viernes, 26 de enero de 2018

“!QUÉ BURROS SOMOS!”



El otro día me contó Monseñor Ángel esta historia. Cuentan que el burro, que entró a Jerusalén con Jesús, regresó feliz a casa. Se enorgullecía de tantos aplausos y alabanzas recibidas, se creía grande. Y claro, quiso repetir la experiencia. Solo que esta vez fue solo. Su sorpresa fue que recibió insultos, patadas… Volvió a casa. Fue a lamentarse donde su mejor amigo. No entendía nada. Al fin, el amigo le dijo: “Pero ¡qué burro eres!… ¿no te das cuenta de que a quien alababan era a quien llevabas?”

Resultado de imagen de burro y JesusAsí de burros somos nosotros… como este buen burro… nos aplauden, nos dicen lo maravillosos que somos, nos admiran, nos alaban con bonitas palabras… y nos creemos que es a nosotros, que es por lo que hacemos o decimos o por cómo somos… pero ¡si solo somos burros!. Sí, burros llevando a Jesús, y esa es nuestra misión… ser burros que lleven a Jesús, conscientes de que la gloria es para Él y no para nosotros.

¡Qué burros tan torpes y engreídos somos cuando…
 … nos apropiamos de los éxitos!
 … miramos a los demás como víctimas y nos sentimos salvadores!
 … creemos que todo lo logramos con nuestro esfuerzo!
 … creemos que todo lo merecemos!
 … nos buscamos en vez de buscarle a Él!
 … el centro de nuestra vida somos nosotros mismos!

Enséñanos Señor a ser humildes y a darnos cuenta de que tan solo somos burros.

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