sábado, 13 de diciembre de 2014

¿PUEDO HACER ALGO POR TÍ?


Cuando vemos a una persona con algún tipo de problemas o con alguna necesidad nuestro primer impulso es ayudarle y más si le conocemos y le queremos. Pero ¿qué tipo de ayuda ofrecemos? ¿es realmente lo que le va a hacer bien? ¿desde dónde respondemos: desde lo que creemos que le puede beneficiar o desde lo que realmente desea, necesita o le puede sanar?

Movidos unas veces por el espíritu de salvadores o por ser seguidores de determinadas creencias podemos caer en la tentación de responder a lo que no se nos pide o incluso de dar aquello que creyendo que va a hacer bien al otro le perjudica

Si verdadera y realmente quieres ser de ayuda considera o ten en cuenta estos aspectos:

a)     Respeta la vida, la libertad y las decisiones de los demás… no invadas, no impongas. Tal vez la otra persona no reconoce su problema o quizás sí que lo vea pero no quiera ayuda o a lo mejor tú no eres la persona más indicada. Que cierto es el dicho: “No te metas donde no te llaman”.

 

b)    Cuestiona a la persona sobre qué es realmente lo que necesita y qué tipo de ayuda se le podría ofrecer. “¿Puedo hacer algo por ti? ¿qué exactamente? ¿cómo te puedo ayudar?”. Prepárate para recibir un “NO” por respuesta. Si por el contrario escuchas un “SÍ” y además te concretan el tipo de ayuda… adelante, tienes vía libre, actúa. Es la manera de responder correctamente porque lo haces desde lo que a la otra persona le puede ayudar y no desde lo que tú crees que es más conveniente o mejor.  

Juan 5, 5-7. “Había allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo. Jesús lo vio tendido, y cuando se enteró del mucho tiempo que estaba allí, le dijo: ¿Quieres sanar?. El enfermo le contestó: Señor, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se agita el agua, y mientras yo trato de ir, ya se ha metido otro”

Que como Jesús tengamos nuestros sentidos atentos… que miremos nuestra realidad, que escuchemos las voces especialmente de quienes claman compasión.

Y que como Jesús nuestro corazón de libertad a los demás y esté siempre disponible para responder a las necesidades sentidas y expresadas de aquellos con quienes nos encontremos

Amén

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