domingo, 4 de enero de 2015

"ECHAR RAÍCES"

Hay algo que resuena en mi interior desde hace días y es la importancia de echar raíces. Estoy de acuerdo en que es una necesidad del ser humano la de arraigarse para poder desplegar alas y desarrollarse en plenitud. Parece contradictorio: por una parte echar raíces y por otra volar, pero una semilla solo da fruto si se planta.

Cada uno debe encontrar su lugar y para ello es necesario escuchar qué es lo que dice el corazón. Ahí, en lo más profundo de nuestro corazón, es donde habitan los deseos de Dios y donde se encuentran todas las respuestas a nuestros interrogantes.

Si somos sensat@s a nadie se le ocurriría plantar mangos en La Rioja porque florecen y dan fruto en países tropicales. Tampoco pensaríamos en cultivar viñas en una ciudad como San Pedro Sula (Honduras) porque morirían en el intento. Con nosotr@s pasa lo mismo. Según esta regla de tres tendríamos que cuestionarnos: “Nuestra semilla ¿está sembrada en tierra que puede dar fruto?”, “¿se dan las condiciones en esta tierra para que la semilla germine o peligra su crecimiento?”

Estoy totalmente de acuerdo con la necesidad de echar raíces pero siempre y cuando sea en el lugar adecuado para crecer, florecer, dar fruto… ciudad, institución, lugar de trabajo…

Todo esto lo uno con el criterio de discernimiento ignaciano:

-        Nazaret es aquel lugar que ya no te cuestiona, que no te reta, en el que todo está hecho, en el que ya hemos dado todo de sí… Hay que salir de él si no queremos acomodarnos y entrar en la apatía, en la desesperanza… Así como hizo Jesús cuando Nazaret ya le había aportado todo lo que necesitaba para continuar su misión.

-        Jerusalén es aquel lugar que te reta, que te moviliza, que te invita a salir de ti, a darte, a desplegar alas, a vivir en plenitud por y para los demás


Hay situaciones, lugares, espacios, actividades… que se han convertido en rutinarios, que nos adormecen, que nos ahogan, que nos limitan, que no nos permiten ser…

Que cada uno se analice en función de en qué espacios se mueve y qué es lo que hace, cómo lo hace, cuáles son sus motivaciones...

Echemos raíces sí… pero allá donde podamos SER, desarrollar toda nuestra potencialidad y ponerla al servicio de los otros.

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