te critiquen o te alaben serás esclav@ porque te enredarás
en los comentarios que te hicieron… y te sentirás hundido o te regocijarás por
lo que te dijeron según si te juzgaron o te ensalzaron
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Si
pones tu confianza en los resultados… mientras se cumplan tus metas y
expectativas te alegrarás pero el miedo a que en otro momento posterior no sea
así estará latente… Si los resultados no son los esperados… sufriré
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Si
pones tu confianza en un cargo… vivirás angustiad@ por miedo a perderlo y el
día que eso suceda te sentirás frustrad@, desplazad@, infravalorad@
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Si
pones tu confianza en las personas (pareja, hijos, padres, amig@s, jefes,
compañer@s de trabajo, vecin@s...) mientras están ahí sentirás angustia solo de
pensar cómo sería tu vida si faltasen y te esforzarás por agradar para que no
te dejen… y el día que te fallen, que te defrauden, que no respondan a tus
expectativas o que desaparezcan de tu vida… sufrirás. Una cosa está clara y
tenemos que ser bien conscientes de ella: Cualquier persona por mucho que te
diga o sientas que te quiere mañana puede no estar a tu lado, te puede dar la
espalda e incluso se puede poner en contra tuya. De la misma manera que tú
también podrías fallarle o alejarte de alguien a quien quieres.
Y entonces ¿es que no hay que confiar?
¿en qué o en quién tenemos que poner nuestra confianza? Mira a Jesús… ¿en qué o
en quién ponía Él su confianza?... ¿dónde enseña a sus discípulos a poner su
confianza?... “¿Dónde está vuestra fe?”…
Jesús se embarcó en un proyecto de amor y
para ello puso su confianza única y exclusivamente en su Padre Dios:
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su
confianza no se sustentaba en las cosas. Para Él las cosas eran solo medios y
necesarias en la medida que le servían para alcanzar el fin que como San
Ignacio decía era “en todo amar y servir”
-
no
depositó su confianza en los talentos y dones recibidos sino que los ofreció al
servicio de los demás
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no
puso su confianza en los cargos… “el que quiera ser más grande que sea servidor
de los demás”
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no
depositó su confianza en los resultados de su trabajo porque era consciente de
que la obra no era suya
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no
puso su confianza en la imagen porque no tenía que demostrar su valor a los
demás, Él sabía quién era y por eso era libre frente a las críticas y a las
alabanzas
-
no
depositó su confianza en las personas, afortunadamente, porque de haber sido
así ¿qué hubiese pasado en Getsemaní cuando los discípulos se durmieron y se
sintió tan solo? ¿qué decisión hubiese tomado tras las tres negaciones seguidas
de su mejor amigo en aquellos duros momentos? ¿cuál hubiera sido su reacción?
-
fue
libre respecto incluso de su propia vida entregándola hasta el final
Tras esta reflexión podemos volver a plantearnos ¿En qué
o en quién ponemos nuestra confianza? ¿en qué o en quién debemos ponerla por
nuestra propia paz interior y libertad respecto a todo y a todos?
Jesús lo tenía claro… su confianza plena la depositaba en
su Padre Dios, y porque fue así pudo continuar hasta el final. Cuando a los
ojos de la humanidad lo había perdido todo… le quedaba lo más grande, aquello
que ningún ser humano pudo arrebatarle y que tampoco nos podrán quitar a
nosotros: la confianza en Dios y en consecuencia: la libertad interior frente a
todo y a todos.
sús nos invita a confiar en Dios, a poner nuestra
confianza en Él y solo en Él… pero cuidado:
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no
quiere decir que debamos desconfiar de la gente sino que tenemos que ser libres
respecto a ellos, siendo conscientes de que hoy están y mañana no, hoy nos son
fieles y mañana pueden traicionarnos.
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tampoco
quiere decir que no sea bueno tener salud, trabajo, unas cualidades, un cargo, propiedades…
Jesús nos invita a ser libres de todo ello, agradeciendo en cada momento lo que
tenemos. Nos invita a poner los pies sobre la tierra siendo conscientes de que
eso que hoy está, mañana puede que no esté. Seré igual de feliz y mantendré la
misma paz si no estoy apegado a ello.
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no
se trata tampoco de quedarnos de brazos cruzados y que caiga lo que deseo o
espero del cielo porque el Dios de Jesús no es el de los milagros ¿Qué es lo
que pedimos en nuestras oraciones?
“Que se haga tu voluntad” que tantas
veces repetimos en el Padre Nuestro lo decimos en ocasiones con la boca
pequeña. Que se haga tu voluntad es aceptar lo que me toca vivir en cada
momento, lo que me rodea… pero habiendo puesto los medios que están a mi
alcance para terminar con aquellas situaciones que me duelen, que me parecen
injustas o inhumanas… situaciones que me preocupan, que nos perjudican…
Si poniendo los medios, las personas o
los hechos no cambian… abandonarme en los brazos del Padre y confiar en Él.
“Todo es para bien” aunque de primeras no lo consigamos ver
Gracias infinitas por lanzarte a volar así para despertarnos y comunicarnos compartiendo tanta, verdad y feliz luz con tus letras y palabras. Inspiran Fé y Esperanza para alcanzar más confianza en Dios y a mirar nuestra realidad como Él nos ve y nos quiere amar con toda su humanísima divinidad confiando en su sagrada presencia viva como amigo, padre, madre, hermano. Dios nos ama con nuestro mismo corazón humano y con su propia alma sagrada, todo uno en sus brazos. Un abrazo de mi ángel. R
ResponderEliminarHola, me alegro que por fin hayas saltado a la nube.
ResponderEliminarTodo llega a su tiempo.
Juanjo